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El problema de los 3 cuerpos, crítica sin spoilers. Los creadores de Juego de Tronos le brindan a Netflix el primer fenómeno televisivo de 2024

El problema de los 3 cuerpos, crítica sin spoilers. Los creadores de Juego de Tronos le brindan a Netflix el primer fenómeno televisivo de 2024

Del más que razonable escepticismo a la sorpresa y, de ahí, a la imperiosa necesidad de ver un capítulo más. Y otro. Y otro más. El problema de los 3 cuerpos le da un giro propio a lo que ya era una apuesta sobre seguro y, pese a que dividirá opiniones, lo que queda patente al llegar a su octavo y último episodio es su intención de ser el primer gran fenómeno televisivo de 2024. Un objetivo que está en manos de los espectadores, desde luego, pero incluso al desmarcarse intencionalmente de la novela, logra retener las ideas esenciales que la convirtieron en un exitazo.

Los creadores de Juego de Tronos para HBO vuelven a apoyarse en un nuevo referente literario moderno, cambiando los mundos de fantasía por un drama épico que transcurre en un mundo moderno. Eso sí, pese a que se pierde el componente fantástico, El problema de los 3 cuerpos busca generar conversación entre la audiencia a través de una sucesión de acontecimientos en los que hay margen para científicos con sus propios dramas personales, auténticos momentos de maravilla audiovisual y, sobre todo, ciencia ficción en su estado más puro.

Una adaptación que, como la obra original, plantea dudas, conflictos y respuestas incómodas mientras se desglosa una trama cada vez más amplia y ambiciosa. Sin embargo, como verás, la ambientación y los protagonistas de El problema de los 3 cuerpos en Netflix son muy diferentes a los que imaginó inicialmente su autor. Algo que no es negativo si está bien planteado.

La serie de Netflix retiene los mismos aciertos que convirtieron la novela homónima, escrita por Cixin Liu, en una de las obras de ficción más galardonadas de la última década. La primera novela china en obtener el prestigioso premio Hugo y el detonante de una trilogía que no ha pasado desapercibida por las estanterías. Un éxito que ahora llega a Netflix bajo la forma de una gran superproducción televisiva tras pasar diversos filtros y amplias licencias frente a la obra original. Eso sí, siempre con el beneplácito de su autor.

Y es que El problema de los 3 cuerpos combina muchos géneros a la vez. Se apoya, como la novela, en la ciencia ficción, pero al final todo se reduce a una premisa que ha cautivado a cineastas como Spielberg y científicos como Stephen Hawking: en un mundo en el que la ciencia avanza a pasos agigantados, ¿cuales son las consecuencias de tocar el timbre en una puerta sin tener muy claro qué o quién hay detrás? ¿Hasta qué punto es prudente lanzar una sonda más allá de lo conocido y que, por pura casualidad, recibas una respuesta?

Los cinco de Oxford contra un dilema imposible: El Problema de los 3 cuerpos

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«La fatídica decisión de una joven en la China de los años 60 tiene repercusiones en el tiempo y el espacio en un grupo de brillantes científicos de la actualidad. Mientras las leyes de la naturaleza se van desvelando ante sus ojos, cinco antiguos colegas se van reencontrando para enfrentarse a la mayor amenaza de la historia de la humanidad.»

Los cinco de Oxford son un pequeño grupo de amigos muy peculiar con solo una cosa en común: su increíble talento para la ciencia. Jin Cheng (interpretada por Jess Hong) es una física teórica deseosa de descifrar los misterios del universo. Saul Durand (Jovan Adepo) es un talentoso investigador que, pasados los 30 años, ha perdido toda esperanza de dejar su huella en la historia. Lo que ninguno sospecha es que el destino de la humanidad dependerá de la sed de conocimientos de la primera, y del talento del segundo. Bueno, y de sus otros tres amigos.

En camino al éxito sin desvíos posibles tenemos a Auggie Salazar (Eiza González), cuyas incursiones en la nanotecnología de vanguardia están a punto de ser el gran invento del siglo: las aplicaciones de su nanofibra son casi infinitas. Ahora bien, quien ya a triunfado es Jack Rooney (John Bradley) un millonario que usó sus conocimientos científicos para construir un imperio de snacks y patatas fritas y llenar la habitación de su lujosa casa LEGO y figuras de superhéroes. Y entre tanto gran proyecto, un científico más humilde: Will Downing (Alex Sharp) vive el día a día dando clase como profesor de ciencias mientras bebe los vientos por la atención de Jin.

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Los cinco de Oxford son un grupo de amigos como prácticamente cualquier otro. Con sus dinámicas, sus roles de personalidad y alguna que otra tensión amorosa sin resolver. Cada uno es un prodigo en su campo, pero todo eso queda aparcado al tomar unas pintas en cualquier bar londinense y ponerse al día de sus vidas. Y así era hasta que un misterioso casco metálico, parecido a los de realidad virtual, empezó a aparecer en las casas de algunos de ellos.

Al ponerse el casco, los protagonistas son transportados a un mundo extraño y surrealista en el que son expuestos a una serie de enigmas. Problemas que sólo pueden resolverse a través de un denso conocimiento de las leyes de la naturaleza, la física y el cosmos. Los que lo prueban no tardan en obsesionarse con ese extraño  juego sin hacerse demasiadas preguntas sobre su procedencia. Aproximándose con cada prueba superada, cada nuevo nivel, al gran dilema: el problema de los tres cuerpos.

Mientras tanto, los que todavía no lo han probado están viendo cómo poco a poco su mundo se rompe a pedazos. La pérdida de una compañera científica de Saul Durand en un acelerador de partículas agitará las aguas en el grupo; y las investigaciones para obtener la revolucionaria nanofibra de Auggie Salazar parecen haber provocado un efecto antinatural en ella: una cuenta atrás regresiva entorpece su mirada.

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Ante esta desesperación, una desconocida le plantea a Auggie algo muy poco convencional: si abandona su proyecto escapará de un destino trágico y desaparecerán los números que la obsesionan. ¿Merece la pena sacrificarse por una investigación que ni siquiera tiene la certeza de que llegue a funcionar?

La otra realidad es que una serie de asesinatos a científicos ha hecho saltar las alarmas de la inteligencia británica. Y es ahí donde entra Da Shi (Benedict Wong) un ex-oficial con métodos toscos, pero efectivos, que ha encontrado lo que parece ser un patrón detrás de los sucesos. De modo que será totalmente inevitable que su destino se cruce con el de los Cinco de Oxford y, por extensión, conforme vaya aumentando la escala de los acontecimientos, con el del propio planeta Tierra.

La serie de Netflix frente a la galardonada novela de Cixin Liu

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La primera duda te la resuelvo ya: El problema de los 3 cuerpos no es ni la primera adaptación que la obra de Cixin Liu, ni tampoco es la que más se apega al material original. De hecho, los creadores de la serie no ahorran en cambios manteniendo parte de la trama que ocurre durante determinados puntos de la historia en China, como en el libro, pero trasladando sus dilemas a occidente. Más concretamente, a Inglaterra.

En el proceso, se elabora una generosa sucesión de ajustes dónde más de la mitad de los papeles ahora son interpretados por actores de calibre internacional. Varios de ellos, por cierto, procedentes de la adaptación de HBO de Juego de Tronos. Es decir, que ya trabajaron con los creadores de la serie. Eso sí, ningún miembro de las casas  Stark, Targaryen o Lannister.

La clave para plantear una buena adaptación de la novela pasa por las manos de los ya conocidos David Benioff y D.B. Weiss, pero también en un Alexander Woo que leyó la novela tanto traducida como directamente en chino para asimilar lo esencial y cada matiz de la novela. En la dirección, un Derek Tsang que acepta el desafío de enfrentarse a cambios cronológicos, personajes que han sido reimaginados, varias adiciones y, sobre todo, trasladar la historia principal desde China al Reino Unido.

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Como resultado, Augustina «Auggie» Salazar sustituye al investigador Wang Miao como uno de los papeles principales, y el curso de los acontecimientos sufre cambios enormes y son llevados a un mundo más actual (la novela fue publicada en 2008 y traducida en 2014 al inglés) que no pasarán desapercibidos para los lectores. Y, como ella, más de la mitad de los personajes de la novela.

No es solo que se haya apostado por ofrecer un reparto más heterogéneo en todos los aspectos, sino que se ha acomodado toda la obra, en su conjunto, al público occidental. Y lo mismo se aplica a cambios y sorpresas que, de manera intencionada, nos reservamos de cara a esta crítica libre de spoilers.

