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Maduro regaló el Esequibo – Infobae

Maduro regaló el Esequibo - Infobae

Nicolás Maduro, durante un acto con estudiantes en apoyo al litigio por El Esequibo (EFE)

Desde que éramos niños nos enseñaron que el Esequibo era venezolano. Nuestros maestros se esmeraban para que dibujáramos un mapa nacional lo más completo posible, en donde eso que llamábamos la Guayana Esequiba resaltara como parte de la ilustración. Aquel esmero pedagógico no era un saludo a la bandera, era una gran verdad: el Esequibo es históricamente venezolano. Desde 1777, cuando se dio la creación de la Capitanía General de Venezuela, se estableció como frontera oriental entre España y Países Bajos el río Esequibo, desde su nacimiento hasta su desembocadura en el océano Atlántico. Es así como el Esequibo es de Venezuela desde sus orígenes.

Posteriormente, dada la guerra de independencia y el desgaste de nuestro ejército bolivariano, los ingleses aprovecharon la ocasión para invadir territorio venezolano al este del río Esequibo. En 1899 por medio de un fraudulento laudo arbitral de Paris, nuestro país fue despojado de 140.000 km², desde ese momento y hasta 1999 todos los gobiernos venezolanos mantuvieron una posición firme y era la del no reconocimiento de aquel fallo por considerarlo írrito y nulo, abogando por la búsqueda de una solución factible entre las partes, tal y como establece el Acuerdo de Ginebra de 1966.

Sin embargo, a partir de 1999, con la llegada de Hugo Chávez al poder, esta posición firme de defensa del Esequibo venezolano se debilitó. Como parte de una política exterior de búsqueda de apoyo político en el Caribe y por orden expresa de Cuba, Venezuela no solo abandonó su reclamo territorial, sino que adoptó una política de permisividad e indiferencia frente a las acciones de Guyana en territorio Esequibo. Para muestra solo hay que recordar la visita de Chávez a Georgetown en el año 2004, cuando no solo criticó la política de los gobiernos democráticos, sino que declaró de manera desafortunada que el gobierno venezolano no se opondría a ningún proyecto en la zona en reclamación, otorgando así una licencia a Guyana para hacer uso del territorio.

Desde ese entonces hasta nuestros días, la situación no hizo sino empeorarse. Pues la política entreguista continuó con un Maduro como presidente, haciendo caso omiso a los proyectos de Guyana en el territorio, hablando vacíamente de buenos oficios y peor aún actuando de manera negligente en el concierto internacional. Fue así como Venezuela abandonó el patrullaje de la zona, no levantó la alerta internacional frente a las concesiones petroleras de Guyana en la zona y decidió no comparecer ante la demanda en la Corte Internacional de Justicia. De manera que, si alguien traicionó la patria, fue Maduro.

Después de esta cadena de eventos desafortunados que debitaron la posición histórica de Venezuela, el régimen de la noche a la mañana se saca del sombrero un fulano referéndum para reclamar el Esequibo. La pregunta que subyace es por qué, después de entregar nuestro territorio, vienen ahora con un discurso trasnochado de patriotismo y unidad nacional. La respuesta no esta en Guyana, sino en Venezuela. Tiene que ver con el 22 de octubre y el sacudón de energía y efervescencia que generaron las elecciones primarias, las cuales dejaron a Maduro completamente descolocado. Maduro activó esta palanca como una reacción a la enorme movilización social del proceso interno de la oposición, donde únicamente no se eligió a una candidata, en este caso María Corina Machado, sino que el pueblo dio nuevamente un mensaje diáfano y contundente de que está dispuesto a hacer lo que haya que hacer por salir del régimen de Maduro.

Es así como Maduro pretende instrumentalizar políticamente una disputa con Guyana para desviar la atención de la fuerza desatada por la primaria, promover la división de la oposición y cazar un conflicto bélico que nos desenfoque del objetivo principal, que son unas elecciones competitivas el próximo año, tal como y se establece en el acuerdo de Barbados. En tal sentido, es sumamente importante que, tanto las fuerzas democráticas como el mundo libre, no nos desviemos de ese propósito, solo una Venezuela libre y democrática, con un Estado fuerte, pujante y resintitucionalizado, podrá ejercer la soberanía a plenitud y recuperar sus derechos históricos sobre el Esequibo. A nuestra Fuerza Armada también quiero expresarle mi apoyo irrestricto en su decisión de ejercer la soberanía, pero les pido no dejarse manipular por los gritos de guerra que alientan desde Miraflores, con propósitos netamente políticos.

Con lo anterior, no pretende de ninguna manera avalar la posición de Guyana. Quiero ser enfático en condenar y rechazar categóricamente las acciones de ese país, quien ha violentado el derecho internacional, desconociendo los postulados del Acuerdo de Ginebra. Guyana se aprovechó de la debilidad institucional y democrática de Venezuela para actuar de manera indebida y contraria a la legalidad internacional.

Termino diciendo que pase lo que pase el domingo, lo más importante para los intereses de Venezuela no es el resultado de ese referéndum. El lunes seguiremos teniendo un país con violaciones a los derechos humanos, crimen organizado, salarios de menos de 20 dólares, hospitales sin insumos y fronteras desbordadas de venezolanos que salen despavoridos. Lo importante es cómo logramos articular la fuerza suficiente, tanto los partidos políticos como la sociedad civil, para salir de Maduro, que es el obstáculo para que Venezuela recupere su integridad territorial.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.infobae.com

Publicado el: 2023-12-03 02:39:36
En la sección: Infobae.com

Publicado en Internacionales

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