Estos son dos retos vigentes para la economía colombiana en lo que resta del año | Crecimiento | Economía

Ya se ha dicho en más de una ocasión que la economía en el país se está recuperando a un nivel más lento del que se debiera y que por esta razón urge un plan de reactivación que se enfoque en sectores como la industria, la construcción y el comercio, para dinamizar la inversión y garantizar que el crecimiento del PIB se ubique en puntos que le permitan al país competir con sus pares en la región.

Si bien a comienzos de agosto se dijo que en seis semanas se tendría un paso a paso estructurado entre los comerciantes, empresarios y el Gobierno, para garantizar el cumplimiento de este objetivo, de las cuales apenas quedan dos, todavía no hay luces de lo que podría ser el plan, por lo que las alertas y llamados para que se avance rápido y se ejecuten acciones concretas, no cesan.

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Esta semana se conocieron dos nuevas revisiones a la situación fiscal y macroeconómica del mercado local, cada una con sus respectivas proyecciones de crecimiento para el 2024 y ambas concuerdan en que se mantendrá la recuperación de ítems como la demanda interna y el consumo, lo cual incidirá en que la dinámica económica siga en terreno positivo, aunque en niveles inferiores a lo que realmente se necesita.

Impulso limitado

El primer análisis que se publicó fue el de Mapfre Economics, que arranca destacando que Colombia avanza entre “leves mejorías” y una recuperación moderada que para ellos es reflejo de una economía que aún enfrenta retos significativos y que a pesar del crecimiento, el consumo tanto privado como público sigue mostrando señales de debilidad, lo que limita el impulso económico general.

“Las importaciones completaron una racha de un año cayendo, síntoma de cierta dificultad económica. Desde el punto de vista de los indicadores adelantados de actividad, el PMI compuesto se sitúa en 49,8 puntos, lo cual refleja una mejora respecto a trimestres anteriores, aunque aún por debajo del umbral teórico de contracción (50 puntos). La confianza del consumidor se ubica en -14,1 y sigue poco destacable”, señalaron.

El informe también advierte que aunque la producción industrial se recuperó un 4,1% interanual en abril, impulsada por un efecto de base comparativa, la confianza del consumidor sigue siendo negativa, con un índice de -14,1; lo cual para ellos genera un contraste entre la recuperación industrial y la baja confianza del consumidor que se traducen en un crecimiento desigual y pesimismo persistente.

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Para el caso de América Latina agregaron que “nuestra previsiones proponen una senda de crecimiento que se mantiene positiva, aunque por debajo del potencial, así como un ciclo expansivo con capacidad para seguir prolongándose en el tiempo. En general, la tendencia sigue siendo favorable y sin grandes cambios para Brasil y México, que continúan liderando el crecimiento de la región gracias a las dinámicas del nearshoring/frienshorign, pero que vienen encontrando vientos de cola ligeramente menos favorables”.

Mapfre resaltó que persisten alertas frente al control sobre la inflación y apoyar el crecimiento económico en un contexto de riesgos fiscales; lo cual está siendo teniendo en cuenta por el Banco de la República en su revisión de las tasas de interés. Así mismo, informaron que el peso colombiano se ha depreciado un 7% frente al dólar (corte junio) y no descarta que estas variaciones tengan impacto en el costo de vida.

Por último se enfocaron en la reforma pensional que entrará en vigencia el otro año y señalaron que “aunque tiene el potencial de mejorar la sostenibilidad del sistema pensional, también podría generar tensiones en la relación entre el sector público y privado y requiere una implementación cuidadosa para evitar impactos negativos en el ahorro y la inversión”.

Demanda interna

El segundo análisis llegó desde el banco JP Morgan, que advierte que la economía colombiana mostró un desempeño robusto en el primer semestre de 2024, a pesar de que el crecimiento del PIB en el segundo trimestre fue más bajo de lo esperado, al tiempo que señala que la actividad económica se mantiene cercana a su potencial, impulsada principalmente por un significativo repunte en la demanda interna.

“Tras revisiones drásticas a trimestres anteriores, la demanda interna ahora muestra un impulso vigoroso en la primera mitad del año, creciendo a un ritmo anualizado del 4%. Sin embargo, el nivel aún se encuentra un 3% por debajo del pico cíclico observado en el tercer trimestre de 2022. El aspecto positivo es que, tras las revisiones, la formación bruta de capital fijo ha continuado ganando, con un aumento a un ritmo anualizado del 6,7% en el primer semestre de 2024”, manifestaron.

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Pese a estas buenas noticias, JP Morgan advierte que la inversión es un punto a trabajar con urgencia y que si bien la recuperación es evidente, la economía colombiana todavía tiene terreno por recuperar para alcanzar sus máximos previos.

“La formación bruta de capital fijo, que mide la inversión en activos físicos, registró un incremento anualizado del 6,7% en el primer semestre de 2024. No obstante, esta inversión sigue siendo débil, situándose un 10% por debajo de su nivel máximo en 2022. Esta fragilidad en la inversión plantea preocupaciones sobre el potencial de crecimiento a largo plazo, dado su papel crucial en la expansión económica sostenida”, argumentaron.

En el caso de la demanda, sostiene que no pese a que no se volverá a niveles post-pandemia, todavía no se alcanza un nivel aceptable, con lo cual se ratifica la necesidad de políticas más efectivas para fortalecer la inversión y asegurar un crecimiento más sólido y sostenido.

A pesar de estos retos, JP Morgan mantiene su previsión de crecimiento del PIB para Colombia en un 2,0% interanual para 2024. Esta proyección se basa en la expectativa de que el consumo y la inversión fija mantendrán un comportamiento similar en la segunda mitad del año, con un crecimiento moderado del 0,5% en los próximos trimestres, lo que indicaría una estabilización de la economía tras los recientes ajustes.