Como ya nos veíamos venir, esta primavera viene bien cargada de polen, con todo lo que eso supone para las alergias. Muchas personas ya están sufriendo los primeros síntomas. Otras se preparan para lo que está por venir. Lo más rápido suele ser tomar fármacos antihistamínicos. Sin embargo, hay quien prefiere optar por opciones naturales, como una dieta baja en histamina. Muchas personas en redes sociales se interesan sobre ella con el fin de combatir sus síntomas alérgicos. Parece obvio. Si normalmente tomamos fármacos antihistamínicos para la alergia, reducir la histamina en nuestra dieta debería tener el mismo efecto. ¿O no es así?
La verdad es que no. Al menos, no es tan sencillo como parece. La dieta baja en histamina no se recomienda para tratar las alergias, sino para las personas que sufren de intolerancia a la histamina. Es cierto que también se han estudiado sus efectos en el tratamiento de otras condiciones, como el COVID persistente. Sin embargo, eso no goza aún de muchos estudios que lo apoyen. Como tampoco lo hacen las alergias.
No parece que tomar una dieta baja en histamina sea realmente eficaz para tratar los síntomas de la alergia. Por eso, no todo el mundo debería recurrir a ella. Y es que, además, es una dieta tan restrictiva que si la llevamos a cabo debería ser siempre bajo asesoramiento de un profesional. Si no, podríamos caer en algo tan grave como la desnutrición. Probablemente, dicho profesional nos dirá que no nos aconseja seguir esta alimentación únicamente para prevenir los síntomas de la alergia. Para eso hay otras opciones que suponen menos quebraderos de cabeza y no nos ponen en riesgo de enfermar por falta de nutrientes. De todos modos, vamos a verlo todo más detalladamente.
Empecemos por el principio: ¿qué es la histamina?
Solemos relacionar la histamina con la alergia, pero en realidad es mucho más que eso. Su relación con los procesos alérgicos se debe a que, en primer lugar, tiene una función muy importante en el sistema inmunitario. La liberan los mastocitos, unas células defensivas muy importantes, cuando se detectan posibles amenazas para nuestro organismo. ¿Y por qué lo hacen? Pues, básicamente, porque la histamina ayuda a dilatar los vasos sanguíneos para que los glóbulos blancos, presentes en el torrente sanguíneo, puedan viajar mucho más rápido hasta el lugar de la amenaza. Además, favorece la producción de moco, de modo que esa amenaza queda retenida, como si un ladrón cayese atrapado en arenas movedizas.
Después veremos por qué esto puede jugarnos una mala pasada cuando tenemos una alergia. Pero, antes, debemos recordar el resto de efectos de la histamina. Porque sí, los tiene.

Por ejemplo, interviene en las respuestas de vigilia tras el sueño. Nos ayuda a mantenernos alerta después de dormir. De hecho, esa es la razón por la que los antihistamínicos nos dan tanto sueño. Eliminan esa respuesta de alerta.
Esta sustancia también tiene una función muy importante en el sistema digestivo, ya que contribuye a la liberación de ácidos. Y, finalmente, es muy importante a nivel cerebral. Participa en procesos como la memoria, el aprendizaje y otras funciones cognitivas.
Todo esto deja claro que evitar la histamina por sistema no es una buena idea. Una dieta baja en histamina puede afectarnos a muchos niveles si es demasiado restrictiva, incluso más allá de la desnutrición.
¿Qué tiene que ver la histamina con la alergia?
Ya hemos visto que la relación entre la histamina y la alergia se debe a su función en el sistema inmunitario. Una alergia no deja de ser una respuesta defensiva de nuestro organismo. El problema es que ocurre cuando se interpreta como amenaza algo que no lo es. Sabemos que el polen no es peligroso para nuestra salud. Tampoco lo son el polvo o la caspa del pelo de los animales.
Las respuestas del sistema inmunitario, salvo en casos como estos, son totalmente necesarias, pero siempre llevan asociadas algunas consecuencias incómodas. Si visualizamos este sistema como el ejército que nos defiende de las amenazas en una encarnizada batalla con soldados a caballo, las consecuencias son el terreno removido que dejan los caballos a su paso. Ese terreno somos nosotros y la tierra removida es, por ejemplo, la inflamación.
