Icono del sitio Tenemos Noticias de Latinoamérica y el Mundo

Una tormenta perfecta deja al oro a las puertas del mayor ‘frenesí’ desde la ‘Gran Inflación’ de los setenta

Una tormenta perfecta deja al oro a las puertas del mayor 'frenesí' desde la 'Gran Inflación' de los setenta

Durante mucho tiempo el oro ha sido uno de los activos más valorados. No es extraño que se haya repetido que ha superado los máximos históricos una y otra vez. Sin embargo, ahora el metal precioso puede estar a las puertas de un récord muy diferente y mucho más complicado. Diversos analistas ya están hablando de que una tormenta perfecta se está posando sobre el valor refugio por excelencia y que esta puede incluso catapultarla a competir con alguno de los mercados alcistas más grandes y desenfrenados de toda la historia.

El precio se viene disparando desde hace ya tiempo, particularmente los meses de febrero a abril han sido clave. En lo que va de 2024 la onza ya ha avanzado cerca de un 19,58% llegando a los 2.466 dólares. Sin embargo desde julio ha vivido un último empujón, con una subida del 5,8%, que ha sido determinante y avivada por esta mezcla de factores (recortes de tipos, conflictos geopolíticos, giro en los bancos centrales sobre las reservas… etc). Esto ha permitido que si bien los máximos históricos sean ya absolutos.

Sin embargo, esto es utilizando los precios del oro sin tener en cuenta la inflación. Ajustando el precio al IPC, tal y como muestra el índice Gold Inflation Ajusted Composite, de Bloomberg, aún no se ha alcanzado los precios que se generaron en la meteórica subida de finales de los años setenta y principios de los ochenta, en los años posteriores de que Nixon acabase con la convertibilidad del dólar al oro, acabando así definitivamente con el patrón oro. El antiguo sistema con el que el valor monetario se fijaba a través de esta materia prima.

En los años posteriores el gobierno con un dólar desvinculado de la materia prima, se encomendó a un gasto masivo financiado a través del déficit y con pocas restricciones, algo que desató una enorme ola de subidas de precios conocida como la Gran Inflación. Algo que se vio agravado por diversas crisis del petróleo. Todos estos factores provocaron que los inversores se refugiaran en una limitada oferta de oro para protegerse de todo este entorno. Esto provocó que el precio de la onza pasara de los 35 dólares a los 850 en solo nueve años (1971-1980).

James Luke, gestor de fondos especializado en materias primas de Schroders cree que veremos el escenario más alcista desde entonces y que se superarán los precios (quitando la inflación) que se lograron en aquel momento, pues el precio del oro actual está a solo un 4%, En resumen, hay una serie de factores que «se combinan hoy para forjar un camino hacia un impulso mundial sostenido y múltiple de los suministros de oro. En nuestra opinión, esto podría desencadenar uno de los mercados alcistas más fuertes desde que el presidente Nixon cerró la puerta al oro en noviembre de 1971, poniendo fin a la convertibilidad del dólar estadounidense en oro».

El giro histórico de los bancos centrales

En primer lugar, para explicar esta nueva era del oro, los expertos de Schroders señalan como el factor geopolítico ha llevado a los bancos centrales de todo el mundo a comprar enormes cantidades. «Las liquidaciones occidentales se han visto sorprendidas por las compras de los bancos centrales, inversores y hogares en Oriente. Esa dinámica cambiante ha estado liderada por China, pero no ha sido sólo una realidad de este país; también se han producido aumentos de la demanda en Oriente Medio y en otros lugares».

Según el último informe de World Gold Council, los bancos centrales compraron cerca de 1.037 toneladas de oro, la segunda cifra más alta de la historia, solo superada por este mismo 2022 (con 1.082 toneladas). Los últimos datos disponibles son los relativos al primer trimestre del año donde las comprar, de hecho, se han elevado, pasando de 286 toneladas en 2023 a 289 en 2024. Este vez con los bancos asiáticos liderando la dinámica con Turquía (30,12), China (27) e India (18,5) al mando en las compras netas.

Según el experto, el principal motivo para justificar una subida histórica está en las recientes cifras. «Las más de 1.000 toneladas de oro (20% de la demanda mundial) compradas por los bancos centrales en 2022 y 2023, un ritmo que continuó en el primer trimestre de 2024, es potencialmente sísmico. Parece totalmente plausible que la tensa dinámica actual de poder establecido/poder emergente, combinada con la fragilidad fiscal que se cierne no solo sobre la moneda de reserva que emite EEUU sino sobre todo el bloque económico desarrollado, pueda desencadenar un movimiento sostenido hacia el oro». En resumen, incluso con las subidas actuales «el mercado del oro no es lo bastante grande como para absorber un movimiento tan sostenido sin que suban mucho los precios».

Este giro parece que ha venido para quedarse, con unos bancos centrales sosteniendo el precio del oro contra viento y marea. «El endurecimiento de la tensión entre Estados Unidos y China, y las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania en 2022, han impulsado las compras récord de oro por parte de los bancos centrales como activo monetario de reserva«. Los bancos centrales (con China, Singapur y Polonia, a la cabeza) han estado escuchando, «desde una perspectiva a largo plazo, las compras de los bancos centrales reflejan bien la evolución de la dinámica geopolítica y monetaria/fiscal mundial».

