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El atropello múltiple de Múnich tenía motivación islamista, según la Fiscalía | elmundo.es

El atropello múltiple de Múnich tenía motivación islamista, según la Fiscalía

«Allahu Akbar» (Alá es grande). Esa es la frase que pronunció tras su detención el afgano que el jueves por la mañana arremetió con su coche contra una marcha sindical, hiriendo a 38 personas, entre ellas varios niños y uno de ellos de gravedad. Esa proclama religiosa, típica de los musulmanes más radicales, ha sido uno de los indicios que ha llevado a la Fiscalía de Múnich a la teoría de que ese atropello múltiple tuvo motivación islamista. El agresor, de 24 años, y con el nombre de pila Farhard, declarado que arremetió contra la manifestación consciente de lo que hacía y se ha confesado muy religioso.

«Saben quiénes que me conocen que soy muy cuidadosa con mis palabras, pero en este caso me atrevería a hablar de una motivación islamista», ha declarado en rueda de prensa la fiscal jefe y directora de la Oficina Central de Extremismo y Terrorismo (ZET) de Baviera, Gabriele Tilmann. En el momento de la detención, el hombre gritó «Allahu Akbar» y rezó. Esa fue la razón por la que la ZET se hizo cargo de la investigación muy rápidamente.

La fiscalía general de Múnich ha solicitado ya al juez de instrucción la detención preventiva de este hombre. Mientras la Oficina de Investigación Criminal de Baviera (LKA), en la que trabajan 140 agentes, ha creado una comisión especial que colaborará estrechamente con los investigadores de la Jefatura de Policía de Múnich, con la Oficina de Protección de la Constitución del Estado Federado de Baviera, con la Oficina Federal de Investigación Criminal y con otros departamentos de policía. La investigación por tanto es transversal con la intención de cubrir todos los ámbitos de la vida de Farhard N. No se han encontrado indicios de pertenencia a grupos islamistas y tampoco que contara con la ayuda de alguien. Se trataría por tanto de un lobo solitario.

Farhad N. fue sometido a un interrogatorio de dos horas, tras los rezos que el detenido pidió realizar. La científica, mientras, hurga en el teléfono móvil para pautar sus conversaciones, sus contactos y sus fotos. Uno de los primeros mensajes que vieron fue un «quizá mañana ya no esté aquí», enviado por el detenido sus familiares antes del atentado de Múnich. Contaba con la posibilidad de morir en su acción.

«Se encontraron numerosos mensajes en árabe. Se puede apreciar una orientación islamista», afirmó Guido Limmer, vicepresidente de la LKA bávara en una rueda de prensa a la que, tras una presentación generalista, se cortó la transmisión televisiva y a las redes sociales para mantener la información disponible en las menos posibles.

El vicepresidente de la Policía, Christian Huber, los agentes detuvieron al afgano por la fuerza. No se rindió. Los policías tuvieron que sacarlo a la fuerza del coche, reventando con un disparo el cristal de una de las ventanillas del coche. Antes del incidente, el hombre había adelantado a un coche de policía con su Mini y acelerado de nuevo antes de chocar con la multitud.

Farhad N. nació en Kabul. En 2016 llegó a Europa, primero a Italia y luego a Alemania, siendo aún adolescente. Poco después solicita asilo. La solicitud es rechazada. En los primeros momentos, bajo la conmoción de lo ocurrido, el ministro bávaro de Interior, Joachim Herrmann, deja entrever que el sospechoso tendría que haber abandonado el país. Horas más tarde se aclara que el afgano no estaba obligado a salir del país, tenía un permiso de residencia válido a pesar de la denegación de la solicitud de asilo. En 2020, la denegación fue confirmada por los tribunales, pero como Farhad N. estaba realizando una formación en Múnich, se le permitió permanecer en Alemania.

No fue la única corrección. Ya bien entrada la noche, la policía de Múnich emitió un comunicado afirmando que Farhad N., efectivamente, es conocido por investigaciones anteriores sobre robos y hurtos, pero también como testigo «por su anterior trabajo como detective de tiendas». El primer ministro bávaro, Markus Söder, confirmó posteriormente en una entrevista en la cadena de televisión ZDF que Farhad no tiene antecedentes penales. «Las circunstancias externas no apuntan automáticamente a una situación clásica de atentado». Y añadió: «Hasta ahora, los antecedentes extremistas no son tan fáciles de detectar a primera vista».

Así es. El perfil de Farah no es típico del islamista. En sus redes sociales, este afgano se presenta como adicto al gimnasio. Practica culturismo, participa en con concursos y hasta se hace con varias medallas. El año pasado, por ejemplo, quedó cuarto en un campeonato bávaro. En su cuenta de Tik Tok hay fotos que muestran a un Farhard vistiendo a la última moda. La chaqueta y unas zapatillas que lleva en una de esas fotos se parecen hasta el último detalle a la chaqueta y las zapatillas que llevaba el detenido el jueves por la mañana. Y hay fotos, que ya circulan por las redes, junto a un Mini Cooper de color crema. Un coche como el que se utilizó para el crimen. La última foto que subió a Instagram el lunes parece ser algo más antigua: Farhad N. lleva una camiseta de manga corta, está de pie con las piernas abiertas en un camino junto a una zona de césped verde, con las manos en los bolsillos, y sonríe a la cámara. Junto a la foto ha escrito en árabe: «Oh Alá, protégenos siempre», y dos emojis. Uno de la Kaaba, el edificio cúbico situado en el patio de la mezquita de La Meca. Y otro de un dedo índice levantado, un gesto que simboliza el monoteísmo en el islam. Un gesto cotidiano para millones de musulmanes, pero que también es utilizado de forma indebida por los islamistas.

Por lo demás, en sus perfiles —que ya no se pueden consultar— no se encuentra a primera vista nada que pueda indicar una actitud islamista o extremista de otro tipo. En las numerosas fotos y vídeos que Farhad N. ha publicado de sí mismo en Internet, se le ve paseando por la ciudad cantando, viajando en tren y, sobre todo, haciendo deporte. Porque no solo ha mostrado sus músculos en las redes sociales, también publicó vídeos de una hamburguesería en Múnich. El empleado que se encuentra en la tienda el jueves por la noche dice: ¿Farhad N., el deportista? Claro que lo conoce. «Todo el mundo lo conoce». De TikTok o del gimnasio. N. había venido a menudo a comer. Incluso se había hecho selfies con él. No se cree del todo que haya embestido con el coche a una multitud. «No fuma, no fuma marihuana, no bebe alcohol». Y siempre ha sido amable y educado, ni un poco agresivo.

Varios de los heridos en el atropello siguen en la unidad de cuidados intensivos, mientras en el escenario del horror se acumulan flores y mensajes de ánimo y mejora a los heridos. El presidente federal Frank-Walter Steinmeier, que se encuentra en Múnich con motivo de la Conferencia de Seguridad, ha visitado el lugar y tras guardar un minuto de silencio, declaró que «la brutalidad de este acto nos perturba y nos deja atónito. Ha sido un acto de violencia atroz. Su autor condujo su coche hacia una manifestación, probablemente con la intención de herir o matar a personas al azar. Rendirá cuentas ante la ley y la justicia».

La decisión de la Justicia no llegará antes de las elecciones generales que se celebran el día 23 con carácter anticipado y donde la migración desempeñara un importante papel. El hecho de que este afgano no fuera un demandante de asilo a la espera de deportación resulta en este contexto electoral, irrelevante.


Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2025-02-14 09:08:00
En la sección: Internacional // elmundo

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