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Tanzania y Uganda: dos malos lugares para ser político de la oposición : IPS Agencia de Noticias

Tanzania y Uganda: dos malos lugares para ser político de la oposición : IPS Agencia de Noticias

KAMPALA – En Tanzania y Uganda, dos países vecinos de África Oriental, aumentan las tensiones políticas mientras se preparan para las próximas elecciones. Tanzania celebrará comicios presidenciales y legislativos en octubre, mientras que las elecciones generales de Uganda tendrán lugar en enero 2026.

En ambos países, los principales líderes políticos, Tundu Lissu, del opositor partido Chadema en Tanzania, y Kizza Besigye, antiguo líder del que fuera el mayor partido de la oposición en Uganda, el Foro para el Cambio Democrático (FDC, en inglés), se encuentran detenidos y acusados de traición.

Los actores políticos y civiles de ambos países y de la vecina Kenia afirman que una ola de represión está arrasando la región y que la democracia y las libertades civiles están muriendo en toda África oriental.

Los actores civiles han denunciado numerosos casos de tortura, secuestros y abusos generales de los derechos humanos que han reducido los espacios cívicos.

El 10 de abril de este año, el tanzano Lissu fue acusado de traición, junto con otros tres delitos de publicación de información falsa en virtud de las leyes sobre delitos informáticos. Los cargos están relacionados con su campaña nacional en favor de la reforma electoral bajo el lema «Sin reformas, no hay elecciones».

Compareció ante el tribunal el lunes 16 de junio y se le concedió permiso para representarse a sí mismo porque, según argumentó, se le había denegado el acceso a consultas privadas con sus abogados.

Poco después de la detención de Lissu, Chadema fue descalificado para participar en las elecciones presidenciales y parlamentarias de octubre, con base a la negativa del partido a firmar un código de conducta electoral.

Lissu sobrevivió por poco a un intento de asesinato en 2017 y se vio obligado a exiliarse, solo para enfrentarse a una nueva persecución a su regreso a Tanzania.

Desde el período previo a las elecciones locales de noviembre de 2024, el gobierno de la presidenta Samia Hassan Suluhu, en el poder desde 2021, ha impedido las reuniones de la oposición, ha detenido arbitrariamente a cientos de simpatizantes de la oposición, ha impuesto restricciones al acceso a las redes sociales y ha prohibido los medios de comunicación independientes.

Cuatro críticos del gobierno fueron víctimas de desapariciones forzadas y un dirigente del Chadema fue secuestrado y brutalmente asesinado.

Deportaciones forzadas y denuncias de tortura

El 19 de mayo, mientras Lissu era trasladado a otra audiencia en el tribunal, las autoridades de Tanzania ordenaron la deportación de la exministra de Justicia de Kenia, Martha Karua, y de Willy Mutunga, expresidente del Tribunal Supremo keniano, junto con dos periodistas del vecino país.

Todos habían viajado a Tanzania por invitación de la Sociedad de Derecho de África Oriental para observar el juicio a Lissu.

Además, un activista de derechos humanos keniano, Boniface Mwangi, y una activista ugandesa, Agather Atuhaire, fueron detenidos y mantenidos en régimen de incomunicación durante cinco días a pesar de las protestas. Los dos activistas afirmaron haber sido brutalmente torturados por la policía y los agentes de seguridad tanzanos.

Atuhaire contó a IPS que sus captores, que la habían sacado a ella y a Mwangi de la comisaría central de Tanzania, le vendaron los ojos y la agredieron sexualmente.

«Me quitaron toda la ropa, me tiraron al suelo, me esposaron las manos y los pies y me pusieron los pies boca abajo. Me colocaron una tabla entre los pies y las manos. Uno me golpeaba los pies y el otro me atacaba las partes íntimas», dijo Athuaire, madre de dos hijos.

Atuhaire, galardonada con el Premio Internacional a las Mujeres Valientes (Iwoc, en inglés) del Departamento de Estado de Estados Unidos y ganadora del Premio de los Defensores de los Derechos Humanos de la Unión Europea 2023, dijo que ha sido testigo de la impunidad en Uganda, pero que lo que vivió y experimentó en Tanzania fue aún peor.

«Me enfrenté a un policía que parecía muy enfadado. Nos amenazó. Creo que a Boniface (Mwangi) le dijo que le circuncidarían por segunda vez. A mí me dijo que me darían una lección para que tuviera una buena historia que contar en Uganda cuando volviera», relató Atuhaire.

«También me preguntaron si tenía hijos. Y yo le respondí: ‘¿Qué tienen que ver mis hijos con esto?’. Agregué que tenía dos hijos. Entonces tendrás un tercero. Cuando salimos, le dije a Boniface que creía que era una amenaza de violación», afirmó.

Mwangi fue encontrado en la frontera keniana con Tanzania, cerca de la costa, tras la condena generalizada a los kenianos apresados. Lo tuvieon que transportar en un vehículo porque apenas podía caminar tras la tortura.

