Mundial 2022 Qatar: Argentina sobrevive al drama | elmundo.es

Dos paradas del Dibu Martnez en la tanda de penaltis clasifican a la albiceleste para las semifinales despus de que Pases Bajos, en una accin maestra, la arrastrara a la prrroga en el undcimo minuto de la prolongacin

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Leo Messi tiene el cielo a dos pasos.

Y mientras arrastra a la histrinica y atormentada Argentina hacia su tercera Copa del Mundo, el delantero, a sus 35 aos, va dejando entre los aficionados al ftbol un sinfn de recuerdos. Cada actuacin de Messi en este Mundial de Qatar es un autohomenaje a su carrera. Una asistencia absurda a Nahuel Molina y un gol de penalti (el dcimo en los Mundiales, los mismos que Batistuta) hubieran debido finiquitar el pase a semifinales y el cruce con Croacia. Pero los Pases Bajos, que no dieron seales de vida hasta el ocaso del tiempo reglamentario, acabaron sometiendo a la albiceleste a una tortura que ray lo insoportable. Igualaron un 0-2 a partir del minuto 83 tras dos goles del suplente Weghorst, el segundo gracias a una accin de estrategia que pasar a la historia y que l mismo ya haba llevado al xito con el Wolfsburgo. Era ya el undcimo minuto de la prolongacin otorgada por el rbitro espaol Mateu Lahoz, a quien Scaloni y Messi exigieron explicaciones mientras se sucedan los tumultos por el campo. Y tras una prrroga en la que la albiceleste mereci ya tumbar a su rival, tuvo que aparecer su portero, el Dibu Martnez, para detener en la tanda final los penaltis de Van Dijk y Berghuis.

Scaloni, el seleccionador ms joven del Mundial (44), no quiso ser menos que el ms veterano, Van Gaal (71). As que lo primero que hizo fue plantar un espejo frente al esquema del viejo lobo neerlands, igualando con la inclusin de Lisandro una lnea de tres centrales.

Lo que pocos hubieran podido esperar es que Nahuel Molina, de trayectoria ms que gris en el Atltico y poco dado a triunfar en sus excursiones por la orilla, vivira uno de los momentos de su vida gracias a su nueva libertad ofensiva. Nunca haba marcado un gol Molina con la albiceleste. Pero el destino es siempre retorcido en el ftbol.

Cierto. Todo naci, cmo no, de una asombrosa accin de Messi. Mare en la zona de tres cuartos a Ak. El defensa del City slo pudo rendirse ante aquella tormenta tcnica. Pero el rosarino an no haba acabado. Mientras sus ojos miraban a un lado, su pie sealaba el camino contrario para brindar un pase que descuartiz la ltima lnea defensiva. Entre Blind y Van Dijk se col Nahuel Molina, que nunca hubiera soado cumplir con su cometido con tanta perfeccin.

Logrado el primer objetivo, los futbolistas de Scaloni pudieron dedicarse al segundo: la resistencia. A los Pases Bajos les costaba adaptarse a la dureza del partido. Acua le dej los tacos a Dumfries en una fea accin que le cost la tarjeta amarilla, y Mateu calmaba los nimos a su manera, amonestando a integrantes del banquillo ante las quejas que vertan. Ya fuera el ex defensa Walter Samuel, ahora asistente de Scaloni, ya fuera Weghorst, antes de que saliera al campo a marcar goles.

Messi bien pudo cerrar la noche despus de que Dumfries se tragara un recorte de Acua en el rea. Ante un Noppert que decidi esperar hasta el final, el rosarino chut hacia la izquierda con el corazn en la bota.

Pero los neerlandeses, ausentes hasta que no vieron el camposanto a la vuelta de la esquina, se rebelaron despus de que Van Gaal decidiera cargar con todo en el rea. Asomaron dos gigantes, Luuk de Jong y Weghorst. Y los de Scaloni, al ver cmo el ariete del Wolfsburgo recortaba distancias mediante un testarazo, entraron entonces en un estado de nerviosismo exagerado que les cost meterse de lleno en el drama de la prrroga. Para ello los neerlandeses ejecutaron una accin que ser ya por siempre recordada. Paredes cometi una falta en la frontal. Y en el libre directo que deba ser la ltima jugada del partido, Koopmeiners, en vez de buscar la portera, enga a todos pasando la pelota a Weighort, escondido en la barrera. Y ah se arm la marimorena.

Argentina no quera llegar a los penaltis. Van Dijk le sac un gol a Lautaro, y ya en el 120 Enzo Fernndez, sublime en el captulo final, se qued a un palmo de la gloria. La pelota dio en el palo. Pero la gloria aguardaba en otro lugar. Las manos del Dibu Martnez fueron tambin las de Dios.