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Barranquilla: 40 años de presencia de grupos armados ilegales – Barranquilla – Colombia

Barranquilla: 40 años de presencia de grupos armados ilegales - Barranquilla - Colombia

El nombre de Luis Trejos es conocido en Barranquilla por ser una de las voces que habla sin rodeos sobre los grupos armados y su accionar en esta zona del país. Es una fuente cuando se trata de analizar temas de seguridad, pero también de la investigación académica.

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Trejos es profesor-investigador de la Universidad del Norte de Barranquilla, y es el coautor del libro ‘Conflicto Armado en Barranquilla: 1980-2020’, que salió hace poco. Se trata de un trabajo que recoge varias investigaciones realizadas desde el Centro de Pensamiento del Caribe de la Uninorte, a lo largo de unos siete años

Hay distintas metodologías, revisión bibliográfica y documental, pero también de prensa, entrevistas y mucho trabajo de campo.

En esta entrevista, cuenta cómo la ciudad ha sido el territorio de grupos armados y bandas criminales que han aprovechado la narrativa de negación del conflicto armado que impera en Barranquilla, impuesto por élites y autoridades locales, lo que asegura ha sido el terreno para mantener el negocio del narcotráfico, la extorsión, el lavado de activos y el asesinato selectivo de todo el que se opone.

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En el billar de la esquina fue donde se presentó la madrugada de este lunes la masacre en el barrio Las Flores.

Foto:

Vanexa Romero / EL TIEMPO

no ve que es un conflicto degradado, que no es ideologizado

“Son organizaciones que sus motivaciones son económicas, pero de cuando en cuando utilizan algún argumento político tratando de legitimarse socialmente”, dice Trejos al explicar que en 40 años de revisar la presencia de violentos en esta capital, logró entender que la violencia en Barranquilla ha cambiado en actores y forma. “Uno ve que es un conflicto degradado, que no es ideologizado”, precisa.

Para Trejos está claro que las organizaciones armadas que tienen presencia en el Atlántico y su capital no están pensando en la toma del poder nacional o en la defensa de un metarelato político ideológico.

¿Desde cuándo tienen presencia los grupos armados en la ciudad?

Cuando uno empieza a rastrear presencia de actores armados en la ciudad encuentra primero a la guerrilla en los 80. A mediados de los 90, se da una transición de la guerrilla a la llegada del paramilitarismo, y eso se mantiene hasta 2006. Al día de hoy ha habido toda una reconfiguración del crimen con la llegada de distintas organizaciones que se han disputado el control criminal del Distrito, tales como ‘Los costeños’, ‘Los rastrojos costeños’ y ‘Las autodefensas gaitanistas de Colombia, que no están directamente en Barranquilla, pero sí en municipios cercanos.

¿Por qué se cree que el conflicto armado no llegó a las calles de Barranquilla?

La narrativa se arraiga porque el hecho de que el departamento del Atlántico no tenga sistemas montañosos y tampoco tenga bosque o selva tupida, lo salvó de que aquí se establecieran estructuras rurales, estructuras armadas rurales, como sí sucedió en vecinos como Bolívar o Magdalena. Cuando comparamos con Montería o Santa Marta, en esas ciudades la violencia era mucho más elevado hasta que el propio Valledupar.

¿Qué sentido tiene negarlo?

En Barranquilla se ha construido una narrativa negacionista de los hechos de violencia ligada al conflicto armado, narrativa impulsada de las élites locales, regionales, claves del departamento. Y si bien en la ciudad la intensidad del conflicto fue mucho menor que en otras ciudades, eso no quiere decir que no hicieron presencia actores armados.

¿Cuáles son las consecuencias de esa narrativa negacionista?

Si uno dice que no hubo conflicto, automáticamente revictimiza a las víctimas del conflicto en la ciudad. Y eso no solo es la revictimización, también lleva a que la autoridades administrativas evadan ciertas responsabilidades con respecto a esos hechos de violencia. Lo otro es que nos ha conducido a la formulación de políticas públicas que no han servido para atacar a las estructuras criminales que han hecho y hacen presencia activa en Barranquilla.

¿Cuál fue el atractivo para la llegada de los grupos armados?

Barranquilla le era muy funcional a la guerrilla. Era como una bisagra, un puente que unía a dos sistemas montañosos en los cuales si se concentraba el ejército o estructuras militares como lo fueron la Sierra Nevada de Santa Marta y los Montes de María (Bolívar). También por la gran cantidad de oferta de servicio y su dinamismo industrial. La guerrilla no vio nunca a Barranquilla como un centro operaciones militares, pero sí como un centro logístico y un lugar en el cual podía desplegar actividad política contando al movimiento social que se desarrollaba en la ciudad.

