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Cinco compañías energéticas concentran las compras legales de gas ruso en España | elperiodico.com

Cinco compañías energéticas concentran las compras legales de gas ruso en España

El puerto ruso de Sabetta está literalmente en el fin del mundo, unos 600 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, donde el sol desaparece durante tres meses al año y las temperaturas llegan a superar los 50 grados bajo cero. Desde allí parten todos los barcos metaneros que han abastecido de gas ruso a España desde que el Kremlin decidiera invadir Ucrania y dinamitar la arquitectura de seguridad europea. Ese gas natural licuado (GNL) producido en Rusia ha ayudado a españoles y europeos a vadear el invierno sin apagones ni más sobresaltos que la factura mensual. Pero también se ha convertido en un asunto embarazoso para España, a medida que el país se convertía en uno de los mayores importadores mundiales de GNL ruso. Un comercio dominado por un puñado de compañías que está enriqueciendo a varios oligarcas cercanos al Kremlin y alimentando de forma indirecta las arcas públicas con las que Rusia financia su guerra. 

La compra de gas ruso es totalmente legal. A diferencia de lo sucedido con el petróleo el diésel o el carbón, la Unión Europea no ha impuesto todavía sanciones al gas para no contribuir a la presión sobre los precios, que llegaron a multiplicarse por 10 el año pasado, ni arriesgar con la seguridad del suministro. Un factor que dificulta enormemente que las empresas con contratos en Rusia puedan invocar una «causa de fuerza» mayor para rescindirlos. Y desde el inicio de la invasión, España ha sido uno de los mejores clientes de la industria gasística del país eslavo.

Sus importaciones de GNL ruso aumentaron un 55% en 2022 y siguieron creciendo en los cuatro primeros meses de este año un 58% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Si se comparan esos 14 meses con los que precedieron al inicio de la guerra, casi se han doblado, según datos de Corporación de Reservas Estratégicas (Cores). «La sequía y los problemas del parque nuclear francés han obligado a incrementar el consumo de gas natural para producir electricidad, sobre todo para cubrir las necesidades de nuestros vecinos, Portugal y Francia«, aseguran fuentes del Ministerio de Transición Ecológica. «Todo ello ha propiciado ese aumento de la llegada de gas desde Rusia y otros países como EEUU». En lo que va de año, el gas ruso ha cubierto el 17% del suministro en España, solo superado por Argelia y EEUU, ambos con el 24%, según los datos acumulados de Enagás hasta el mes de abril.

Quinto importador mundial

En la UE, solo Bélgica ha importado más este 2023, mientras que, en términos globales, España aparece como el quinto mayor comprador de GNL ruso desde el inicio de la invasión, únicamente superado por Japón, Bélgica, China y Francia, según datos del Center for Research on Energy and Clean Air (CREA). Esa realidad, que incomoda al Gobierno, es en gran medida conocida. Mucho menos se sabe, sin embargo, de cuáles son las compañías que están importando el GNL ruso. Y no se sabe porque los contratos de gas son confidenciales y las energéticas no tienen ningún interés en airear sus relaciones comerciales con Rusia. En España, solo Enagás y Cores dicen conocer el nombre de los compradores, pero después de una larga búsqueda EL PERIÓDICO ha podido acceder a los datos de Kpler, una de las pocas consultoras mundiales que, tras rastrear los buques metaneros que llegan a puerto, trata de averiguar el nombre de la empresa importadora. No siempre lo consigue, de modo que este diario ha optado por publicar únicamente los nombres de las energéticas cuyas importaciones ha podido verificar o que Kpler identifica con un alto nivel de certidumbre.

Desde que comenzó la invasión y hasta finales de abril cinco compañías han traído gas ruso a España, según esos criterios. Naturgy es de largo el principal importador, con más de la mitad de las compras de gas ruso recibido en los puertos españoles. Volúmenes que, según la compañía, se ajustan a las cantidades establecidas en el contrato a largo plazo que firmó en 2013 con un consorcio internacional liderado por Novatek, el mayor productor independiente de gas ruso, y comenzó a explotar en 2018. Ese contrato no expira hasta 2041 y contempla el envío a España de 37 metaneros al año, aunque según los datos de Kpler, la empresa trajo el año pasado 40 buques desde Rusia. «No traemos nada que esté fuera de ese contrato, que está sujeto a unas cláusulas de cumplimiento. No nos estamos lucrando con la situación», asegura la portavoz de Naturgy, Paula Zapata. La compañía dice importar anualmente «alrededor de 3 billones de metros cúbicos«, una cifra que equivaldría al 53% de todas las importaciones desde Rusia en 2022.  

