La isla de Santorini, con sus casas encaladas y vistas de ensueño sobre el Egeo, esconde un pasado mucho más turbulento del que sus postales idílicas sugieren. Este archipiélago griego no es solo un destino turístico, sino el resultado de una de las erupciones más catastróficas de la historia: la explosión minoica de 1600 a.C., que arrasó con una civilización entera y dejó tras de sí un paisaje marcado por el fuego y la destrucción. Sin embargo, un nuevo estudio ha sacado a la luz un episodio que había permanecido enterrado—literalmente—bajo el mar: la erupción del año 726 d.C.
Hasta ahora, se creía que este evento había sido relativamente modesto, pero la realidad es mucho más inquietante. Investigadores han descubierto que aquella explosión fue mucho más poderosa de lo estimado, comparable en magnitud a la gigantesca erupción del volcán Hunga Tonga en 2022. El hallazgo, basado en el análisis de depósitos submarinos, sugiere que el volcán de Santorini puede ser capaz de liberar enormes cantidades de energía incluso en períodos considerados “tranquilos”.
Un mar en llamas: la erupción olvidada
Los registros históricos ya hablaban de un fenómeno aterrador en el año 726. Crónicas bizantinas describen cómo el mar dentro de la caldera de Santorini comenzó a hervir, cubriéndose de humo y cenizas antes de que el cielo se oscureciera con una lluvia de rocas y cenizas volcánicas. Según los relatos, los bloques de piedra pómez expulsados por la erupción fueron arrastrados por las corrientes marinas hasta las costas de Macedonia y Asia Menor, a más de 400 kilómetros de distancia.

A pesar de estas descripciones dramáticas, los geólogos nunca habían encontrado evidencia física de una erupción de tal magnitud. La única huella visible era una delgada capa de piedra pómez en la isla de Palea Kameni, uno de los dos picos volcánicos que emergen en el centro de la caldera. Esto llevó a los científicos a suponer que la erupción había sido relativamente pequeña, con un índice de explosividad volcánica (VEI) de 3 o 4.
Sin embargo, nuevas excavaciones y análisis de muestras del lecho marino han cambiado por completo esa percepción. Los investigadores han encontrado una capa de depósitos de ceniza y piedra pómez mucho más extensa y profunda de lo que se pensaba, lo que indica que la erupción fue, en realidad, de magnitud 5. Esto significa que fue entre 10 y 100 veces más grande de lo que las estimaciones anteriores sugerían.

Un volcán más peligroso de lo que se creía
La nueva evidencia plantea una pregunta crucial: ¿qué significa esto para el futuro de Santorini y de las poblaciones cercanas? Hasta ahora, se creía que después de una gran erupción caldérica, como la minoica, el volcán entraba en una fase de “rejuvenecimiento”, en la que solo producía pequeñas erupciones efusivas. Pero el hallazgo de esta erupción masiva en una etapa temprana del ciclo volcánico sugiere que el sistema magmático de Santorini es mucho más impredecible de lo que se pensaba.
La caldera ha permanecido relativamente tranquila desde su última erupción en 1950, pero en 2011 y 2012, un episodio de actividad sísmica y deformaciones en el suelo indicaron que algo se movía bajo la superficie. Aunque no llegó a una erupción, fue una señal de que el volcán sigue activo y podría sorprendernos en cualquier momento.
Las implicaciones de este hallazgo van más allá de Santorini. Si un volcán tan estudiado y monitoreado aún puede esconder episodios explosivos, ¿qué otros volcanes submarinos podrían estar albergando sorpresas similares? Este descubrimiento refuerza la idea de que necesitamos mejores sistemas de monitoreo para los volcanes sumergidos, que a menudo pasan desapercibidos hasta que es demasiado tarde.

¿Podría ocurrir una nueva erupción catastrófica?
En los últimos días, Santorini ha experimentado una notable actividad sísmica que ha generado preocupación entre residentes y autoridades. Desde el 24 de enero, se han registrado cientos de terremotos con magnitudes entre 3 y 5,2 en la zona comprendida entre Santorini y Amorgos. Aunque Grecia es una región sísmicamente activa, la frecuencia e intensidad de estos sismos sin un evento principal previo es inusual. Los epicentros se localizan bajo el lecho marino, lo que, según los científicos, podría minimizar daños potenciales. Sin embargo, existe el riesgo de que un sismo de mayor magnitud desencadene un tsunami. Hasta el momento, no se han reportado daños significativos ni heridos. Una explosión similar a la de 726 hoy en día tendría consecuencias devastadoras no solo para la isla, sino para toda la región del Egeo.
De hecho, las posibles amenazas incluyen tsunamis generados por explosiones submarinas, la caída de cenizas sobre Grecia y Turquía, la interrupción del tráfico aéreo y marítimo, y la destrucción de infraestructuras en Santorini y las islas vecinas. Además, el volcán Kameni, que ha crecido sobre depósitos de piedra pómez inestable, podría colapsar en el mar, provocando una avalancha submarina con efectos aún más destructivos.
Este estudio no solo reescribe la historia volcánica de Santorini, sino que también sirve como advertencia. A pesar de los avances en la ciencia volcánica, la naturaleza aún tiene muchos secretos por revelar, y Santorini nos recuerda que incluso los paisajes más serenos pueden ocultar un poder destructivo inimaginable.
Referencias
- Preine, J., Karstens, J., Hübscher, C. et al. Hazardous explosive eruptions of a recharging multi-cyclic island arc caldera. Nat. Geosci. 17, 323–331 (2024). DOI: 10.1038/s41561-024-01392-7
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2025-02-08 07:14:00
En la sección: Muy Interesante