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El rico legado arqueológico y cultural iraquí sigue bajo amenaza | elperiodico.com

El rico legado arqueológico y cultural iraquí sigue bajo amenaza

“Son cosas que pasan”. El secretario de Defensa de Estados Unidos en el 2003, Donald Rumsfeld, uno de los arquitectos de la invasión de Irak, no dio mucha importancia a las imágenes de saqueo y pillaje del Museo Arqueológico de Bagdad que empezaron a verse tras la caída de la ciudad a manos del Ejército estadounidense. Durante 36 horas, el tiempo que tardaron las fuerzas ocupantes en asegurar el museo y en regresar los empleados de la institución, se desarrolló lo que el mundo de la arqueología considera uno de los mayores saqueos culturales de la era moderna. Cifras conservadoras hablan de que alrededor de 15.000 piezas fueron robadas, de las cuales, según las vagas estimaciones de las autoridades arqueológicas iraquís, se han recuperado algo más de la mitad. El museo ha reabierto en Bagdad, pero hoy, veinte años después del icónico saqueo, el rico legado cultural y arqueológico de Irak “se encuentra bajo amenaza y en muchas zonas del país está sufriendo un daño irreversible a causa del tráfico ilícito de propiedad cultural”, afirma Sophie Delepierre, Jefa de Protección del Patrimonio en el Consejo Internacional de Museos (ICOM en sus siglas en inglés). 

Iyad Kadhim, director general del Departamento de Patrimonio del Ministerio de Cultura, Turismo y Antigüedades de Irak, afirma en su despacho en el museo que en el asalto del 2003 participaron tres tipos de saqueadores: «Gente de a pie, sin conocimiento de arte y arqueología, gente que tenía conocimiento de piezas concretas que se exponían en el museo y bandas internacionales que entraron en el país con los soldados y los periodistas”. Las piezas que robaron iraquíes fueron más sencillas de recuperar. Kadhim participó en el dispositivo que recuperó la Dama de Warka, una pieza sumeria del año 3.100 antes de Cristo, conocida como la Mona Lisa de Mesopotamia, en una granja donde había permanecido enterrada durante meses “a la espera de ser vendida a un intermediario alemán”, explica Kadhim. 

Piezas difíciles de colocar

El problema para los saqueadores de la Dama de Warka –que hoy se exhibe en el Museo de Irak– es que era una pieza demasiado relevante. “Las piezas muy conocidas procedentes de robos a museos son muy difíciles de colocar en el mercado ilícito de antigüedades. Hay que dejarlas enfriar durante años ante el riesgo de que sean reconocidas”, explica Juan José Águila Navarro, el teniente responsable de la Sección de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, uno de los cuerpos policiales europeos más respetados por su lucha contra el tráfico ilegal de objetos de arte. Y añade: “Es más difícil seguir la pista a las piezas procedentes de un expolio. Como se trata de una pieza que literalmente ha sido desenterrada, no hay una historia conocida sobre ella”. En este caso, el reto de los contrabandistas es crear la historia; el de las autoridades museísticas y agencias policiales, desenmascararla. 

Para Irak, es un desafío muy grande. “Incluso cuando acabó la guerra, las consecuencias de la inestabilidad abre las puertas al saqueo de sitios históricos”, explica Delepierre. Kadhim admite la dificultad del reto para su país: “En Irak, las piezas que guardamos en museos están seguras. El problema es que tenemos 17.000 yacimientos arqueológicos reconocidos en todo el país, y calculamos que podría llegar a haber hasta 30.000 si incluimos los ilegales. Hace falta protección, mucho material, dinero y personal de seguridad para evitar el expolio”.  

El contrabando del ISIS

Las dificultades de Irak para proteger su patrimonio histórico se pusieron crudamente de manifiesto en el periodo entre 2014 y 2017, cuando el Estado Islámico utilizó el contrabando internacional de piezas de arte como una de sus principales fuentes de financiación. “El daño causado por el Estado Islámico es difícil de valorar a pesar del incansable trabajo de arqueólogos de todo el mundo porque hoy aún sigue habiendo saqueos, tanto organizados como esporádicos de ladrones individuales”, se lamenta Delepierre. 

Según el ICOM, los mercados negros on line son los principales puntos de compra de antigüedades expoliadas, ya que colocar material robado y expoliado en casas de subasta y galerías es muy difícil a causa del control de la Interpol y cuerpos policiales como la Guardia Civil. “A través de la colaboración policial e Interpol nosotros supervisamos las subastas internacionales”, confirma Kadhim. La ONU decretó en 2015 que no se deben vender antigüedades de Irak o Siria sin una clara documentación que acredite su origen legítimo. “Hay mucha sensibilidad a nivel internacional con las piezas que proceden de- zonas de conflicto, como Siria, Libia, Yemen… Hay colaboración policial para acreditar la trazabilidad. Y herramientas como la lista roja del ICOM son útiles”, explica el teniente Águila. 

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La Lista Roja de Emergencia de Objetos Culturales Iraquíes en Riesgo que elabora el ICOM, cuya primera versión es del 2003 y la última actualización, del 2015, “ha sido de utilidad en la captura exitosa de objetos ilícitos”, declara Delepierre. No se trata de una lista de objetos robados o expoliados, sino “del tipo de objetos de un país que son susceptibles de ser comercializados de forma ilegal”, como la intención de que sirva de guía para cuerpos policiales, expertos, empleados de aduana, seguridad en aeropuertos, etcétera. En el caso iraquí, la lista roja incluye ejemplos de manuscritos, tabletas grabadas en piedra o barro, cilindros, sellos, esculturas, piezas arquitectónicas y figuras en piedra que pueden ser expoliadas de yacimientos arqueológicos. «La lista roja es una herramienta vital en la lucha contra el tráfico de tesoros iraquíes”, afirma Kadhim.  

La lista roja de Irak es una pequeña muestra de la extraordinaria riqueza cultural del país. Pasear por el Museo de Irak veinte años después del doloroso saqueo del 2003 es imaginar un Irak diferente del país plagado de cicatrices surgido de la invasión estadounidense. El museo luce renovado. Muchas de sus visitantes son mujeres jóvenes, y abruma saber que exhibe al público tan solo una pequeña parte de su valiosa colección. Mirando al pasado, Irak puede imaginar su futuro. “La sociedad iraquí debe entender que la primera que tiene que proteger sus tesoros es ella misma”, sentencia Kadhim. 

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2023-03-21 11:50:59
En la sección: El Periódico – internacional

Publicado en Internacionales