La mirada del corresponsal
Le expresidenta argentina, envuelta en diversas causas judiciales, sopesa presentarse a un tercer mandato para significarse polticamente y eludir los tribunales
La dinmica poltica argentina es hoy lquida e impredecible: el peronismo est hundido en los sondeos y en la oposicin priman las peleas internas ante la perspectiva de ganar las elecciones presidenciales del ao prximo. Todo puede cambiar, sin embargo, si se activa una clula durmiente: la candidatura de Cristina Fernndez de Kirchner para instalarse por tercera vez en la Casa Rosada. Y esa clula est dando claras seales de desperezarse.
La poderosa vicepresidenta ha decidido hacer oposicin desde el Senado de la Nacin, que preside, ante su frustracin con Alberto Fernndez, el candidato que eligi a dedo en mayo de 2019. Fernndez no est gobernando como ella quisiera, los argentinos lo tienen ya muy claro, porque la dos veces presidenta (2007-2015) lo dice en presencia y ausencia del jefe del Estado, que se refugia ltimamente en la poltica internacional: viajes a la Cumbre de las Amricas en Los ngeles, a la del G-7 en Baviera, y presencia virtual en la convocada por China con un variopinto grupo de pases.
Habr ms viajes y no habr dilogo con Cristina, segn ha sealado el columnista de ‘Clarn’ Marcelo Bonelli: «Yo no me voy a sentar ms con Cristina», le ha dicho Fernndez al presidente de la Cmara de Diputados, Sergio Massa.
Lo curioso es que la vicepresidenta tampoco tiene ya inters en conversar con el presidente. Su estrategia apunta a contener daos ante lo que avizora como una severa derrota en 2023. Esa contencin de daos pasa por evitar una catstrofe econmica: la viuda de Kirchner teme que al peronismo le suceda lo que a la Unin Cvica Radical (UCR) a partir de la pavorosa crisis de 2001 y 2002, detonada tras la confiscacin de depsitos bancarios dictada por el gobierno de Fernando De la Ra y agudizada con la megadevaluacin del peso decidida por el peronista Eduardo Duhalde.
Alberto Fernndez y Cristina Kirchner
El radicalismo, un partido socialdemcrata homologable al PSOE, necesit dos dcadas para recuperar cierta consideracin en la sociedad y poder poltico. Cristina no tiene ese tiempo, en especial porque el cierre de 2022 podra deparar muy malas noticias en lo judicial: el juicio oral y televisado en la causa que investiga fabuloso sobreprecios y otras corrupciones en obras de infraestructura vial en la provincia patagnica de Santa Cruz, que los Kirchner dominan a placer desde hace tres dcadas.
No es el nico proceso judicial en su contra en marcha. La vicepresidenta necesita fortalecerse polticamente, y la mejor manera es siendo candidata del partido de gobierno. Todo en simultneo con el posible regreso de Luiz Incio Lula da Silva al poder en Brasil. En uno y otro pas funciona el mismo argumento: la justicia no debe ser obstculo para la voluntad popular.
Carlos Beraldi, abogado de la vicepresidenta, ha revelado recientemente su frustracin con Fernndez: «Se necesita tener una poltica clara en el Ministerio de Justicia, objetivos concretos y pensar que ya queda un ao y medio de gobierno».
El analista Fernando Laborda ha decodificado la frase en «La Nacin»: la vicepresidenta crea que «con la supuesta habilidad negociadora del presidente de la Nacin y con la presin poltica del Poder Ejecutivo sobre los magistrados iban a quedar definitivamente sepultadas las causas judiciales en su contra».
Ya no importa, Cristina est muy lejos de rendirse. En una situacin difcil en lo poltico, judicial y personal -sus dos hijos tambin son parte de la causa-, ha optado por salir al ataque y reinventarse. Presidenta a los 70 aos? Por qu no. Ya se ha reunido dos veces con el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, con el objetivo de enviar sus propios mensajes a una Casa Blanca a la que nunca fue invitada como presidenta. Celebra, adems, reuniones pblicas en su despacho del Senado y encuentros secretos en otros escenarios. Habla con cada vez ms gente y pide diagnsticos y salidas para la situacin econmica y social de un pas con un 80% de inflacin anual.
La poblacin ms pobre de Argentina ha sido, en su mayora, tradicionalmente afn al peronismo, en tanto que la juventud respald fuertemente al kirchnerismo desde 2003. Sin embargo, las encuestas muestran un resquebrajamiento de esa base electoral: pobres y jvenes son seducidos hoy, en un porcentaje nada despreciable, por el difuso anarco-liberalismo que encarna Javier Milei. Y otros prefieren directamente no votar.
En ese contexto, hubo una reunin de Fernndez de Kirchner que ha asombrado tanto al gobierno como a la oposicin: tres horas de conversacin con Carlos Melconin, economista ortodoxo, fiel defensor de la necesidad de terminar con el dficit fiscal, crtico del kirchnerismo y amigo del ex presidente Mauricio Macri. Melconin siempre ha dejado claro que aspira a ser ministro de Economa y hace ya meses que trabaja, por encargo de la Fundacin Mediterrnea, un ‘think tank’ argentino, en un plan econmico integral que saque el pas de sus crisis crnicas.
«Desdramaticemos. Hay que darle la ‘chance’ a la gente de que cambie», ha dicho el economista tras un encuentro que deba ser secreto, pero que a alguien le ha interesado filtrar. Macri, amigo de Melconin, ha llamado al economista para saber ms de la asombrosa reunin con su archirrival.
Un Macri que se niega a hablar de su candidatura para 2023. Tanto l como la ex presidenta cargan con una fuerte imagen negativa en las encuestas, pero son, a la vez, los polticos ms polarizadores en un pas con un altsimo grado de tensin social y en la conversacin pblica. Horacio Rodrguez Larreta, alcalde de Buenos Aires y el candidato con ms posibilidades en la oposicin, plantea otro modelo, un consenso que involucre al 70 por ciento del pas. Pero si Cristina Kirchner da el paso para intentar emular a Juan Pern, elegido tres veces como presidente, y Mauricio Macri la sigue, los argentinos se vern abocados el ao prximo a una disyuntiva clarsima: blanco o negro.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2022-07-01 19:50:06
En la sección: Internacional // elmundo