Naturgy, Total y los ‘traders’ suizos

Muy lejos de Naturgy aparece la filial española de la energética suiza Met, una de las 10 mayores comercializadoras de gas y electricidad de España, que ha traído un mínimo de dos buques metaneros en los 14 meses analizados. «No hacemos comentarios sobre dónde compramos exactamente el gas», afirma la compañía. En la lista aparecen también las filiales de otros dos ‘traders’ con cuartel general en Suiza, Dxt y Enet, también con un mínimo de dos fletes cada una.

El último actor involucrado en el negocio es francesa Total Energy, con un único cargamento que llegó a España en mayo de 2022 y que habría contratado días antes del inicio de la invasión. «Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Total no ha importado gas de Rusia directa o indirectamente a España a excepción de un envío ‘spot’ que fue tramitado antes de la guerra», sostiene la compañía. Las compras ‘spot’ son aquellas que se pagan al contado para su envío inmediato. Un tipo de negocio más oportunista que los contratos de larga duración al que también han recurrido Met, Dxt y Enet, según los datos de Kpler. 

A pesar de no haber impuesto sanciones al gas, un factor que complica la ruptura de sus contratos para empresas como Naturgy,  Bruselas sí se ha conjurado para acabar con la dependencia de Rusia en 2027 y días después de la invasión presentó un plan para reducir en dos tercios las compras totales de gas ruso en 2022. Desde entonces las importaciones por tubo se han desplomado, a medida que el Kremlin cortaba el suministro, pero las marítimas aumentaron más de un 30%.

En parte, por el apetito de Bélgica, Francia, España y Holanda. «El mercado europeo ha sido muy atractivo para cualquier suministrador de GNL y Yamal LNG, el principal proveedor ruso de Europa, está muy cerca del continente», asegura Anne-Sophie Corbeau desde el Center on Global Energy Policy. «Desde un punto de vista puramente económico, tiene sentido para las compañías comprar en un mercado cercano y venderlo en la UE, donde se han pagado precios altísimos«. Tan buen negocio como el gas ruso, añade Corbeau, lo ha sido el estadounidense. 

Reexportación de gas a Europa 

Parte de esas importaciones ha servido para cubrir los agujeros de aquellos países que han dejado de recibir gas ruso por tubo o que lo han reducido significativamente, como Alemania, Polonia o Italia. «Con su exceso de capacidad de regasificación, España ha sido el mercado más fácil para los importadores, que luego se han dedicado a redistribuirlo donde más se necesitaba, particularmente el noroeste de Europa», asegura Henning Gloystein, analista del Eurasia Group. De acuerdo con la CNMV, España fue el mayor reexportador de gas para Europa el año pasado, principalmente a Alemania e Italia. Aumentaron un 45%, una cifra sin precedentes.

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El Gobierno español lleva meses pidiendo a los importadores que reduzcan su dependencia de Rusia y en marzo les envió una carta instándoles a no firmar nuevos contratos en Rusia ni renovar los preexistentes. «Si queremos ser consistentes, no podemos seguir aceptando el GNL ruso», les dijo la ministra Teresa Ribera en la misiva, según publicó ‘Bloomberg’. Enagás, Axpo Iberia y Repsol contestaron diciendo que no han importado desde Rusia desde el inicio de la agresión militar. 

«Se puede hacer una lectura positiva o una lectura crítica del papel que ha desempeñado España«, dice Gloystein desde el Eurasia Group. «La positiva es que sus importaciones de gas ruso han ayudado a resolver la crisis energética, particularmente en el norte de Europa. La negativa es que algunas compañías se han lucrado mientras aportaban ingresos al Gobierno ruso a través de los impuestos que Novatek paga en el país», añade. Solo los importadores españoles han dejado en la economía rusa 3.489 millones de euros desde el inicio de la invasión, según las estimaciones de CREA.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2023-06-05 15:30:01
En la sección: El Periódico – internacional

Publicado en Internacionales