Reforma laboral vuelve al Senado en medio de tensión entre el Congreso y el Gobierno Petro | Empleo | Economía

La reforma laboral, uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno de Gustavo Petro, entrará esta semana en su fase decisiva en el Senado, según fuentes del Legislativo que confirmaron que el debate en plenaria se retomaría el miércoles 11 de junio, tras la aprobación en tercer debate por la Comisión Cuarta y la radicación del texto para su discusión final.

Si bien los recientes hechos de orden público afectaron el comienzo de la agenda en el Congreso, desde esta rama del poder público indicaron que no se va a postergar este debate y que, con las reglas del juego claras, esperan que el Gobierno permita que el proceso avance sin presiones y en medio de deliberaciones abiertas.

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Aunque el texto mantiene la estructura de los 75 artículos previamente aprobados por la Cámara y la comisión, el ambiente político que rodea su discusión está cargado de tensiones entre poderes, ya que el presidente Petro ha reiterado públicamente su intención de convocar una consulta popular si el Congreso no aprueba la reforma, un anuncio que ha encendido las alarmas entre los defensores de la institucionalidad.

La senadora Angélica Lozano, presidenta de la Comisión Cuarta, respondió con contundencia al mandatario durante una intervención reciente en plenaria y recordó que la reforma será debatida, discutida y dirimida “a voto limpio”, y que el proceso de conciliación se hará dentro del marco legal y democrático. Afirmó que el Senado no está haciendo favores, sino cumpliendo con su deber constitucional.

Sin leña al fuego

En un tono directo, Lozano pidió al presidente moderar su discurso y respetar la separación de poderes, al tiempo que le dejó claro que “no puede esperar que traten con patadas a los congresistas de otros sectores. El decretazo que usted ha anunciado, y que ya tiene firmas, es una violación a la separación de poderes”.

Así mismo, denunció que ha sido hostigada y acusada por parte del Gobierno y sus simpatizantes, simplemente por negarse a respaldar la reforma sin discusión, por lo que cuestionó el uso de símbolos personales del presidente como si fueran representativos de toda la sociedad, y lo llamó a honrar el cargo que ocupa, recordándole que “tiene que controlar su discurso agresivo. A usted vienen y lo envenenan con acusaciones sin fundamento. Le toca honrar el rol que ocupa, que es el más alto honor del país”.

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Cambios parciales

Dejando claro que el Senado le advirtió que la plenaria asumirá el debate, pero no se permitirá que se impongan decisiones por presión ni por decreto, cabe recordar que el texto que llega a plenaria incorpora tres cambios sustanciales frente a lo aprobado en Cámara, comenzando por la garantía de que los aprendices Sena tendrán su afiliación al sistema de salud durante la etapa lectiva, y se reconoce su práctica como experiencia laboral.

Por otra parte, para las pequeñas empresas se crea un régimen simple de cotización mensual para cesantías, permitiendo aportes graduales y generando rendimientos desde el primer mes, y para los transportadores, se incorpora un artículo para impulsar su formalización mediante una política pública para este sector, que deberá ser formulada después de que se apruebe la reforma.

No hay que pasar por alto que el eje del debate no sólo es laboral, sino institucional y que la posibilidad de que el presidente impulse una consulta popular por decreto, en caso de hundimiento de la reforma, ha sido calificada como una amenaza al orden constitucional y debido a esto, la discusión técnica será intensa, pero el verdadero desafío será garantizar que las diferencias se tramiten dentro del cauce democrático y con respeto por los contrapesos del poder.