«Mi cuerpo está destrozado de tantas formas que nunca lo sabrás, pero mi espíritu es muy fuerte. Nos hicieron cosas horribles. Y lo grabaron todo. Nos dijeron que si volvíamos a casa y contábamos lo que había pasado, compartirían los vídeos con todo el mundo», dijo Mwangi.

«La situación en Tanzania es muy mala. Creo que lo que nos ha pasado es lo que les pasa a todos los activistas tanzanos», reflexionó.

El activist keniano se pregunta por qué un país que pertenece a la Comunidad del África Oriental podía torturar a ciudadanos de otros Estados miembros como lo había hecho con ellos.

«Solo había ido allí para asistir a un juicio. No tenía ningún motivo oculto. Me trataron peor que a un delincuente y, sin embargo, no había cometido ningún delito», dijo.

Advertencia a los activistas extranjeros

La presidenta Suluhu advirtió en un discurso televisado a los activistas extranjeros que se mantuvieran alejados de su país.

«No les demos espacio. Ya han arruinado sus propios países. Ya han causado el caos. El único país que no ha sido arruinado, donde la gente tiene seguridad, paz y estabilidad, es el nuestro», afirmó.

Y añadió: «Ha habido intentos y exhorto encarecidamente a nuestras fuerzas de seguridad y defensa, así como a ustedes, que gestionan nuestra política exterior, a que no permitan la entrada en nuestro país a personas indisciplinadas de otros países».

Tigere Chagutah, director regional de Amnistía Internacional para África Oriental y Meridional, condenó la tortura y el trato inhumano infligidos a los dos activistas.

«Durante cuatro días, estos dos defensores de los derechos humanos fueron sometidos a una crueldad inimaginable. Su terrible experiencia pone de relieve los peligros a los que se enfrentan los defensores de los derechos humanos en Tanzania y debe haber rendición de cuentas y justicia», señaló.

Chagutah expresó su preocupación por el llamamiento de Suluhu a tomar medidas enérgicas contra los defensores de los derechos humanos, calificándolos además de agentes extranjeros.

A su juicio, «tales declaraciones proporcionan a las autoridades estatales un pretexto ilegal y espurio para imponer restricciones que incumplen las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos».

«La observación de los juicios es fundamental para la transparencia de los procesos judiciales y las garantías de juicios justos, y no supone una amenaza para la seguridad», afirmó Chagutah.

El activista por la justicia social Khalid Hussein, en respuesta a Suluhu, afirmó: «No se puede detener a ciudadanos extranjeros, torturarlos y luego pretender que están interfiriendo y que, por lo tanto, se merecen lo que les ha pasado».

Antes de la detención de los dos activistas, Tanzania había deportado a la exministra de Justicia de Kenia, Martha Karua, y a Willy Mutunga, expresidente del Tribunal Supremo de Kenia. Ambos se encontraban en Tanzania para observar un juicio.

Karua negó que estuviera en Tanzania para interferir en los asuntos internos del país, como alegaba Suluhu.

«Estaba en Tanzania para observar un juicio político. En Tanzania, Kenia y Uganda, los juicios penales son públicos. Toda persona tiene derecho a un juicio ante un tribunal imparcial, un juicio que sea público», afirmó.

Karua sospechaba que las autoridades de Tanzania estaban molestas por su intervención en una rueda de prensa en abril sobre la necesidad de respetar el Estado de derecho, cuando Tundu Lissu debía comparecer ante el tribunal.

«Así que, como ciudadana de la Jumuhiya (Comunidad del África Oriental), fui a observar un juicio. No hay nada de malo en ello. Creemos que, como ciudadanos de África oriental, tenemos el deber de solidarizarnos unos con otros para garantizar que rechazamos las tendencias autocráticas y la violación de los derechos», dijo Karua.

El profesor Peter Kagwanja, intelectual, asesor y estratega político keniano, aseguró a IPS que lo que está ocurriendo en Tanzania y sus países vecinos es lamentable.

Si persiguen así a Martha Karua y a Willy Mutunga, «¿te imaginas lo que les está pasando a los propios tanzanos? ¿Qué problema hay con el dr Kabudi y los demás que quieren defender a Tundu Lisu?», preguntó Kagwanja, presidente y director ejecutivo del Africa Policy Institute (API).

Falta de tolerancia hacia la oposición

Kagwanja afirmó que lo que está ocurriendo en Tanzania es una falta total de tolerancia hacia la oposición, a pesar de que los países afirman funcionar bajo una democracia multipartidista.

«Y esa actitud es la que vemos en Zimbabue. Es la misma actitud que se encuentra en Botsuana. Que se puede empujar al líder de la oposición al exilio. Se quiere coartar a la oposición y a sus líderes. En lugar de hablar con ellos y derrotarlos políticamente, se quiere derrotarlos en una batalla violenta», explicó.

Kagwanja añadió que «parece que en Uganda y Tanzania, la ambición de ser presidente no es legítima. O te disparan o te pudres en la cárcel. Y nadie de fuera debe ayudarte».

