nuevos rostros en el boxeo del Atlántico

Son las 8 de la mañana y ya el calor invade debajo de las tribunas del estadio Metropolitano Roberto Meléndez, de Barranquilla. Sin importar el ambiente infernal propio del clima, un grupo de jóvenes hacen guardia en el módulo de boxeo.

El joven Daniel Ramírez se ejercita practicando con la pera, a un lado del escenario, para posteriormente, en el cuadrilátero, preparar junto con un compañero la estrategia que utilizará en la próxima velada: un gancho, un uppercut, ¿cuál será el golpe más certero?

Los 29°C bajo sombra les provocan transpirar en abundancia, a tal punto de tener enchumbado de sudor el uniforme, lo que hace más pesada la vestimenta. Pero eso es lo de menos en este momento, Daniel repite el último golpe que dio ante las directrices del entrenador.

“No sé por qué me llamó tanto la atención, solo sentí que esto era para mí, que esto es lo mío. Cuando estoy en el ring, siento demasiada emoción, pero la que siempre me lleva a decir que me gusta es la felicidad de los triunfos. Cuando veo que todo el esfuerzo que he estado haciendo me dan frutos”, explica Ramírez, mientras toma un receso para hidratarse.

Daniel tiene 17 años, desde los 4 practica boxeo. En ese lapso, su formación en esta disciplina le ha valido una serie de logros, como el campeonato que obtuvo en junio de 2024 en los 60 kilogramos, correspondiente a los clasificatorios para los Juegos Nacionales.

El sueño de Daniel Ramírez en un futuro

Conocí el boxeo gracias a mi papá, que me llevó a ver a mi hermano pelear y de ahí me gustó

El joven, quien también ostenta dos subcampeonatos, cuenta que su visión a corto plazo está en ratificar lo que hizo y salir campeón en los Nacionales, mientras que en un futuro buscar un recorrido Olímpico.

“Sería la meta de cualquier deportista llegar a representar en su país en los Juegos Olímpicos”, manifiesta el boxeador juvenil antes de ponerse los guantes para retomar el entrenamiento.

Sin embargo, este espacio no solo es cuestión de hombres y así lo demuestra Melany Isabel Pérez Ramírez, de 16 años, quien con tesón y pasión, además de su fortaleza en el puño derecho, se ha abierto un cupo en el cuadrilátero.

“Conocí el boxeo gracias a mi papá, que me llevó a ver a mi hermano pelear y de ahí me gustó. Comencé a entrenar boxeo hasta que me monté en el ring y aquí estoy. Los boxeadores del Atlántico necesitamos el apoyo de los aficionados, porque tenemos cualidades y experiencia”, afirma la joven.

De la mano del profesor Raúl Pinzón Martínez

Ellos dos hacen parte de una camada de, aproximadamente, 60 muchachos que representan el nuevo rostro del boxeo en la Selección del Atlántico, un proyecto que dirige a doble jornada el profesor y exboxeador Raúl Pinzón Martínez.

“Es una nueva generación de muchachos que se vienen abriendo camino en el ámbito nacional y algunos ya internacional en el boxeo del Atlántico. El boxeo atlanticense duró casi 15 años que no figuraba en ninguna de las primeras líneas o de los pódium en los certámenes internacionales”, cuenta el hombre, de 44 años.

Pasé a la rama profesional y después decidí retirarme decepcionado del boxeo, por cuestiones económicas, malos contratos

Agrega que ya desde hace cinco años viene trabajando con un grupo de chicos del departamento, que se están destacando en la preselección Colombia y otros que han sido campeones nacionales.

Pinzón también tuvo su carrera como boxeador, empezando en la categoría aficionada, luego Selección Atlántico durante ocho torneos, con títulos, subtítulos y medallas de bronce, lo que le significó ser convocado a selecciones Colombia.

“Pasé a la rama profesional y después decidí retirarme decepcionado del boxeo, por cuestiones económicas, malos contratos, incumplimientos contractuales y eso me llevó a desertar del boxeo profesional”, recuerda el ‘profe’ Raúl.

No fue un golpe contundente para el entrenador

Pero ese golpe que recibió Pinzón Martínez no fue contundente para alejarlo totalmente del ‘deporte de las narices chatas’. Volvió ocho años después, pero esta vez para dirigir a niños y jóvenes interesados en adentrarse en esta disciplina.

“En un momento dado, empecé a trabajar con un chico en un gimnasio de artes marciales mixtas y me dediqué a darle clases personalizadas. Él siempre me manifestaba que nunca había entrenado con alguien que le dedicara tanto tiempo. Le empecé a creer y fue lo que me impulsó a formar un club, Los Hermanos Pinzón, en un parque de la carrera 38 de Barranquilla”, relata.

En ese ‘primer inning’ de las vueltas de la vida alcanzó a conformar un equipo de 40 ‘pelaos’ que les gustaba el boxeo en una tierra donde impera más el balompié, incluso siendo denominada ‘La cuna del fútbol colombiano’.

En ese sentido, Pinzón comprendió que tenía una tarea más allá de ser entrenador de estos 40 muchachos que confiaron en él para formarse como boxeadores. Más bien, su misión era “reaparecer un deporte que venía de capa caída”.

“Había menguado en muchos aspectos, no se hacía boxeo y me lancé a hacer la primera velada de boxeo, donde por primera vez después de 20 y pico años en el boxeo nunca se había entregado unas medallas de tal magnitud, ni una botella con agua. Fue algo que fue impactante para mí, porque logré hacerlo sin apoyo de ningún ente gubernamental, lo hice con el apoyo de mis amistades. El boxeo había que dignificarlo”, cuenta que ese fue el primer paso.

Las características del boxeador atlanticense

Fue entonces cuando le ofrecieron la Selección Atlántico de boxeo al profesor Miguel Ángel Guzmán, quien tuvo la gentileza de invitarlo a conformar este cuerpo técnico junto con Ángel Priolo, para empezar por el sueño convertido en realidad.

Nos hemos caracterizado por el estilo, por trabajar a distancia larga. Pegar y no dejarme pegar

De entrada quedaron campeones el mes pasado en la categoría juvenil, logrando retener el título conseguido hace dos años en Santa Marta. Son los actuales campeones nacionales en la rama masculina.

“Queremos seguir manteniendo este grupo y que en los próximos dos o tres años seamos los campeones nacionales en la categoría élite. El boxeador atlanticense, al igual que el boxeador de Bolívar, nos hemos caracterizado por el estilo, por trabajar a distancia larga. Pegar y no dejarme pegar, lo que llamaríamos el boxeador estilista. Esto identifica al boxeador costeño, porque es donde tenemos el picante, el sabor. Tenemos la fortaleza de manejar los espacios péndulos, los espacios laterales, tenemos mejor movimiento en cuanto al contragolpe y es algo que hemos fortalecido en los muchachos”, sentencia el entrenador.

Esas características técnicas están entre ceja y ceja de Daniel Ramírez, Melany Pérez y los otros 58 ‘pelaos’ que siguen entrenándose hasta caer la tarde debajo de las tribunas del ‘Metro’, con el fin de mostrarse como los nuevos rostros del boxeo en el Atlántico.

Deivis López Ortega

Corresponsal de EL TIEMPO – Barranquilla

En X: @DeJhoLopez

Escríbeme a deilop@eltiempo.com

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