Laporta anuncia un nuevo tiempo para el Barcelona: «La credibilidad del club ha vuelto» | elmundo.es

El Barcelona está pendiente de vender un nuevo paquete de sus derechos de televisión (15%) a cambio de 300 millones de euros para completar las operaciones pendientes

A Joan Laporta se le intuye algo más relajado. No le cuesta ensayar su característica sonrisa, y recibe a las nuevas piezas de su equipo (el miércoles el centrocampista marfileño Franck Kessié, este jueves el central danés Andreas Christensen) con un sinfín de carantoñas. Conversa con sus familiares, sus agentes y trata de hacerles ver que no se equivocan en su elección pese a todos esos años de decrepitud deportiva, económica e institucional que han marcado a la entidad.

«La credibilidad del Barcelona ha vuelto», proclamó incluso el presidente azulgrana durante la presentación de Christensen. «Tenemos la gran suerte de que la mayoría de los jugadores quieren venir al Barça. Cuando piensan que puede abrirse la posibilidad de venir, todos se ilusionan. Y nos lo dicen. Nuestro club es aún muy atractivo. Insisto, ha vuelto la credibilidad y la ilusión», abundó el mandatario, que tiene intención de invertir 200 millones de euros en fichajes esta temporada. Eso sí, siempre y cuando logre cerrar en los próximos días el 15% de los derechos de televisión, operación por la que espera obtener unos 300 millones de euros (que se unirían a los 207,5 millones ya tomados por la venta del 10% al fondo estadounidense Sixth Street).

El Barcelona aguarda una respuesta por parte del Bayern para fichar a Robert Lewandowski (la oferta es de 40 millones de euros, la cantidad por la que su agente prometió sacar al ariete), insiste en no sacar del radar a Bernardo Silva pese a que el Manchester City exigiría una propuesta que superaría los 80 millones de euros, y mantiene su interés en incorporar a otros dos jugadores del Chelsea, los españoles Marcos Alonso y César Azpilicueta.

«Estamos en proceso de que los fondos propios sean positivos, de amortizar deuda, y también de lanzar un mensaje al mercado de que invertiremos para hacer más competitivo nuestro equipo. Nuestros competidores se han aprovechado para intentar mantenernos en una situación de máxima dificultad económica, pero eso está mejorando», continuó Laporta mientras Christensen, discreto y tímido, observaba a su nuevo patriarca con cara de no entender nada.

Jordi Cruyff, secretario técnico del Barcelona, no podía más que seguir la misma vía dialéctica: «Estoy convencido de que si conseguimos lo que ha comentado el presidente [respecto a la venta del segundo paquete televisivo] podremos luchar por todo. El nivel de jugadores que quieren venir es alto y están dispuestos a hacer sacrificios económicos. Si elegimos bien, tendremos una plantilla compensada».

Competencia con Piqué

Por lo pronto, Christensen llega a una plantilla donde el Barcelona trata de dar salida a otros defensores como Clément Lenglet (cesión al Tottenham), Samuel Umtiti y Óscar Mingueza, y donde Gerard Piqué entrará en competencia directa con el ya ex futbolista del Chelsea e internacional con Dinamarca. Laporta, que junto a Xavi Hernández demandó hace semanas a Piqué una implicación deportiva plena, aseguró sentirse satisfecho de las explicaciones dadas: «Gerard tiene muy claro que quiere hacer una muy buena temporada, y así me lo ha transmitido. Además, está muy contento con los jugadores que vienen a reforzar el centro de la defensa [el club azulgrana aún suspira por la incorporación del sevillista Jules Koundé], y seguro que cumple con el rol de incorporarlos al grupo. Es lo que se espera de un capitán y lo que siempre ha hecho».

En cuanto a Christensen, titular en el centro de la defensa de la Dinamarca que alcanzó las semifinales de la pasada Eurocopa y que llega con la carta de libertad después de jugar las últimas cinco temporadas en el Chelsea, el Barcelona espera de él cosas que van más allá de la salida de balón, su especialidad. «Nos interesan los jugadores de la Premier League por su ritmo, por su juego transición. En el caso concreto de Christensen, sabe sacar bien el balón, cualidad importante para jugar en el Barcelona. Pero también nos viene bien por su altura (1,87m.), por su velocidad, y por su mentalidad. Está preparado para rendir desde el primer minuto».

Christensen, que asumía todo lo que se iba diciendo sobre sus cualidades, llenó de orgullo a Laporta cuando le contó que, a los ocho años, escribió en un papel que su sueño era jugar en el Barcelona. «Es lo que queremos», le respondió el presidente.