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‘Espartaco’ se ve también en el cine de Semana Santa

‘Espartaco’ se ve también en el cine de Semana Santa

Para esta temporada, en las carteleras televisivas, es posible ver Espartaco junto a las infaltables del cine bíblico: Los diez mandamientos y Ben-Hur, gracias al fenómeno del péplum que abarcaba también a otras cintas llamadas de ‘espadas y sandalias’ o ‘cine de romanos’, que ambientaban las epopeyas de los inicios del Imperio romano y del cristianismo.

Justamente, Espartaco se produjo debido al éxito que alcanzaron las anteriores: “Después de Los vikingos, juré que jamás haría una. Pero lo que Hollywood hacía en los años cincuenta eran superproducciones que rendían grandes beneficios: Quo Vadis, El manto sagrado y Los diez mandamientos. En 1957 me mostraron un libro titulado Espartaco de Howard Fast. Sería una película fabulosa. Tomé una opción para su compra con dinero de mi propio bolsillo” , contó el actor Kirk Douglas en su autobiografía El hijo del trapero (1998).

Ellas fueron una realidad debido a que los estudios hollywoodenses se trasladaron a los míticos Estudios Cinecittá de Roma (Italia) para aprovechar sus amplias instalaciones y bajos costos de producción. Y recuperar así igualmente los capitales que tenían inmovilizados en los bancos por concepto de distribución de sus películas a raíz de la Segunda Guerra Mundial.

La MGM llegó el 22 de mayo de 1950 (lo hacía por segunda vez) a rodar Quo Vadis, dirigida por Mervyn Leroy, con Robert Taylor y Deborah Kerr, a un costo de 7 millones de dólares, siendo la más cara hasta el momento, con 30.000 extras y la confección de más de 32.000 trajes de época. Fue la más taquillera del año, la segunda en recaudación, después de Lo que el viento se llevó, de 1939.

Su éxito sirvió de punta de lanza para que otras películas se rodaran allí en años posteriores, haciendo uso de la parafernalia dejada por ella, en cuanto a decorados y técnicos locales se refiere, tales como El manto sagrado (1953), Ben-Hur (1959) y Cleopatra (1963), entre otras: “Es notable por muchos motivos. El primero sería su gigantismo y fastuosidad (…) con decorados geniales y haber podido contar con miles de figurantes de carne y hueso (…). Fue la impulsora de un cine bíblico épico que estuvo de moda durante más de una década”, acota Fernando Gil Delgado, crítico de cine de FilaSiete (2021).

Dando origen así a un subgénero del cine bíblico que se llamó El péplum, en alusión a una prenda de vestir griega acuñado por un crítico francés, para darles nombre a esas producciones que fueron bien acogidas en las salas de cine del mundo, a lo largo de quince años.

Kirk Douglas, el artífice

Cuando Kirk Douglas se montó en este carro ganador tenía 40 años y estaba en la cima de una carrera meteórica. Se había convertido en una cotizada estrella y, además, poseía su propia productora de películas, Bryna, bautizada así en honor de su madre, con varios títulos a su haber: Pacto de honor (1955), El loco del pelo rojo (1956), donde encarnó a Van Gogh, y Senderos de gloria (1957), entre otros: “Llamé a la productora Bryna Company en honor a mi madre. (…) Me emocionó poner a una empresa cinematográfica el nombre de mi madre inmigrante, que nunca había contado con las ventajas de una educación, ni siquiera cuando llegó”, dijo en sus memorias.

Nacido como Issur Danielovich en Nueva York, el 9 de diciembre de 1916, hijo de campesinos judíos que emigraron de Bielorrusia en 1908 a los EE. UU. A su padre lo ayudaba en sus labores de reciclador por las calles y contribuía con los gastos de la casa vendiendo periódicos y refrescos, oficios que realizaba sin dejar de asistir a la escuela. Culminó su High School en un instituto cercano y empezó a estudiar en la St. Lawrence University de Nueva York a cambio de ser jardinero y conserje en la misma.

Tras graduarse en Letras con el título de Bachelor of Arts, se ganó una beca para estudiar en la Academia de Arte Dramático de Nueva York que alternaba con trabajos veraniegos, como actor de repertorio. Empezó a llamarse con el nombre artístico de Kirk Douglas. Debutó en Broadway en 1941 y cinco años después lo haría en el cine en 1946, con la película El extraño caso de Marta Ivers, dirigida por Lewis Milestone y producida por Paramount Pictures.

Su carrera no cesó de ascender de manera vertiginosa protagonizando sucesivamente 33 cintas al lado de los mejores directores y estrellas a nivel mundial. Hasta 1959, cuando se enfrentó al mayor reto de su trayectoria, según sus propias palabras: El rodaje de su película 34, Espartaco, como protagonista en el papel del gladiador que estremeció los cimientos del imperio romano en el año 73 a. C. y, además, productor de esta.

Cómo se hizo

De 1957 a 1960 se dedicó de lleno a sacar adelante su proyecto. El guion se lo encomendó al propio Fast, autor del best seller, que resultó un fracaso, porque “no había apelado –dijo– a los elementos que él mismo había incluido en su libro”.

