Ver la tele es un placer maravilloso porque todos somos expertos y podemos criticarla. Hasta los que no la ven la critican.
La crítica de la tele tiene muchas capas: la primera analiza desde el gusto donde cada uno dice qué es lo que le emociona y qué no; la segunda reflexiona los contenidos según las morales, éticas y deseos educativos de cada uno; la tercera comprende a los actores en sus personajes, a los periodistas, a los presentadores; la cuarta busca hacer sentido de la narrativa que nos dice si la historia o el informe está bien contado; la quinta especula sobre las estéticas de las imágenes, los sonidos, la edición; la sexta comprende el rating, lo que es exitoso y trata de explicarlo; la séptima relaciona todo con lo cultural que hay en cada programa. Y siguen más capas de sentido y posibilidad de crítica.
Las colombianas son muy buenas críticas de telenovela y esto es porque saben de ellas, las han visto durante mucho tiempo y comprenden cuándo una historia está entretenida, juega bien en los personajes, reflexiona bien el amor, está bien actuada y narrada.
LEA TAMBIÉN
Los colombianos son muy malos críticos de los noticieros porque dicen que no les gusta tanto sensacionalismo y morbo, pero a la hora del rating se demuestra que eso es lo que más ven. Raro eso que a la que denuncian como tele basura, de escándalo y amarillista sea la que más ven.
Donde hay un problemón es en los contenidos, la tele nacional sigue poniendo un anuncio que dice que el siguiente programa contiene escenas de sexo y violencia 0, moderadas o altas, y que el programa es para toda la familia o niños, o mayores de 12 o 18. Esto parece un chiste porque sexo es mostrar tetas, no que todo sea sexualito y carnes-sexo al por mayor; y violencia es matar o herir, pero no dice nada de las violencias psicológicas, racistas, machistas, clasistas, homofóbicas, xenofóbicas.
Pongamos un caso de alto rating muy familiar: Sábados Felices, que es para toda la familia y no contiene imágenes de sexo y violencia. Pero hay muchos chistes que son de sexo y sexualización y de violencias extremas como burlarse de los feos, los defectos físicos, las mujeres, los gays, los negros, los indígenas, los migrantes: o sea, los chistes son de una violencia total porque expresan formas muy fuertes de discriminación que afectan la dignidad de las personas.
LEA TAMBIÉN
Entonces, la crítica y la norma de evaluación debería cambiar. Los programas deberían poner una placa antes de emitir diciendo el siguiente programa tiene tanto porcentaje de violencia de género, violencia de raza, violencia de clase, violencia de odio, violencia contra las otras sexualidades, creencias y los migrantes.
Y los televidentes que dicen ser muy críticos deberían reflexionar sobre estos asuntos y no premiar esas violencias. La crítica debería servir para mirarnos en ese espejo-pantalla y reflexionar sobre nuestros modos de discriminar. Y así se vuelve educativa a la tele.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de TV
orincon61@hotmail.com
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eltiempo.com
Publicado el: 2025-06-22 23:10:00
En la sección: EL TIEMPO.COM -Cultura