Virgen de la Piedra de Genoy

Carlos Gallardo

Hace diez años, mi vida tomó un giro inesperado gracias a la intercesión de la Virgen de la Piedra de Genoy, un símbolo de fe y esperanza ubicado en la vía que conduce del corregimiento de Genoy en Pasto al municipio de Nariño. Fue el señor Arcadio Jiménez quien me presentó a esta maravillosa Virgen, después de que ella obró un milagro en su vida al curar a su esposa. En agradecimiento, Arcadio le construyó un hermoso altar y desde entonces, cada año el 14 y 15 de septiembre, se celebran las fiestas en honor a la Virgen de la Piedra.

El impacto de la Virgen en mi vida fue aún más profundo cuando, en el año 2021, fui diagnosticado con Covid-19 y mi condición se agravó tanto que terminé en la Unidad de Cuidados Intensivos. En esos momentos de incertidumbre y miedo, toda mi familia se unió en oración, pidiéndole a la Virgen de la Piedra que me sanara. Y así fue, milagrosamente me recuperé y hoy gozo de buena salud. Este milagro ha reforzado mi fe y mi gratitud hacia la Virgen de la Piedra, a quien le debo mi vida.

Para muchos, los milagros pueden parecer historias de tiempos antiguos, pero para quienes hemos vivido uno en carne propia, son una poderosa prueba de la presencia divina en nuestras vidas. La Virgen de la Piedra de Genoy ha sido testigo de innumerables milagros y su altar se ha convertido en un faro de esperanza para todos aquellos que buscan consuelo y ayuda en momentos de dificultad.

Cada septiembre, al participar en las festividades, siento una profunda conexión con todos aquellos que, como yo, han encontrado en la Virgen de la Piedra una fuente de milagros y bendiciones. Las fiestas no solo celebran los milagros otorgados, sino que también renuevan la fe y la comunidad que se ha formado alrededor de esta devoción.

La Virgen de la Piedra de Genoy no es solo un símbolo religioso, es un testimonio viviente de fe, amor y esperanza. Su presencia en nuestras vidas nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz divina guiándonos y protegiéndonos. Mi recuperación del Covid-19 es un testimonio de su poder y de la importancia de mantener viva nuestra fe.

Hoy, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la Virgen de la Piedra de Genoy por haberme concedido la gracia de la salud y por proteger a mi familia. Mi devoción a ella es inquebrantable y seguiré honrándola y compartiendo su milagrosa intercesión con todos aquellos que necesiten un rayo de esperanza en sus vidas.

La fe es una fuerza poderosa, y los milagros de la Virgen de la Piedra de Genoy son un recordatorio de que, cuando creemos y nos unimos en oración, lo imposible se vuelve posible. Que su bendición continúe guiándonos y protegiéndonos siempre.