En su lugar recurrió a uno de los mejores guionistas, pero que estaba en la lista negra del senador McCarthy (al igual que Fast). Se trataba de Dalton Trumbo, quien aceptó gustoso, a través de un prestanombres. Así se había ganado ya dos Óscares al mejor guion por La princesa que quería vivir (1953) y El niño y el toro (1956): “Sabíamos que era un autor brillante; habíamos oído que era un fenómeno de la velocidad”, añadió el actor.

Con el guion en la mano logró que la Universal Pictures se interesara y se vincularan al elenco Laurence Olivier, Charles Laughton, Peter Ustinov y Jean Simmons, cuatro grandes actores británicos que se necesitaban para los papeles de Craso, Sempronio Graco, Batiato y Varinia, respectivamente. También a estrellas conocidas como Tony Curtis, Nina Foch y Herbert Lom, para los papeles secundarios. Y la compañía Universal impuso como director de la cinta a Anthony Mann, muy reputado por sus westerns taquilleros, pero sin experiencia en la materia (5 años después demostraría lo contrario con La caída del imperio romano (1964).

Comenzó a rodarse el 27 de enero de 1959; sin embargo, al poco tiempo Mann fue despedido por desavenencias con el productor y la cinta quedó sin director. En medio de sus afugias, Douglas pensó como último recurso en Stanley Kubrick, que tres años antes había dirigido con tino su película de tema bélico Senderos de gloria.

Asumiendo un gran riesgo, pues este solo tenía cuatro realizaciones a su favor –Miedo y deseo, El beso del asesino, Casta de malditos y la antes mencionada–. No obstante, con Kubrick al mando, el 16 de febrero del mismo año se retomó el rodaje, sin perder un solo día, en adelante, hasta finalizar su rodaje.

Finalizadas las secuencias de estudio en EE. UU., las escenas de combate que faltaban se filmaron íntegramente en España, que para 1955 había seguido el rumbo marcado por Cinecittá en Italia, con Alejandro Magno, una superproducción de la United Artists, dirigida por Robert Rossen y protagonizada por Richard Burton y Claire Bloom, cuyas batallas se filmaron en locaciones de la Dehesa de Navalvillar, a treinta kilómetros de Madrid, con la colaboración de técnicos de los estudios de Sevilla Films: “Desde los años cincuenta, los grandes productores de Hollywood se fijan en España como plató natural para rodar algunas de las superproducciones más espectaculares de la historia del cine en lo que se llamaría El Hollywood español”, según cuenta Víctor Castellano en Espartaco (2009).

Stanley Kubrick llegó a Madrid el 26 de octubre de 1959, por seis semanas, a filmar las escenas de masas, pues no quiso que la 2.ª Unidad las hiciera. Las que se rodaron en la locación de Colmenar Viejo con la participación de 200 técnicos españoles, que habían trabajado con anterioridad en superproducciones semejantes y 8.000 soldados que le suministró el jefe de estado Francisco Franco, ya que se requerían extras con experiencia militar.

Ellas fueron las del campamento de los esclavos, las marchas, los grandes planos de la muchedumbre escuchando a Espartaco antes de entrar en combate, la crucifixión de los sublevados y, sobre todo, la gran batalla del Vesubio. En la posproducción Douglas incluyó en los créditos a Dalton Trumbo como el verdadero autor del guion poniendo así término al infamante veto que padeció durante más de una década.

La película se estrenó el 10 de octubre de 1960, a un costo de 12 millones de dólares y una duración de 3 horas y 27 minutos, resultando un gran éxito de taquilla, con una recaudación que alcanzó los 60’000.000 de dólares. Se alzó con cuatro premios Óscar de la academia a mejor actor de reparto (Peter Ustinov), mejor fotografía, mejor vestuario y mejor decorado.

Nuevamente podemos tener la oportunidad de volvernos a emocionar con la figura legendaria de Espartaco gracias a Kirk Douglas, Stanley Kubrick y Dalton Trumbo, tres genios que coincidieron en ella para fortuna de sus miles de seguidores.

3 PREGUNTAS A: Mauricio Laurens, crítico de cine

‘Kubrick transformó el contenido de las cintas históricas’

¿Qué significó Espartaco?

Se trata del quinto largometraje dirigido por Kubrick (solo hizo 12 en total), uno de los más grandes directores del mundo en la segunda mitad del siglo XX. Con Espartaco, en 1960, transformaría el contenido de las cintas históricas al servicio de las causas libertarias.

Diferencias con Los diez mandamientos y Ben-Hur…

Espartaco poco tiene que ver con la convencional Ben-Hur de William Wyler y nada con la bíblica Los diez mandamientos. Aunque es una superproducción de ‘romanos’, que no trata temas cristianos, muestra, en su lugar, un gran dramatismo de connotaciones políticas que pertenece, sin embargo, al subgénero del péplum (cintas de época sobre griegos y romanos de la antigüedad), muy en boga por entonces.

Kirk Douglas creyó mucho en Kubrick…

No olvidemos que antes en 1957 le había encargado la dirección de su película Senderos de gloria, también interpretada por él, en donde Kubrick abordó los horrores de la Primera Guerra Mundial con una perspectiva demoledora, considerada por ese motivo la segunda película bélica de mayor importancia de todos los tiempos, sobre esa guerra.

HUMBERTO VÉLEZ CORONADO

Para EL TIEMPO

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2024-03-28 07:00:00
En la sección: EL TIEMPO.COM -Cultura

Publicado en Cultura

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