En eso coincide Charlotte Peuron, Gestora de fondos de renta variable de Crédit Mutuel Asset Management, pues defiende que la clave son «las compras masivas por parte de los bancos centrales de los países emergentes, y de China en particular, que desean diversificar sus reservas de divisas y reducir así su exposición al dólar estadounidense». En ese sentido, aunque China, tras 17 meses consecutivos de compras, parece tomarse un respiro, «creemos que las compras de los bancos centrales seguirán siendo un factor de apoyo, ya que sus reservas de oro siguen representando sólo entre el 4 y el 5% de sus reservas de divisas».

Caos en Oriente Medio y Ucrania

Al margen del movimiento que ha generado en los bancos centrales la imagen de un nuevo orden geopolítico, con diversos países tratando de pertrecharse de oro para diversificar sus reservas monetarias ante posibles sanciones de EEUU. Los expertos también señalan que la tensión geopolítica disparándose en Ucrania y Oriente Medio. «Las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y las especulaciones sobre los próximos recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos son un factor de impulso«, comentan desde Commerzbank.

Empezando por Oriente Medio, la situación ahora mismo es de máxima tensión. A pesar de que la guerra lleva meses sucediendo en la región, estos días se está llegando a un escenario totalmente nuevo, con el asesinato del líder de Hamás en territorio iraní y la promesa del régimen de los ayatolás de lanzar un ataque aéreo contra Israel a modo de venganza. Una posición que ha pasado más allá de las amenazas cuando el propio EEUU ha enviado fuerzas a la región y públicamente esta anticipando este movimiento. Todo esto, complementado con una tensión creciente de Israel con Hezbolá (el grupo armado Chii) con la posibilidad abierta de un conflicto con Líbano.

Y mientras esto ocurre en esta región, en Ucrania está habiendo un giro muy sensible en el conflicto, con Zelensky acusando a Rusia de provocar un incendio en la planta nuclear en Zaporiyia y el país eslavo entrando en territorio ruso en Kursk y avanzando rápidamente. «la situación en el frente entre Rusia y Ucrania parece haber cambiado últimamente, con la planta nuclear de Zaporizhia en la mira y las fuerzas ucranianas avanzando profundamente en territorio ruso». En este contexto, «tal vez no sea sorprendente que el oro esté subiendo repentinamente hacia el máximo histórico de julio» comentan desde Gavekal Research.

El doble impulso de la bajada de tipos

Sin embargo, el giro con los tipos de interés ha sido clave para explicar un era renovada del oro. Tras unos débiles datos de empleo en EEUU, la previsión de los mercados de swaps respecto a los recortes de la Reserva Federal han pasado de escasos dos movimientos de 25 puntos básicos (y con muchas dudas al respecto) a dar por hecho un recorte de 50 puntos en septiembre y 125 puntos básicos en total para diciembre.

Con el BCE se espera algo parecido, aunque menos intenso. La bajada de tipos, que ya se dio en la reunión de junio, ahora sumaría tres recortes de aquí a diciembre, según el mercado. Esto supone un cambio respecto a las dos que se daban por hecho hace un mes, pero mucho más liviano que el giro radical con la Fed.

Estos tipos de interés bajos favorecen al oro en primer lugar reduciendo los rendimientos de los bonos, haciendo menos atractivo este activo como valor refugio y dando preponderancia así al metal amarillo. Prueba de ello es la última inversión de Warren Buffett que, tras vender masivamente en Apple, se ha lanzado con todo a comprar deuda a corto plazo, hasta alcanzar los 234.600 millones de dólares en letras del Tesoro, más que la Reserva Federal. Si sus atractivos rendimientos se diluyen, ejemplos como este serán menos comunes y muchos buscarán el oro para refugiarse.

«El giro de muchos bancos centrales hacia recortes de tipos, junto con las expectativas de un dólar más débil respaldarán al oro en el corto plazo»

Sin embargo, la gran clave está en el dólar pues se espera que caiga debido tanto a los tipos como a una economía debilitada. Desde Credit Mutuel explican que una divisa más barata gracias a esta bajada de los tipos de interés fomentará «que la tendencia al alza del oro continúe«. Esto es algo en lo que coinciden desde BCA Research, pues explican que «el contexto fundamental es favorable para los precios del oro en un horizonte de inversión táctica. El giro de muchos bancos centrales hacia recortes de tipos, junto con las expectativas de un dólar más débil y un impulso positivo de los precios respaldarán al metal amarillo en el corto plazo. Entre los grupos de materias primas, los metales preciosos son los menos sensibles al ciclo económico y el oro, en particular, ha superado a otros metales preciosos durante las recesiones.»

Una economía debilitándose también fomentará que los inversores corran a esconderse en los lingotes y las onzas. Sin embargo, no coincide con que el movimiento de los bancos centrales hacia la compra de mayores reservas de oro sea un factor que vaya a quedarse. De hecho, creen que los actuales precios tan altos limitarán el proceso y «es probable que la diversificación de los bancos centrales se desvanezca«. Además «el sentimiento en torno al oro es extremadamente alcista y las posiciones especulativas netas son elevadas, lo que hace que los precios del oro sean vulnerables».

Sea como fuere, el oro está en el centro de un cambio histórico apoyado por una sucesión de factores clave que para algunos pueden abrir una brecha alcista con muy pocos precedentes. Queda por ver si el apoyo de los bancos centrales se mantiene como telón de fondo y las guerras y los tipos de interés encienden la mecha de un nuevo salto. En cualquier caso todo depende de cómo reaccione la economía a esta nueva realidad, si se da una recesión o si se acaba logrando el ansiado aterrizaje suave, aunque con algo de turbulencia por el camino.

WhatsAppTwitterLinkedinBeloud

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-08-13 19:43:35
En la sección: elEconomista Mercados

Salir de la versión móvil