Indignación en Santa Marta por brutal caso de maltrato animal: exigen justicia por Pinky

Un nuevo caso de violencia contra los animales ha generado profundo rechazo en Santa Marta, luego de que se conociera el video de un hombre propinando una patada mortal a un perro en el barrio El Parque.

 Las imágenes, captadas por cámaras de seguridad y difundidas ampliamente en redes sociales, muestran cómo el agresor, identificado como Jeiner Maldonado, atacó sin motivo aparente al canino, conocido como Pinky, quien era la mascota de una familia del sector y muy querido por la comunidad.

El hecho, ocurrido en la vía pública y presenciado por varios testigos, provocó la muerte inmediata del animal. Pinky, de 12 años, era considerado “un hijo más” por su familia, quienes, devastados, han solicitado protección ante posibles represalias y han emprendido acciones legales con el apoyo del abogado Carlos Arturo Posada.

Según declaraciones de allegados y vecinos, el agresor tendría antecedentes de comportamientos violentos en el barrio.

Autoridades buscan al agresor

La denuncia penal fue radicada ante la Fiscalía General de la Nación, que ya adelanta la investigación correspondiente. La Alcaldía de Santa Marta confirmó la entrega de todo el material probatorio y expresó su rechazo institucional al ataque, reiterando su compromiso con la protección animal y el fortalecimiento de estrategias de prevención y denuncia del maltrato.

Funcionarios de la administración han acompañado a la familia de Pinky en el proceso judicial desde su inicio en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía Seccional Magdalena.

En declaraciones a los medios locales, la senadora Andrea Padilla, reconocida defensora de los derechos animales, se pronunció públicamente y aseguró que la Fiscalía está actuando con celeridad y que la familia de Pinky cuenta con acompañamiento institucional. 

Organizaciones defensoras de animales y colectivos ciudadanos han exigido que el responsable sea procesado bajo la Ley 1774 y la reciente Ley Ángel, que tipifican el maltrato animal como delito y endurecen las sanciones para estos casos.

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El caso de Pinky ha reavivado el debate sobre la necesidad de aplicar con rigor la legislación vigente y de no tolerar la impunidad frente a la crueldad animal. 

La comunidad y los defensores de derechos animales insisten en que estos actos representan un riesgo social y deben ser castigados ejemplarmente, enviando un mensaje claro de cero tolerancia al maltrato animal en Colombia.

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