Las autoridades estadounidenses han detenido a un exingeniero de Google esta semana después de acusar a este de robar secretos comerciales de la Inteligencia Artificial de la compañía debido a que trabaja al mismo tiempo y de manera secreta para otras dos empresas chinas.
La carrera tecnológica es una batalla que las principales potencias mundiales llevan librando desde hace ya varios años, y con la llegada de la IA, la competición se ha vuelto todavía más feroz, sobre todo entre EEUU y China. Ambas naciones quieren hacer todo lo posible para liderar esta nueva tecnología, y han llevado a cabo bloqueos, vetos y todo tipo de artimañas para debilitar al otro.
La última en conocerse la ha protagonizado Linwei Ding, un hombre de nacionalidad china, que fue detenido en Newark, California, acusado de cuatro delitos de robo de secretos comerciales, cada uno de ellos castigado con penas de hasta 10 años de prisión.
Según cuentan desde AP, fue Google quien detectó que el empleado había robado numerosos documentos y acudió a la policía para notificar el caso. «Contamos con estrictas defensas para evitar el robo de nuestra información comercial confidencial y secretos comerciales», dijo el portavoz de Google, José Castañeda, en un comunicado.
Mientas que el director del FBI, Christopher Wray, dijo en un comunicado. «El robo de tecnología innovadora y secretos comerciales de empresas estadounidenses puede costar puestos de trabajo y tener consecuencias económicas y de seguridad nacional devastadoras.»
Ding, que fue contratado por Google en 2019 y tenía acceso a información confidencial sobre los centros de datos de supercomputación de la compañía, comenzó a subir cientos de archivos a una cuenta personal de Google Cloud hace dos años.
Al parecer, a las pocas semanas, el empleado recibió una oferta de una compañía con sede en China que le ofrecía un salario mensual de 14.800 dólares, además de un bonus al final del año. Al mismo tiempo, fundó por separado y fue director ejecutivo de una empresa emergente con sede en China que aspiraba a entrenar «grandes modelos de IA impulsados por chips de supercomputación», según la acusación.
A finales de diciembre del año pasado, Ding dimitió, y tan solo tres días después era presentado como el CEO de una de las empresas chinas en una conferencia de inversores en Pekín. Y cuando Google comenzó más a indagar, descubrieron que otro empleado pasaba la tarjeta de acceso de Ding para que pareciera que este estaba trabajando cuando en realidad se encontraba en China.
Google ya ha suspendido el acceso a la red de Ding y bloqueó su portátil, mientras que el FBI también ha registrado su casa y dispositivos electrónicos para llegar al fondo del asunto.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
Publicado el: 2024-03-08 08:38:19
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