El verano pasado ocurrió un cambio importante, más no inoportuno, en la estructura del Freiburg. El equipo de la Selva Negra accedió al retiro del legendario Christian Streich luego de 12 años siendo entrenador del equipo. En su lugar, un hombre de casa fue apuntalado como el sucesor ideal de Streich acorde a una carrera futbolística al margen del club, pero también dentro del espectro del cuerpo técnico: Julian Schuster, el elegido, había permanecido siendo una figura clave dentro de la institución desde su retiro con la camiseta del Freiburg en 2018.
Como jugador, Schuster defendió los colores negro y blanco en 242 ocasiones, incluso fue dirigido por el propio Streich a lo largo de siete temporadas, e hizo gala del gafete de capitán desde 2012 y hasta el año en que colgó los botines.
A punto de completar una temporada a partir de esta transición, Julian ha comprobado su afinidad y entendimiento de lo que significa conducir al club de sus amores; aunque ello implique descalabros mayúsculos en su ciclo de adaptación ante clubes como el Borussia Dortmund, Bayer Leverkusen y Stuttgart, quienes le propinaron sendas goleadas de cuatro goles en contra.
No obstante, el también encargado del desarrollo de talento en las filas del Freiburg en tiempos de Streich, ha cosechado 40 puntos en la actual temporada de Bundesliga, con los cuales merodea puestos de Liga de Campeones a falta de diez jornadas por disputarse. Entre lo más sobresaliente está un febrero perfecto: cuatro partidos, cuatro triunfos y un arco en cero goles encajados. ¿Cuáles son los motores que lo hacen fuerte?
Alta disciplina defensiva
Según lo ya comentado, se pude inferir que Julian Schuster tiene un profundo conocimiento de la liga alemana además de su refinado olfato para detectar potencial de jugadores jóvenes. Sin embargo, sería el carácter de orden defensivo la característica que aún hoy prevalece en su esquema táctico.
Quien como jugador (y capitán) desempeñara la posición de mediocampista defensivo, es el mismo que como entrenador profesa la disciplina y solidez en zaga: bajo la dirección de Julian Schuster, toda la defensa es una fortaleza. También típico de Freiburg es el orden sin posesión de balón hasta dejar dos opciones. La primera es empujar al rival hacia afuera y defender los centros. La segunda es obligar al atacante contrario a disparar de larga distancia en un intento casi condenado al fracaso cuando tienes a un tal Noah Atubolu bajo los tres palos.
Las armas secretas sobre el rectángulo verde
Lo de Atubolu es casi heróico. Detener cuatro penales seguidos es un auténtico récord en la Bundesliga, el cual solo pertenecía a Thomas Zander (1860 Múnich, Hertha Berlin), Hans-Jörg Butt (Bayern Múnich, Hamburgo, Bayer Leverkusen), Frank Rost (Hamburgo, Werder Bremen), Bernd Leno (Bayer Leverkusen, Stuttgart), y ahora también al portero del Freiburg de 22 años.
Y para completar la trifuerza, al portero habría que sumarle las travesuras de dos futbolistas altamente incómodos para los rivales por su calidad individual.
En primer lugar, Vincenzo Grifo, un especialista de la pegada a balón parado, lo que convierte a dicho recurso en un arma de doble filo: Grifo fue capaz de anotarle dos por esa vía al Werder Bremen hace un par de semanas, pero, al ser el encargado de las ejecuciones no solo a portería, los envíos del italiano ya han terminado 11 veces en la portería contraria gracias a remates de defensores del Freiburg.
En segundo lugar, la destacada labor del todoterreno de la media cancha, Ritsu Doan. Un futbolista especializado en la recuperación de balones y el ataque. Entre ambos futbolistas suman 16 goles a favor de su equipo, ocho cada uno, y lo que falta.
(aa)
Fuente de TenemosNoticias.com: www.dw.com
Publicado el: 2025-03-07 14:05:00
En la sección: Deutsche Welle: DW.COM – Futbol alemán