Si realmente había una amenaza, pasar por todo eso vale la pena, como con la gripe. En cambio, con las alergias es incómodo, en algunos casos incluso peligroso, y totalmente innecesario. Los mastocitos y la histamina juegan un papel esencial en la respuesta inmunitaria asociada a la alergia. Por eso se intentan minimizar sus síntomas con fármacos antihistamínicos.
¿Qué es la dieta baja en histamina y para quiénes se recomienda?
Ya tenemos claro que la histamina tiene relación con las alergias, pero también con otras muchas funciones de nuestro organismo. Generalmente, su acción es totalmente saludable y necesaria.
El problema es que, cuando se acumula, sí que puede ser perjudicial. Existe una enzima, llamada diamina oxidasa (DOA) que ayuda a metabolizar esa histamina que vamos produciendo, con el fin de que no se acumule. Por desgracia, hay personas que no disponen de esta enzima o que la tienen menos activa. Como consecuencia, la histamina se acumula y llega a producir síntomas como dolor de cabeza, urticaria, picazón, estornudos, síntomas digestivos o dolores menstruales intensos, entre otros. Hay de todo.
No son personas alérgicas. Las histaminas que se les acumulan no son solo las que produce nuestro organismo. También lo son las que consumimos a través de la dieta. Por eso, se ha observado que una dieta baja en histamina puede ser beneficiosa para ellas.
Los alimentos que debes evitar
Esta dieta consta de dos tipos de alimentos. Por un lado, los que son ricos en histamina. Estos son, sobre todo, los alimentos fermentados, encurtidos o añejos. Por ejemplo, son muy ricos en histamina los pescados en lata, como el atún, los quesos añejos, los embutidos o las verduras encurtidas. Otros alimentos no son ricos en histaminas, pero sí fomentan su producción. Es el caso de las frutas cítricas, el alcohol, el tomate y algunos conservantes.
La dieta baja en histamina se basa en reducir el consumo de todos estos alimentos. Aunque son muchos más. Entre los dos grupos encontramos también, por ejemplo, algunas legumbres, la salsa de soja, las berenjenas, los champiñones, las fresas, los plátanos, los lácteos o las espinacas. Son tantísimos alimentos que si una persona intenta seguir una dieta baja en histamina por su cuenta es muy posible que caiga en la desnutrición. Imaginemos que solo hay dos frutas que le gustan y esas son el plátano y las fresas. Dejará de tomar fruta para intentar reducir la histamina.
Si hay una intolerancia a esta sustancia, es necesario buscar formas de reducirla. Por eso, con el consejo de un profesional, se puede determinar una dieta baja en histamina. Esta debe ser personalizada; porque, además, los niveles de actividad de DOA son muy distintos entre personas, como también lo es el grado de intolerancia.
Entonces, ¿no debemos tomar una dieta baja en histamina si tenemos alergia?
Apenas hay estudios que encuentren beneficios en la dieta baja en histamina para personas alérgicas. Todo lo contrario que con intolerantes.
Por ese motivo, los expertos desaconsejan tratar la alergia de este modo. Debemos tener en cuenta que la mayoría de alimentos que se reducen en esta dieta son bajos en histaminas, no las reducen. En el grupo de los que las reducen solo hay unos pocos. Por ese motivo, la dieta no tendrá ningún beneficio a nivel antihistamínico. Los síntomas de la alergia seguirían siendo los mismos.
Sí que es cierto que si tenemos muchos síntomas de alergia y a eso sumamos más histaminas por la dieta, estos podrían incrementarse un poco, pero el efecto es mínimo.
Vale, ¿pero qué podemos hacer para reducir los síntomas alérgicos a través de la dieta?
Como mucho, si queremos mejorar los síntomas de la alergia a través de la alimentación, podemos recurrir a alimentos antihistamínicos. Algunos ejemplos de estos, según la nutricionista Emma Thornton, son el ajo, el jengibre, la cúrcuma y la piña. En general, también es bueno tomar una dieta rica en alimentos integrales y baja en procesados, aunque la realidad es que eso es bueno para todo, no solo contra la alergia.
Lo que está claro es que, digan lo que digan las redes sociales, la dieta baja en histamina no es tu mejor opción si tienes alergia. De hecho, puede ser peligrosa. Si tienes dudas, consulta a un profesional.
Fuente de TenemosNoticias.com: hipertextual.com
Publicado el: 2025-04-09 04:05:00
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