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La crisis de Venezuela rebrota con la inhabilitación de la opositora Machado y el retorno de las sanciones de EEUU | elperiodico.com

La opositora María Corina Machado, durante un acto en Maracay (Venezuela) el pasado 28 de septiembre.

«Elecciones ya», exclamó Nicolás Maduro después de que la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) anunciara su decisión de elaborar con «precandidatos, partidos y movimiento de electores que quieran» el cronograma electoral de 2024. «Diálogo incluyente», añadió el presidente de Venezuela. Pero las palabras de entusiasmo se dan de bruces con un presente político que se parece mucho a frustraciones recientes. María Corina Machado, la candidata de la oposición surgida de las primarias, ha sido inhabilitada por el Tribunal Supremo de Justicia (TJ) por su supuesta participación en actos conspirativos. La palabra «proscripción» está en boca de los adversarios y Estados Unidos anunció el retorno de las sanciones económicas contra Caracas. Todo recuerda demasiado a episodios anteriores de la prolongada crisis venezolana: el Gobierno lanza invectivas contra Washington y prepara las condiciones para que Maduro vuelva a competir contra sí mismo en las presidenciales que deben celebrarse este año.

La situación es circular en Venezuela. Negociaciones, esbozo de apertura, sensación de que el conflicto se encarrila y, de repente, denuncias oficiales de atentados fallidos contra Maduro, una nueva ola represiva y el endurecimiento del Palacio de Miraflores. Nadie se sorprendió el martes por la noche cuando el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Matthew Miller, informó que a partir del 18 de abril regresan las sanciones económicas que afectan al petróleo, el gas y el oro y que habían facilitado entendimientos con la española Repsol, la francesa Maurel & Prom y otras empresas. Ese día expiran las flexibilizaciones otorgadas en virtud de los acuerdos de Barbados entre el madurismo y la oposición para realizar elecciones generales sin exclusiones.

El dictamen del TSJ sobre la candidatura de Machado es observado por EEUU como una «falta de avance» de las metas pactadas en octubre pasado. Lo acordado en Barbados, reiteró la Casa Blanca, «sigue siendo el mecanismo más viable para resolver la crisis política, económica y humanitaria de larga data de Venezuela y lograr elecciones competitivas e inclusivas en Venezuela, pero eso requerirá que Maduro y sus representantes respeten los principios de la hoja de ruta y garanticen que los actores políticos de la oposición tengan la derecho a elegir libremente a sus candidatos para las elecciones presidenciales de 2024». Costa Rica, Chile, República Dominicana, Francia, Panamá, Canadá y Ecuador han cuestionado el pronunciamiento de TSJ. Chile también expresó su «preocupación» por lo que ocurre en Venezuela.

La respuesta oficial a Washington

La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, no se demoró en reaccionar. «Si dan el paso en falso de intensificar la agresión económica contra Venezuela, a petición de los extremistas lacayos en el país, a partir del 13 de febrero quedarían revocados de manera inmediata los vuelos de repatriación de migrantes venezolanos, y pasarían a revisión cualquier mecanismo de cooperación existente». A su juicio, se trata de un «grosero e indebido chantaje y ultimátum».

El ministro del Petróleo, Rafael Tellechea aseguró en tanto que Venezuela está preparada para enfrentar las circunstancias que se avecinan. «Si nos imponen más sanciones, tendremos una industria poderosa para hacer frente a la crisis energética mundial».

La oposición, que se ha unificado detrás de Machado, aunque no todos se identifican con el programa derechista de la líder de Vente Venezuela, sintieron otra vez el tono de burla de Maduro cuando respaldó «con todas» sus «fuerzas» la elaboración del cronograma electoral en una «gran mesa de diálogo naciona». Al grito de «yanquis de mierda», Jorge Rodríguez, la principal autoridad parlamentaria y jefe de la delegación que ha negociado en Barbados con la Plataforma Unitaria de la oposición, convocó a «empresarios, campesinos artistas plásticos, profesores universitarios y maestras de escuela» para sumarse a la contienda. El Consejo Nacional Electoral (CNE), mientras, se mantiene en silencio.

La encrucijada

«No hay elecciones sin mí», reiteró Machado. «Aquí son millones que quieren un cambio y que han votado en las primarias por mi candidatura para derrotar a Maduro. Y el régimen lo ha subestimado».

El analista político Luis Vicente León sostuvo que el retorno de las sanciones para hacer frente a una medida «claramente antidemocrática» del madurismo no resolverá el problema. «Los sancionadores lo saben, más allá de las presiones políticas internas que les obligan a anunciarlas, en medio de una gran presión electoral», señaló sobre las elecciones estadounidenses.

Léon está convencido de que Maduro no va a habilitar a Machado. Venezuela se enfrentará otra vez con una inestabilidad conocida: déficit de abastecimiento en todos los órdenes, «empobrecimiento del sector productivo, más deterioro de la ya pobre infraestructura y un mayor poder político para el repartidor de las migajas que queden (como lo hemos visto en los últimos seis años)». El analista considera «perfectamente natural» que las fuerzas que promueven cambios democráticos «busquen mecanismos de presión y negociación para reaccionar a los abusos de poder». Sin embargo, recalca, «es decepcionante que la respuesta no sea una estrategia distinta sino la misma que ya habían reconocido inútil. Porque está perfectamente claro cuál será su resultado». 

A su criterio, la oposición debería entender «que no se trata de una persona sino de una estrategia y un país». Aunque León no lo explicita, se inclina a sugerir que al madurismo se le ganará en su propio terreno, como sucedió en Chile en 1988, cuando la oposición derrotó al dictador Augusto Pinochet en el plebiscito con el que buscaba perpetuarse.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elperiodico.com

Publicado el: 2024-01-31 10:48:11
En la sección: El Periódico – internacional

Publicado en Internacionales

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