Narcos habrían planeado asesinar a Nicolás Petro y lo reubicaron en Bogotá

Las autoridades trasladaron a Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro, a una casa fiscal en Bogotá, luego de detectar un plan criminal en su contra. El cambio de residencia se dio por recomendación directa de un nuevo estudio de seguridad que concluyó que Petro enfrenta un “riesgo extraordinario” en Barranquilla, donde vivía hasta hace pocos días.

Los investigadores creen que el intento de atentado no estaría relacionado con la Presidencia, sino con acciones personales del exdiputado del Atlántico, actualmente imputado por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de activos. Por esa razón, el análisis sugirió que debía instalarse en un espacio que ofreciera garantías especiales de protección.

Tras evaluar distintas opciones, las autoridades optaron por ubicarlo en el Centro de Estudios Superiores de la Policía (Cespo), en el norte de Bogotá, donde también reside la fiscal general, Luz Adriana Camargo, cabeza de la investigación que se adelanta contra él. Allí, Petro ocupará un apartamento conocido como casa fiscal y deberá pagar arriendo, como lo hacen otros protegidos del Estado.

Desde la Casa de Nariño se monitorea con preocupación el caso. “En la costa no se puede quedar, porque lo asesinan; lo quieren matar”, dijo a SEMANA un funcionario cercano al tema. La Policía asumió el control del esquema de seguridad, mientras avanzan las pesquisas para identificar a los responsables del plan, que podría tratarse de un ajuste de cuentas liderado por estructuras narcotraficantes.

Nicolás Petro conserva libertad de movilización dentro del país desde el 20 de febrero, aunque tiene prohibido salir de Colombia por orden judicial. Su defensa ya notificó a la Fiscalía el nuevo domicilio, mientras espera la decisión del juzgado sobre las pruebas que pasarán a juicio. El exdiputado insiste en que es inocente y solicita su absolución.