La ultraderecha, imparable en las elecciones regionales de Alemania: gana en Turingia y queda segunda en Sajonia, según la proyección de votos | elmundo.es

La formación populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) se ha consolidado en las urnas con un discurso antimigración y contra la política del gobierno federal hacia Rusia y Ucrania. En los comicios celebrados este domingo en el ‘Land’ de Turingia, AfD se ha convertido, por primera vez en unas regionales y con el 33,1% de los apoyos, en la primera fuerza política, haciendo historia desde la Segunda Guerra Mundial. En Sajonia, la proyección de votos a estas horas es del 31,9% para la Unión Cristianodemócrata (CDU) del actual ministro presidente, Michael Kretschmann, y del 31,4% para AfD. Solo les separan 0,3 puntos porcentuales.

La progresión de AfD es un duro golpe para los partidos tradicionales, que, una vez más, han demostrado su debilidad y el fracaso de una política contra la ultraderecha que se limita a establecer cordones sanitarios. Sucederá en Sajonia independientemente del resultado del escrutinio y ocurrirá en Turingia. El candidato de la CDU, Mario Voigt, se ha atribuido el derecho a formar gobierno con el 23,9% de los votos. La AfD, con Bjorn Höcke a la cabeza, recabó el 33,2% de las papeletas, un 9,8% más que en 2019.

«Son resultados históricos para AfD. Hemos ganado con claridad en Turingia y el derecho a formar gobierno es nuestro. Negar la voluntad de los votantes, y estamos hablando del 33%, es antidemocrático», ha declarado la copresidenta de esa formación, Alice Weidel. «En circunstancias normales, para ceñirnos a las convenciones de este país, gana el partido más fuerte, y ése es la AfD», dijo Weidel después de que la CDU reiterara su veto a este partido.

Opciones para la formación de Gobierno sin la participación de AfD hay en los dos estados federados, pero Weidel ya adelantó que no serán estables y en eso tiene razón porque obligará a mezclar agua y aceite, a la CDU con el nuevo partido «Alianza Sahra Wagenknecht» (BSW), en honor a su fundadora, una mujer con gran instinto de supervivencia política. De defender el estalinismo en su juventud, Sahra, que bien pudo ser apodada la «pasionaria alemana», dio un paso al centro tras contraer matrimonio con Oskar Lafontaine, ministro de Finanzas en el gobierno del ex canciller Gerhard Schroeder, y villano entre los villanos del SPD por renegar del partido y unirse con un nuevo proyecto a Die Linke, los herederos del poscomunismo de la RDA.

Economista de formación, Wagenknecht ha cosechado con su «programa de izquierda sensata» y sin ir ella misma en las listas apoyos de dos dígitos. Es la verdadera ganadora de estas estaciones. Partía de cero, dado que el partido se fundó en enero de este año, y es clave en la formación de estos gobiernos.

El varapalo ha sido para los partidos que integran el Ejecutivo del canciller Olaf Scholz. En Turingia, el partido Socialdemócrata (SPD) ha pasado de 8,2% hace cinco años al 6,5% Los liberales del FDP, que partían con un 5,5% no logran entrar en el parlamento regional y los Verdes, con un 5,2% en las elecciones de 2019 tampoco. Sangrante en Turingia ha sido también el resultado de Die Linke, del actual ministro presidente Bodo Ramelow. Este político era el único «neocomunista» que gobernaba en el país. Sigue siendo el mejor valorado, pero la reputación de su partido, en crisis permanente, no ha jugado a favor, más bien lo contrario. Del 31% obtenido en 2019, el partido que tras la unificación alemana se consideraba portavoz del Este, la casa de los melancólicos de la RDA, se ha contraído hasta el 11,5%.

En Sajonia, el panorama es parecido. Kretschmer salva los muebles pero a nadie le ha pasado desapercibido el precio pagado. En la recta final de la campaña, cabeza con cabeza con la AfD, Kretschmer se distanció de la posición del partido en Ucrania y puso el acento, como sus contrincantes, en la migración y el asilo. Con la CDU y AfD por encima de la barrera del 30% y BSW en 12%, el resto de las formaciones recoge migajas. El SPD con un 8,5% y los Verdes con un raspado 5,5%. Die Linke, que obtuvo el 10% de los votos en 2019, no alcanzará el umbral del 5% si el recuento no lo impide y por lo tanto, dejaría de estar representado en el parlamento del estado de Sajonia por primera vez desde su fundación en 2009. Los liberales del FDP no están ni se les espera.

Las reacciones a los resultados de las urnas no han sido de celebración para los partidos establecidos, los que tras la unificación de Alemania desembarcaron en Este. Para el secretario general del SPD, «no es una noche para celebrar» aunque el hecho de que el partido haya logrado superar la barrera del 5% y entrar en los dos parlamentos regionales es «motivo suficiente para seguir luchando». Este será también el tema central de las elecciones generales del año que viene: «Tenemos que luchar para recuperar fuerzas».

El secretario general del FDP, Bijan Djir-Saraj, reconoció que no se lograron los objetivos electorales, pero destacó que «por amarga que haya sido la noche, no hay motivo para deprimirse o enfadarse». El líder del partido, y ministro federal de Finanzas, Christian Lindner, también se mostró «dolido» por los resultados en Sajonia y Turingia, según escribió en X. «Pero que nadie se engañe, porque no abandonamos nuestra lucha por los valores liberales. Continuaremos mañana. Y también hay mucho que pensar para los demás partidos del centro democrático».

El líder del Partido Verde, Omid Nouripour, también encontró consuelo. «Para ser sincero, nuestro dolor es relativamente marginal comparado con el punto de inflexión en este país, que un partido abiertamente de extrema derecha se haya convertido ahora en la fuerza más fuerte de Turingia». Su copresidenta, Ricarda Lang, también habló de un «punto de inflexión histórico», pero de autocrítica, cero.