“Destino Final: lazos de sangre”: La muerte regresa con nuevos planes

En el año 2000, el cine presentó una de las sagas más icónicas de esas tramas que, sin ser obras maestras, no te dejan indiferente y hasta te hacen temblar: “Destino Final”.

En aquel film, un joven tenía la premonición de su propia muerte junto a sus compañeros en un vuelo; con la desesperación del caso, logra que algunos de ellos bajen del avión que minutos después explota y cobra la vida de todos los pasajeros, pero la muerte no gusta de que sus planes se frustren.

Esta película tuvo cuatro secuelas que poco a poco fueron perdiendo gracia y diluyéndose conforme avanzaba la primera década del milenio. Nos dejó algunas secuencias memorables, como aquella de los troncos en la carretera, pero su fuerza original, su impacto y su impronta se fue perdiendo en el camino cuando los avances sociales, tecnológicos y los miedos reales del exterior parecieron minimizar cualquier terror proveniente de la gran pantalla.

En “Destino final: lazos de sangre”, conocemos la historia de Stefani, una joven atormentada por pesadillas donde ve a su abuela Iris morir junto a cientos de personas en la inauguración de un restaurante en un evento que, ella descubrirá, nunca pasó, porque Iris frustró los planes de la muerte cincuenta años atrás y ahora, ambas sienten que está regresando para ajustar cuentas y cobrar las vidas que no tendrían que existir por lo que Stefani comenzará una carrera con su familia para salvarse.

La película dirigida por Zach Lipovsky y Adam B. Stein cumple con rescatar el espíritu original de “Destino final”, nos mantiene en suspenso de principio a fin y el desarrollo del film es consistente, entretenido, con momentos de alta tensión junto a leves instantes de comedia que suavizan el impacto en la audiencia mientras prepara el siguiente golpe.

Punto destacable del film es que sirvió de despedida al gran actor de reparto Tony Todd, quien murió recientemente tras luchar con una enfermedad. Fue conocido por “Candyman”, el remake de “La noche de los muertos vivientes” y “El cuervo”, entre otros, donde su presencia imponente, voz gutural y carisma le convirtieron en uno de los mejores actores que, a juicio de quien escribe, no recibió todo el reconocimiento que merecía.

Sin miedo, “Destino Final: lazos de sangre” nos muestra la violencia, la sangre y lo impactante de lo más seguro que existe, la muerte. Acá tiene matices de conspiración, de villano etéreo que acecha para hacer cumplir su voluntad sin piedad. La trama logra hacernos pensar, temer en lo sencillo que irse de este plano, pero, lejos de un enfoque sombrío, enfatiza un mensaje de disfrutar cada minuto que tenemos, de beber la vida con ansia y aprovecharla porque, al final, no sabemos cuándo “la muerte” quiera hacer cumplir su voluntad.