Durante su estancia en Uganda para asistir al juicio de Besigye, Karua afirmó a IPS que parece que los líderes de Uganda, Kenia y Tanzania están colaborando para oprimir a los ciudadanos.

«Como ciudadanos de África Oriental, sentimos que tenemos el deber de solidarizarnos para garantizar que se rechacen las tendencias autocráticas y la violación de los derechos», dijo Karua.

Besigye fue secuestrado en Nairobi el 16 de noviembre de 2024. Fue procesado en un tribunal militar en Uganda. Se le acusó de delitos relacionados con la seguridad y la posesión ilegal de armas de fuego y municiones.

Aunque el gobierno keniano ha negado su implicación, ha sido acusado por activistas de derechos humanos de apoyar y facilitar una entrega extraordinaria.

En agosto de 2024, 36 líderes del opositor FDC ugandés fueron secuestrados en la ciudad de Kisumu, en Kenia. Fueron acusados de terrorismo en los tribunales ugandeses y puestos en prisión preventiva.

El fiscal general de Uganda, Kiryowa Kiwanuka, refutó las acusaciones de secuestro y afirmó que los sospechosos fueron detenidos legalmente.

«Incluso la forma en que se recoge a las personas, si es que se hace, de un país vecino o de otro país está prescrita por la ley y nosotros afirmamos que estas personas fueron acusadas», dijo.

Los abogados de Karua y Besigye insisten en que el secuestro fue el resultado de la connivencia entre las autoridades kenianas y ugandesas.

«Insisto en la entrega porque Kenia tiene una ley de extradición que exige que cualquier persona que sea trasladada de Kenia a otro país para ser juzgada debe ser sometida a un proceso justo. No se siguió el debido proceso. Tampoco se les documentó en la frontera cuando fueron trasladados a Uganda», aseguró Karua a IPS.

Besigye y el coacusado Obeid Lutale fueron procesados ante el tribunal militar. A finales de enero, el Tribunal Supremo de Uganda dictaminó que los civiles no deben ser juzgados en un tribunal militar.

Tras la sentencia del Tribunal Supremo, Besigye fue trasladado a un tribunal civil con un nuevo cargo de traición. El cargo ante el tribunal militar era de traición.

El parlamento ugandés debatió y aprobó apresuradamente el 20 de mayo el proyecto de ley de enmienda de las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Uganda 2025.

El proyecto de ley, que está pendiente de la firma del presidente Yoweri Museveni para entrar en vigor, amplía, entre otras cosas, la jurisdicción de los tribunales militares, autorizándoles a juzgar una amplia gama de delitos contra civiles.

Juzgar a civiles en tribunales militares contraviene las obligaciones en materia de derechos humanos

El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó en mayo su preocupación por la aprobación en el parlamento de Uganda de una propuesta de ley que permite juzgar a civiles en tribunales militares.

«Me preocupa que, en lugar de alentar los esfuerzos para aplicar la decisión inequívoca del Tribunal Supremo de enero de este año, los legisladores de Uganda hayan votado a favor de restablecer y ampliar la jurisdicción de los tribunales militares para juzgar a civiles, lo que contraviene las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos», afirmó Türk.

Mientras Uganda se encamina hacia las urnas, diplomáticos de la Unión Europea han expresado su preocupación por la tortura de los líderes de la oposición y sus seguidores. Los diplomáticos expresaron su especial preocupación por la conducta del jefe de las Fuerzas de Defensa, el general Muhoozi Kainerugaba, hijo del presidente Museveni.

A principios de mayo, Kainerugaba, hijo mayor de Museveni, reconoció que había detenido a Eddie Mutwe, jefe de seguridad del líder opositor Bobi Wine.

Escribió en X que había capturado a Mutwe «como a un saltamontes» y que lo estaba «utilizando como saco de boxeo». Mutwe, que primero fue torturado, fue presentado ante un tribunal y acusado de robo.

El ministro de Justicia y Asuntos Constitucionales de Uganda, Norbert Mao, afirmó: «Llevar ante los tribunales a sospechosos detenidos ilegalmente, brutalizados y torturados es un abuso de los procesos judiciales».

Mientras tanto, Kainerugaba ha prometido un enfrentamiento con el aspirante a la presidencia, Wine, y sus seguidores.

«Quiero recordarles que adviertan a sus hijos que se mantengan alejados de las bandas del NUP», la sigla en inglés de la opositora Plataforma de Unidad Nacional, planteó.

Advirtió que «los informes de inteligencia indican que el NUP no es solo un partido político, sino que también está involucrado en actividades que suscitan preocupación en relación con el terrorismo. Los líderes del NUP están reclutando a jóvenes para actividades que podrían ser perjudiciales para nuestro hermoso país».

T: MF / ED: EG

Fuente de TenemosNoticias.com: ipsnoticias.net

Publicado el: 2025-06-19 06:05:00
En la sección: Últimas Noticias : IPS Agencia de Noticias

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