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El último trabajo de Luis Trejo es una investigación sobre la presencia de grupos armados en Barranquilla.

Foto:

Vanexa Romero / EL TIEMPO

Mientras que los paramilitares ven a la ubicación geográfica estratégica para el desarrollo del crimen transnacional, especialmente de exportación del clorhidrato de cocaína. A eso hay que sumarle que también por el dinamismo comercial, financiero e industrial le terminaba siendo funcional, no solo para extorsionar a esos sectores económicos, sino también para el lavado de activos que producía la exportación de clorhidrato de cocaína.

¿Cuáles fueron los frentes que tuvieron presencia acá?

Aquí hubo un solo frente, el José Pablo Díaz. Ellos llegan en el 2000, no se denominaron así en un primer momento, se nominaron en el Grupo Atlántico y en el 2003, después del asesinato de su líder en una emboscada que le hacen las Farc en el Magdalena, asumen el nombre José Pablo Díaz, hasta su movilización de 2006.

Tras la desmovilización de las AUC, ¿qué ha pasado?

Ellos administraban una serie de rentas importantes. Rentas ilegales que les daban rentas legales. En la práctica ellos sabían constituir una empresa criminal que producía beneficio económico a quienes administraban. Viene entonces todo este proceso de disputas por seguir administrando esas rentas, y lo que hemos vivido desde el 2008 hasta 2020, cuando terminamos de escribir el libro es aproximadamente cuatro disputas criminales entre distintas organizaciones por el control criminal de la ciudad. No es que administre la ciudad, pero sí esas rentas ilegales que se desarrollan acá, también todas las rentas legales que son susceptibles a ser predadas.

¿Cómo se vive esa guerra en las calles?

Recientemente, los desmembrados que distribuyeron por distintas partes de la ciudad. En el departamento y en la ciudad nosotros no habíamos visto este tipo de prácticas criminales, si no hasta el 2003 cuando empiezan a aparecer los primeros sobre la Vía 40, en el barrio Las Flores, y de un momento a otro se volvieron parte del paisaje. Hay distintas fuentes que nos dan distintas cifras sobre esta práctica; lo que estamos viendo es que en nueve años hay más de 20 prácticas verificadas de desmembramientos.

¿Por qué tanto silencio sobre esta presencia?

Está ampliamente documentado no solo en el libro, sino en distintas de investigación, que lograron hacer alianzas con sectores de la institucionalidad, especialmente del área de la seguridad y la defensa. Y todo este trabajo coordinado de paramilitarismo, institucionalidad para desplegar esa violencia, de baja intensidad, en contra de aquellas organizaciones e individuos que ellos sí señalaban de ser guerrilleros o simpatizantes.

La balacera en la cabaña de Puerto Colombia alertó una vez más sobre la presencia de estas banda criminales en la ciudad.

Foto:

Suministrada por autoridades

Se ha dicho que Barranquilla y el Atlántico son territorios receptores de víctimas: ¿el conflicto también dejó luto aquí ?

Pues claro, se me ocurren el nombre de Alfredo Correa de Andreís, lo nombro porque es de mi sector, pero hay muchas más víctimas. La Universidad del Atlántico es un subespacio de reparación colectiva. Si averiguas con el sindicalismo vas a encontrar muchas víctimas. Las víctimas han sido civiles. Entre el 2014-2015 se atacaron a choferes, estas organizaciones presionando el pago de extorsiones. De hecho, el gremio de los tenderos ha sido victimizado sistemáticamente.

¿Qué reflexión final le deja este trabajo?

Nadie está buscando responsables porque es una investigación académica, pero sí creo yo que hay una deuda con la ciudad, con las víctimas, con la sociedad. La percepción de inseguridad la tenemos todos y mucha inseguridad está ligada a este pasado y vinculada a eso. Entonces, en la medida de que se hagan esos ejercicios se podría tener una ciudadanía más activa, en torno a la solución de los problemas de inseguridad que se han derivado de una mala situación de conflicto armado. También creo que dignificamos a las víctimas, y les estamos diciendo a los barranquilleros más jóvenes y nuevas generaciones que aquí pasó algo, que hubo hechos graves y que ellos conozcan esto para que ellos no les toque vivirlo nuevamente.

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LEONARDO HERRERA DELGANS
Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla
@leoher69
Escríbeme a [email protected]

Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com

Publicado el: 2022-10-29 07:42:40
En la sección: EL TIEMPO.COM – Colombia

Publicado en Colombia