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Larry Fink alerta en la última carta anual de BlackRock de la crisis que puede hacer que los jóvenes dejen de creer en el capitalismo

Larry Fink alerta en la última carta anual de BlackRock de la crisis que puede hacer que los jóvenes dejen de creer en el capitalismo

El consejero delegado de BlackRock, Larry Fink, ha alertado de la inminente «crisis de jubilación» a la que se enfrenta EEUU y pidió a los baby boomers (personas nacidas entre 1946 y 1964) que ayuden a las generaciones más jóvenes a ahorrar lo suficiente para que tengan un futuro digno. Eso evitará que se desilusionen con el capitalismo y la política en los próximos años, opina Fink.

En un momento en que la gente vive más años pero tiene dificultades para permitírselos y planificarlos adecuadamente, Fink ha utilizado su carta anual como presidente de la mayor gestora de activos del mundo para instar a los líderes empresariales y a los políticos a realizar «un esfuerzo organizado y al más alto alto nivel» para replantearse el sistema de jubilación. Más de la mitad de los 10 billones de dólares de activos de clientes de BlackRock se gestionan para la jubilación.

«No es de extrañar que las generaciones más jóvenes, los millennials y la Generación Z, estén tan ansiosas económicamente«, escribe Fink en la carta a los inversores de BlackRock publicada este martes. «Creen que mi generación -los baby boomers- se ha centrado en su propio bienestar financiero en detrimento de quien viene después. Y en el caso de la jubilación, tienen razón». Los jóvenes «han perdido la confianza en las generaciones mayores», reconoce Fink. «Nos corresponde a nosotros recuperarla. Y quizá invertir para sus objetivos a largo plazo, incluida la jubilación, no sea tan mal lugar para empezar».

Fink percibe la cuestión de los ahorros para la jubilación como uno de los mayores desafíos económicos de mediados del siglo XXI (el otro es la infraestructura). Considera que la cuestión es más difícil que hace 30 años y que será cada vez más difícil en los próximos 30 años, a medida que la gente viva más años y necesitará más dinero. Esto último, cree Fink, puede ser proporcionado por los mercados de capitales, «siempre que los gobiernos y las empresas ayuden a la gente a invertir».

Fink afirma que los miembros de la generación de la explosión demográfica que ocupan puestos directivos en empresas y en la política tienen la obligación de ayudar a arreglar el sistema, y se pregunta si la edad de 65 años debe seguir siendo la noción convencional de cuándo se jubila la gente. En EEUU, los ciudadanos tienen derecho a prestaciones de la Seguridad Social a partir de los 62 años, y se considera que los nacidos después de 1960 alcanzan la plena edad de jubilación a los 67 años. La cobertura sanitaria de Medicare comienza a los 65 años.

«Nadie debería tener que trabajar más tiempo del que quiera», escribe Fink. «Pero sí me parece un poco loco que nuestra idea ancla para la edad de jubilación adecuada -65 años- tenga su origen en la época del Imperio Otomano». A mediados de siglo, una sexta parte de la población mundial tendrá más de 65 años, frente a 1 de cada 11 en 2019, apunta Fink, citando datos de las Naciones Unidas. Casi la mitad de los estadounidenses de entre 55 y 65 años no tenían dinero en cuentas personales de jubilación, expone, tirando de datos del Censo de EEUU de 2022.

«El gobierno federal ha dado prioridad a mantener las prestaciones de derecho para las personas de mi edad (tengo 71 años) a pesar de que podría significar que la Seguridad Social tendrá dificultades para cumplir con todas sus obligaciones cuando los trabajadores más jóvenes se jubilen», continúa el CEO de BlackRock. «Como sociedad, dedicamos una enorme cantidad de energía a ayudar a las personas a vivir una vida más larga. Pero ni siquiera una fracción de ese esfuerzo se dedica a ayudar a las personas a permitirse esos años adicionales».

