Champions: Los ecos de las bombas rusas llegan a ‘la pequea Ucrania’ de Polonia: «Cada misil es una pualada al corazn» | Champions League 2022 | elmundo.es

A 20 kilmetros de Varsovia se encuentra el centro de refugiados ucranianos ms grande de toda Europa. «Hay 2.000 personas viviendo aqu», cuentan a EL MUNDO. «Shock» en el hotel del Shakhtar, rival del Madrid maana en Champions, donde tienen familiares en el pas.

Por el suroeste de Varsovia nace ‘La Ruta de los Hroes‘, llamada as por ‘El Milagro en el Vstula‘ de 1920, es decir, la victoria del ejrcito polaco sobre el sovitico. Es la carretera principal del pas, modernizada con el nombre de ‘S8’, y conecta la capital con Wroclaw (Breslavia). No deja de ser significativo que tras 20 kilmetros en coche por ese asfalto que honra la memoria de aquellos hroes aparezca ahora a su derecha el centro de refugiados ucranianos ms grande deEuropa, el PTAK Humanitarian Aid Center.

No ha sido un lunes cualquiera para ellos.

Los 83 misiles, segn el ejrcito ucraniano, que Rusia ha lanzado sobre los centros de Kiev, Zaporiyia, Lepolis, Dnipro, Mikolayev, Zitomir, Ternopil, Jarkov, Jmelnitsky, Kropivnitski, Poltava, Sumi y Vinnitsa han resonado tambin en el hogar temporal de los ucranianos en Polonia. «Cada misil es una pualada al corazn«, admita, con pocas palabras, un par de gestos y la ayuda en la traduccin de uno de los asistentes una madre de familia que pasaba la maana con sus hijos en la entrada del centro.

«Aqu viven ahora mismo 2.000 personas«, explicaba a este peridico uno de los monitores. Lo llaman «La pequea Ucrania«. El polgono industrial de 150.000 metros cuadrados, utilizado antes como un rea de exposiciones, eventos y congresos, lleva dando cobijo a los refugiados desde finales de febrero. Puede acoger hasta 25.000 personas a la vez, siempre bajo la coordinacin del Gobierno polaco, y estuvo lleno durante los primeros meses de la guerra. En total, se estima que hay ms de siete millones de refugiados ucranianos en todo el mundo, un milln y medio de ellos en Polonia, segn datos de Acnur. «Te puedes imaginar cmo ha sido la maana…», aseguran. Sus mviles, claves para mantener la comunicacin con los familiares que se han quedado en territorio ucraniano, echaban humo durante todo el lunes para leer las ltimas informaciones e intercambiar videollamadas con Ucrania.

Los nios, mientras, juegan sin saber demasiado bien qu es lo que est pasando. La gasolinera y el McDonald’s que estn pegados a la pared del PTAK son el nuevo paso de tu casa. En el improvisado centro de refugiados se les da asilo, informacin y se les gua hacia otras ciudades o pases de Europa. «Algunos estn unos das pero hay familias que llevan semanas«. Al lado del polgono hay varias estaciones de autobuses que cada maana usan decenas de familias, especialmente madres con sus hijos, maleta en mano, para volver a cruzar fronteras hacia su destino. «Alemania«, es el objetivo de una madre con cuatro nias y dos maletas. Una vida entera.

«Vosotros queris dormir en libertad, nosotros tambin»

De vuelta en Varsovia, el Regent Hotel de la capital, con ms comodidades, sirve de ‘casa’ del Shakhtar Donetsk, rival este martes del Real Madrid en la Champions League. La expedicin del equipo ucraniano, que ‘vive’ en Lviv pero no tiene hogar («somos nmadas», dijo Igor Jovicevic en una entrevista con EL MUNDO), tambin despert esta maana con la noticia de las bombas sobre territorio ucraniano, donde residen todava las familias de los jugadores y del cuerpo tcnico. «Estamos en shock«, responda Jovicevic a este peridico. «Quin puede pensar en el ftbol en este momento?», valoraban en el hotel.

Ms tarde, en rueda de prensa, el tcnico y el portero Anatoli Trubin ponan palabras a la frustracin del pueblo ucraniano. Porque ellos, antes que futbolistas, son seres humanos. «Algunas veces no hay que decir muchas cosas, a veces con una palmadita estamos unidos. Estamos en esta desgracia todos juntos. Tienen su familia all, les he visto cabizbajos en el desayuno. Tendremos que encontrar las fuerzas para combatir porque cuando empiece el partido, por desgracia, nadie se va a acordar de la gente. Eso es el ftbol», resuma Jovicevic. «Tenemos que ser como los militares, dar luz a la gente y ayudar a los ucranianos a no pensar en la guerra», aseguraba Trubin.

Ambos pedan ayuda: «Acabemos con esta guerra. Esto es muy cruel, no es slo ftbol, estamos hablando de la vida. Vosotros queris dormir en libertad y nosotros tambin. Ayudadnos».