Que no se me malinterprete: la serie transcurre tanto en China como en Londres o Nueva York. Lo que se ha hecho ha sido internacionalizar la escala de los acontecimientos y separarse de las dos adaptaciones anteriores de la novela de Liu Cixin para que el resultado tenga un alcance mayor.

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Hasta qué punto eso juega a favor o en contra del resultado es algo en lo que deberán ahondar los lectores más que los espectadores. Sin embargo, el gran misterio de fondo prevalece. Las temáticas y los giros están ahí. Y la premisa de mantener expectante al espectador hasta el final, como en el libro, se cumple holgadamente.

En parte, porque el material de Cixin Liu prevalece sobre los cambios. Pero también porque la producción sabe mantener el tono tanto en los momentos más relajados como en los de tensión. Sabe cuando ofrecer un espectáculo visual, y cuando mostrar una sencilla reunión entre buenos amigos. Logra que el espectador empatice con las desgracias y hace que entre en su juego de la incertidumbre. Un juego en el que el reparto, en especial todos los que regresan desde Juego de Tronos, saben hacerse con sus respectivos papeles en beneficio del resultado.

La opinión de VidaExtra

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Hay series que a las que les cuesta arrancar y, una vez te enganchan, no te sueltan. El modo en el que comienza El problema de los 3 cuerpos o sus premisas iniciales son intencionadamente confusos. ¿qué tiene que ver la fracasada Gran Revolución Cultural Proletaria de China? ¿De verdad estamos viendo a un grupo de científicos hablando en un bar? ¿A cuento de qué existe ese casco de realidad virtual? ¿Quien de todos los personajes es el auténtico protagonista o el villano?

Esas cuestiones no se dejan en el aire, que conste: poco a poco, todo se va hilando. Los dilemas personales se van atando a conflictos que trascienden a la propia humanidad. Y cuando los acontecimientos se desmadran, es inevitable no sentirse intrigado. Por suerte, en muchos aspectos, el personaje del investigador Da Shi (interpretado por Benedict Wong) es quien al final acaba cargando con el ritmo de la serie sobre sus hombros. Quien trata de comprender lo que pasa, junto con el espectador, mientras trata de resolver un misterio desde todas las perspectivas atando cabos.

Dejando que el resto del reparto se luzca en aquello que debe hacer al tiempo que le da al conjunto un más que necesario tono detectivesco, pese a que al final la serie es más ficción y drama que otra cosa. Robando el último minuto de la serie merecidamente tras dejar que el resto de protagonistas cumplan su papel.

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Sin entrar en detalles, la versión de Netflix de El problema de los 3 cuerpos es plenamente consciente de la dirección que el autor tomará la trilogía literaria y, apoyándose en ello, reorganiza el libreto todo para expandir aspectos y personajes, contrare elementos que pueden comprometer el ritmo de una serie de televisión (¿o quizás guardarlos para un futuro?) y no teme ser valiente a la hora de introducir cambios en los protagonistas. Cambios que a veces se aprecian a simple golpe de vista, pero también en lo que respecta a su dinámica como grupo de amigos.

Como resultado, la aproximación los creadores de Juego de Tronos hacen de la obra de Cixin Liu cumple con todo lo que se propone: adaptar el aclamado Best-Seller de El problema de los 3 cuerpos a una audiencia mucho mayor. A sabiendas de que existen alternativas más próximas al material original. Poner sus temáticas, misterios y aciertos a disposición del gran público.

Y, en última instancia, garantizarle a Netflix un nuevo fenómeno televisivo que no solo se presta a más episodios, sino que tiene lo necesario para atrapar a los espectadores. Mantenerlos en suspenso, generar temas de conversación y, si además les apisona la lectura, redirigirlos a las novelas. Porque será un tópico eso de decir que el libro es mejor que la serie, pero como adaptación y alternativa a las que ya hay, El problema de los 3 cuerpos es un auténtico paso de valiente y la introducción que el gran público necesitaba hacia a la que posiblemente sea la mayor obra de ciencia ficción hecha en China. Palabras mayores.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.vidaextra.com

Publicado el: 2024-03-09 03:08:35
En la sección: Vida Extra

Publicado en Videojuegos

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