En la misiva, Fink adelanta que BlackRock anunciará una serie de iniciativas en los próximos meses para sopesar cuestiones importantes, entre ellas la edad media de jubilación y cómo animar a los estadounidenses de más edad a seguir trabajando si así lo desean. El declive de las pensiones de prestación definida también ha hecho más difícil para las personas, incluidas las que han ahorrado concienzudamente por su cuenta, comprender cuánto pueden gastar en la jubilación. El paso de la prestación definida a la contribución definida ha sido, para la mayoría de la gente, un paso de la certidumbre financiera a la incertidumbre financiera», apostilla.

En los más de diez años transcurridos desde que Fink comenzó a escribir cartas anuales de alto perfil a ejecutivos de empresas y accionistas, los activos de los clientes de BlackRock han aumentado hasta superar los 10 billones de dólares, con importantes participaciones en empresas, activos privados y mercados de bonos de todo el mundo. Las cartas, que suelen publicarse a principios de cada año, han dado a Fink y a la empresa una poderosa voz en cuestiones sociales y políticas, y han suscitado cada vez más críticas desde todos los ángulos.

Esta no es la primera vez que Fink que señala con el dedo índice a la jubilación. En su carta de 2019, citó el cambio a planes de contribución definida como un cambio en el papel tradicional en el que las empresas ayudaban a sus trabajadores a afrontar su jubilación. Este cambio, razonó, dejó a demasiados trabajadores sin preparación para la jubilación. Esto, a su vez, ha provocado una mayor ansiedad en la fuerza laboral, una reducción de la productividad y, sorpresa, el aumento del populismo en el entorno político.

La atención prestada este año de nuevo a la jubilación vuelve a poner de relieve una parte fundamental del negocio de inversión de BlackRock desde sus inicios en 1988 y se produce después de varios años en los que Fink ha utilizado sus cartas para presionar a favor de una mayor acción sobre el calentamiento global, para luego encontrarse él mismo -y la empresa- en una vorágine política.

A vueltas con el cambio climático

Los defensores del cambio climático afirman que la empresa no está adoptando medidas suficientemente sólidas en ese campo, mientras que los republicanos de EEUU critican a Fink y a BlackRock por perjudicar supuestamente a los Estados productores de combustibles fósiles y promover el capitalismo woke. A principios de este mes, las autoridades de Texas dijeron que desinvertirían 8.500 millones de dólares en fondos de financiación escolar de BlackRock y criticaron a la empresa por perjudicar los intereses energéticos del estado.

Fink ha alegado que ha dejado de utilizar el término ESG (inversión socialmente responsable) y que en el último año ha hecho hincapié en el trabajo de la empresa con firmas energéticas. BlackRock ha reducido su participación en alianzas internacionales de inversión en el clima, y ha dado a los clientes más voz sobre cómo se votan sus acciones en las reuniones de las empresas en lugar de confiar en el gestor de dinero para votar.

En esta última carta, Fink dice que ahora se centra en el «pragmatismo energético». La descarbonización y la transición a tecnologías limpias llevará tiempo, señala, y los países quieren cada vez más asegurarse de que tienen un acceso fiable y seguro a las fuentes de energía, sobre todo después de la invasión de Rusia en Ucrania. BlackRock tiene más de 300.000 millones de dólares invertidos en empresas energéticas tradicionales y 138.000 millones en estrategias de transición energética, recoge en el escrito.

Otro punto por el que pasa la carta de Fink atañe a la situación de la deuda pública de EEUU. El CEO de BlackRock muestra su preocupación destacando que se está dando la dinámica «más urgente» que recuerda y resalta que los tres puntos porcentuales en pagos de intereses extra que el gobierno de EEUU debe pagar ahora por los bonos del Tesoro a 10 años en comparación con hace tres años es «muy peligroso».

Por último, Fink defiende que las asociaciones privadas con los gobiernos son la forma en que se construirán los grandes proyectos de infraestructuras en el futuro. En ese sentido, manifiesta que la adquisición de Global Infrastructure Partners (GIP) por parte de BlackRock, por valor de 12.500 millones de dólares, posiciona a la firma para crecer en el sector.

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es

Publicado el: 2024-03-27 06:45:29
En la sección: elEconomista Mercados

Publicado en Economía y Finanzas

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