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El Papa lanza en Mongolia un mensaje a los catlicos chinos: «Les pido que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos» | elmundo.es

El Papa lanza en Mongolia un mensaje a los catlicos chinos: "Les pido que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos"

Ms de 2.000 personas estuvieron el domingo en el Steppe Arena de Uln Bator, un estadio de hockey en la capital de Mongolia, para escuchar la histrica misa que ofreci el Papa Francisco en un suelo mayoritariamente budista que ningn otro Pontfice haba pisado antes. Al final de la ceremonia, el Papa sorprendi llamando a dos religiosos de Hong Kong presentes en el acto, el cardenal John Tong Hon y el arzobispo Stephen Chow, para que se acercaran a l mientras deca unas palabras: «Quisiera aprovechar su presencia para enviar un cordial saludo al noble pueblo chino. Le deseo lo mejor, que siga adelante, que progrese siempre. Y a los catlicos chinos les pido que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos«.

Ese mensaje fue escuchado en directo por varias decenas de catlicos chinos que cruzaron al pas vecino para asistir a la misa del Papa, desafiando incluso las prohibiciones de viaje que haban impuesto las autoridades del gigante asitico. Segn ha desvelado EFE, muchos ciudadanos chinos llegaron hasta Mongolia cogiendo distintos trenes, «escondiendo su identidad» y «presentndose a la frontera como turistas».

Son inexistentes las relaciones bilaterales entre Pekn y el Vaticano, uno de los pocos estados que reconoce la soberana de Taiwan, a lo que se suman los muchos desacuerdos que estn teniendo por la ordenacin de obispos en base a un acuerdo firmado hace cinco aos.

En China, para abrazar la fe catlica con libertad, hay que rendir pleitesa al Partido Comunista (PCCh) y no al Papa. La Oficina de Asuntos Religiosos de Pekn estableci esta directriz en 1957 para controlar las actividades de los catlicos. Para ello se cre la Asociacin Patritica Catlica, a la que se deban de inscribir para continuar con su culto. Adems, tradicionalmente, el PCCh ha sido el nico con poder para nombrar obispos.

En la segunda potencia mundial hay oficialmente alrededor de 12 millones de cristianos. Aunque, en la clandestinidad, hay millones ms de fieles que no aceptan el control de Pekn y que celebran sus liturgias en iglesias no reconocidas. En todo el pas solo hay 138 dicesis dirigidas por 79 obispos elegidos por la Asociacin Patritica.

Pero en 2018, el Vaticano firm un acuerdo histrico, renovado el ao pasado, por el que la Santa Sede reconoce a algunos de estos obispos seleccionados por los comunistas. Sin embargo, este acuerdo sufri un revs el pasado abril cuando China nombr unilateralmente a un nuevo obispo para Shanghai sin contar con el visto bueno del Vaticano.

Como marca el protocolo de la Santa Sede cada vez que el Papa sobrevuela un pas extranjero, antes de aterrizar el viernes en Uln Bator, Francisco envi una afectuosa nota de saludo al presidente de China, Xi Jinping. «Saludos de buenos deseos a su excelencia y al pueblo de China. Asegurndoles mis oraciones por el bienestar de la nacin, invoco sobre todos ustedes las bendiciones divinas de la unidad y la paz», rezaba la misiva.

Un da despus, en palabras que parecan dirigidas a China, Francisco dijo que los gobiernos no deberan temer a la Iglesia Catlica porque no tiene una agenda poltica. «Los gobiernos y las instituciones seculares no tienen nada que temer de la obra de evangelizacin de la Iglesia, porque ella no tiene una agenda poltica que promover, sino que est sostenida por el poder silencioso de la gracia de Dios y un mensaje de misericordia y verdad, que est destinado a para promover el bien de todos», afirm.

Mongolia, de mayora budista y que form parte de la vecina China hasta 1921, mantiene muy buenas relaciones con Pekn, por lo que hay quien piensa que el viaje podra utilizarse como un trampoln que reconduzca las siempre speras relaciones entre el Vaticano y la segunda potencia mundial.

Horas antes de la misa del domingo, pisando la moqueta azul del Teatro Hun de Mongolia haba un variopinto grupo de hombres engalanados con los trajes tradicionales de los credos a los que representaban: cristianismo, budismo, islam, judasmo, sintosmo y chamanismo. La fotografa del domingo fue colorida. Aunque el foco principal estaba puesto en el invitado estrella, el Papa Francisco. «Las religiones tienen una gran responsabilidad de promover la paz y la armona en un mundo desgarrado por el conflicto y la discordia», dijo el Pontfice.

Cuando el Papa lleg el viernes a Uln Bator, en la pista apareci una mujer vestida con un traje rojo mongol que se acerc al lder de la Iglesia catlica, quien iba en silla de ruedas, para ofrecerle una tarrina con yogurt casero, un gesto habitual de bienvenida para las personalidades internacionales que visitan este remoto pas. «Mongolia hay que entenderla con los sentidos. Es un pueblo pequeo, pero con una gran cultura», dijo Francisco unas horas antes a los periodistas que lo acompaaban en un vuelo nocturno de 10 horas que parti desde Roma.

Nunca antes un Papa haba puesto un pie en esta nacin sin salida al mar que est anclada entre Rusia y China. Era una visita histrica. Y extraa si se tiene en cuenta que, en Mongolia, hogar de 3,3 millones de personas, apenas viven 1.400 catlicos. Pero este era mucho ms que el clsico viaje apostlico de Bergoglio: su proximidad, tanto territorial como diplomtica, con Pekn y Mosc, as como su rica tierra en minerales crticos para la tecnologa que tanto atrae a las potencias occidentales, hacen que Mongolia sea una calculada parada dentro del tablero geopoltico.

En su discurso oficial, el Papa Francisco lanz delante del presidente mongol, Ukhnaagiin Khrelskh, un llamado a la paz en el mundo: «Que las oscuras nubes de la guerra se disipen, barridas por el firme deseo de una fraternidad universal en la que las tensiones se resuelvan mediante el encuentro y el dilogo y se garanticen los derechos fundamentales de todos los pueblos».

El Pontfice tambin record que, aunque las relaciones diplomticas modernas entre Mongolia y la Santa Sede tienen slo 30 aos, sus primeros contactos se remontan al siglo XIII, en plena expansin del Imperio Mongol. «Aqu, en este pas tan rico en historia y abierto al cielo, luchemos juntos por construir un futuro de paz«, continu Francisco.

Durante su viaje, que concluir el lunes, el Papa ha elogiado a los «ganaderos y plantadores del pas que respetan los delicados equilibrios del ecosistema«. Al actual xodo rural masivo por el cambio climtico, se le junt el frenazo del boom minero (es una tierra rica en cobre, carbn, litio, nquel y oro) durante la pandemia, lo que agudiz los problemas de esa cuarta parte de la poblacin que vive por debajo del umbral de la pobreza. El Papa afirm que la tradicin de Mongolia de vivir en armona con la naturaleza y sus criaturas «puede contribuir significativamente a los esfuerzos urgentes e inaplazables para proteger y preservar el planeta Tierra».

El domingo, durante el evento interreligioso en el Teatro Hun, Francisco destac sobre todo el papel de las comunidades budistas porque «conceden la fuerza necesaria para transformar las heridas oscuras en fuentes de luz, la violencia sin sentido en sabidura de vida, el mal devastador en bondad constructiva».

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2023-09-03 07:07:37
En la sección: Internacional // elmundo

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