Uno de los 10 objetos más brillantes del cielo es un satélite (y no es una buena noticia)

Los astrónomos lo tienen claro: es una amenaza para la astronomía. En los últimos años, la comunidad científica ha expresado su preocupación por el creciente despliegue de constelaciones de satélites de comunicaciones en órbita terrestre baja (LEO) como los Starlink de SpaceX o los de OneWeb.

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A pesar de sus obvias ventajas tecnológicas a nivel de comunicación, la contaminación lumínica que provocan estos instrumentos artificiales puede obstaculizar el trabajo de los astrónomos. Ahora, un equipo internacional de científicos y astrónomos ha evaluado la influencia en las observaciones astronómicas de un gran prototipo de satélite BlueWalker 3 que fue lanzado en septiembre de 2022. Los resultados no nos deparan nada bueno a los amantes de los cielos oscuros. Este satélite se ha convertido en uno de los 10 objetos más brillantes del cielo nocturno por delante de la estrella Proción -la estrella más brillante en la constelación del Can Menor- y seguido de la estrella Rigel.

“El cielo nocturno es un laboratorio único que permite a los científicos realizar experimentos que no se pueden realizar en laboratorios terrestres. Las observaciones astronómicas han proporcionado conocimientos sobre la física fundamental y otras investigaciones en los límites de nuestro conocimiento y han cambiado la visión que la humanidad tiene de nuestro lugar en el cosmos. El prístino cielo nocturno también es una parte importante del patrimonio cultural compartido de la humanidad y debe protegerse para la sociedad en general y para las generaciones futuras”, afirmó Dave Clements, del Departamento de Física del Imperial College de Londres, en un comunicado de prensa oficial.

Según el reciente estudio publicado en la revista Nature, el satélite BlueWalker 3 rivaliza con la intensidad de muchas estrellas importantes. Estos satélites, debido a su necesario posicionamiento en órbita terrestre baja y su importante tamaño, tienen el potencial de alterar las observaciones astronómicas.

Implicaciones para la astronomía

AST SpaceMobile implementó el satélite BlueWalker 3 como precursor de un proyecto más amplio para lanzar una constelación de más de cien satélites similares, todos destinados a funciones de comunicación móvil. El conjunto de paneles solares de BlueWalker 3 refleja mucha luz solar, que es lo que hace que el satélite sea tan brillante.

Pero es que la astronomía se ve cada vez más afectada por satélites de este tipo. Entre otros problemas, el gran brillo reflectante que aportan significa que cuando un satélite cruza el detector de un telescopio, deja una raya que puede ser difícil, si no imposible, de eliminar para poder recuperar los datos de los píxeles afectados. Al Hubble cada vez le cuesta más operar con normalidad en sus observaciones debido a los satélites Starlink y «la tendencia hacia el lanzamiento de satélites cada vez más grandes y más brillantes continúa creciendo».

En los próximos años, las nuevas empresas espaciales se están preparando para desplegar numerosas constelaciones de satélites para mejorar los servicios de banda ancha y ampliar su cobertura a varias regiones del mundo. De hecho, Amazon planea lanzar 3.200 satélites de banda ancha en su constelación del Proyecto Kuiper en algún momento del próximo año. La constelación StarLink de SpaceX ya tiene más de 5.000 satélites en órbita terrestre baja, con planes de duplicar ese número con el tiempo. Los científicos estiman que alrededor de 100.000 constelaciones de satélites estarán en órbita terrestre en 2030, lo que alterará drásticamente el cielo nocturno. El problema solo tiene visos de acrecentarse.

Los resultados son alarmantes para cualquiera que esté interesado en poder ver las estrellas. La campaña internacional de observación en la que participaron astrónomos profesionales y aficionados de varios lugares de todo el mundo, registraron el brillo de BlueWalker 3 durante un total de 130 días. Hubo uno de los días, el 4 de abril de 2023, que el satélite brilló hasta alcanzar una magnitud de 0,4; tan brillante como la estrella Betelgeuse.

«BlueWalker 3 transmite activamente en frecuencias de radio cercanas a las bandas reservadas para la radioastronomía, y las protecciones existentes de los observatorios contra las interferencias de radio pueden no ser suficientes», expuso Mike Peel, codirector de Sathub de IAU CPS e investigador asociado del Departamento. de Física del ICL. «Por lo tanto, se requiere más investigación para desarrollar estrategias para proteger los telescopios existentes y futuros de los numerosos satélites cuyo lanzamiento está previsto para la próxima década».

Y es que el brillo del fondo del cielo seguirá aumentando conforme se acumulen más y más satélites en órbita terrestre baja. Además, la contaminación lumínica aquí en la Tierra está provocando que el cielo nocturno se esté volviendo un 10 por ciento más brillante cada año.

Referencias: