Cuando el suelo se empezó a resquebrajar en abril bajo los pies del mercado de bonos del Tesoro de EEUU, un auténtico prodigio de los mercados con sus casi 30 billones de dólares de tamaño, todos miraron a China. Donald Trump acababa de lanzar en el denominado Día de la Liberación la andanada de aranceles contra el mundo con la que tanto había amenazado y el gigante asiático se llevaba la peor parte. Pekín no solo era castigado con fuerza en el pizarrín de Trump con las tarifas, sino que, en horas posteriores, el presidente de EEUU se ‘calentaba’ y aumentaba a golpe de post en redes sociales los aranceles contra China hasta los tres dígitos. En medio del pánico generalizado (se desató la confianza hacia los activos estadounidenses), muchos vieron la mano de China detrás del desplome. Pekín, destacado tenedor extranjero, habría pulsado el botón de vender para dañar al nuevo inquilino de la Casa Blanca. Algunos avisaron de que China no podía permitirse ese paso y apuntaron a que el enemigo estaba ‘dentro’. Tocaba esperar a los datos que se conocerían ya en junio. Y en efecto, con los datos ya en la mano, se ha descubierto que, más allá de los titulares, el sell America(vender América) no fue para tanto, que muchas ventas fueron en EEUU y que el gran ‘enemigo’ exterior no era ni China, ni Japón, ni siquiera Europa. Estaba mucho más cerca.
Según los datos sobre el Capital Internacional del Tesoro (TIC por sus siglas en inglés) publicados este miércoles por el Departamento del Tesoro, las tenencias de Canadá disminuyeron en 57.800 millones de dólares durante abril. Una porción que no llega al 0,7% del total de tenencias en manos de extranjeros (9,01 billones de dólares), pero que contrasta con las ventas de los inversores de otros países más observados. Japón, el mayor tenedor extranjero de bonos del Tesoro, vio aumentar sus tenencias en 3.700 millones de dólares en abril, hasta los 1,13 billones. China, que en marzo pasó a ser el tercer tenedor extranjero, por detrás del Reino Unido, tenía 757.000 millones de dólares en bonos del Tesoro en abril, 8.200 millones menos que el mes anterior. Una venta bastante moderada para lo que se llegó a publicar hace dos meses.
Otros vendedores netos destacados fueron Hong Kong (-16.000 millones de dólares), Singapur (-15.000 millones) e India (-7.000 millones). Las tenencias de las Islas Caimán -consideradas como un domicilio popular para los inversores apalancados, como los fondos de cobertura- cayeron también en 7.000 millones de dólares. En el lado contrario, las tenencias del Reino Unido aumentaron en 28.400 millones de dólares, hasta 807.700 millones. Bélgica, cuyas tenencias incluyen las cuentas de custodia chinas según los analistas del mercado, subió 8.900 millones de dólares, hasta 411.000 millones.
Con todas las piezas sobre la mesa, el puzzle deja una lectura clara: la liquidación de las tenencias extranjeras de bonos del Tesoro estadounidense en abril fue bastante contenida, con una disminución de tan solo 36.000 millones de dólares hasta los referidos 9,01 billones, la segunda cifra histórica más alta. «Esto sugiere un mayor papel de los inversores nacionales en la venta masiva de bonos del Tesoro de lo que podría haber sugerido la tendencia sell America. La evidencia anecdótica sobre la desdolarización sigue siendo significativa, y se necesita al menos otro mes de datos del TIC para obtener una visión más clara», sintetiza Francesco Pesoleo, estratega de ING. Coincide Vishal Khanduja, responsable del equipo de renta fija de Morgan Stanley IM, quien cree que se exageró con el sell America. En todo caso, «esperamos una depreciación lenta y desigual del dólar», señala.
Ya en abril, el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, restó importancia a los movimientos, atribuyendo la volatilidad de los bonos del Tesoro a una oleada de desapalancamiento por parte de determinados inversores nacionales. El considerado ‘hombre seguro’ de Trump en materia económica, piloto de las principales negociones comerciales, como las establecidas con China, remarcó en repetidas ocasiones que los datos a los que tenía acceso mostraban una demanda extranjera sostenida de deuda estadounidense.
Después de que Trump desvelara sus aranceles el día 2 de abril, las acciones se desplomaron, un acontecimiento que normalmente genera una demanda de refugio para los títulos del gobierno estadounidense. En lugar de ello, los bonos del Tesoro registraron su mayor caída en más de dos décadas en la semana posterior al impacto de la política comercial. Con el dólar también cayendo, los movimientos provocaron preocupaciones sobre un éxodo masivo de los inversores extranjeros de los activos estadounidenses.
Dentro del daño contenido, la considerable venta de Canadá es lo que más ha llamado la atención a los analistas. El vecino del norte de Trump ha sido especial objeto de sus aranceles desde el principio, como México, por acusaciones sobre la seguridad fronteriza, además de víctima de su virulencia dialéctica con constantes llamamientos del presidente de EEUU a anexionar al país como ‘Estado 51’. Tras el shock inicial, una Canadá que desde el principio apostaba por el entendimiento, enarboló una conciencia nacional más fuerte tras estos ataques, que se saldaron con el triunfo del liberal Mark Carney, antiguo banquero central y sucesor de Justin Trudeau, frente a una derecha teóricamente más cercana a Trump.
Pese a este mar de fondo, los ‘puñetazos’ de Trump a Canadá también los han recibido muchos otros países y lo cierto es que sus tenencias del Tesoro, que alcanzan los 368.400 millones de dólares, siguen por encima de los niveles de enero. «Los datos muestran un gran vendedor: Canadá y nos preguntamos por qué», escriben, también desde ING, sus analistas de renta fija Benjamin Schroeder y Padhraic Garvey, quienes constatan en una nota para clientes que estos casi 58.000 millones representan «una porción inusualmente grande de ventas para el país«. Aunque nada de esto ha sido confirmado por ninguna fuente oficial, curiosa fue la supuesta información difundida en abril por un famoso locutor radiofónico canadiense, Dean Blundell, en la que aseguraba que Carney, buen conocedor de los mercados financieros, habría amenazado a Trump con una venta masiva de bonos del Tesoro de EEUU para que quitase los aranceles.
«En general, los jugadores que buscaban un resultado de venta neta, lo consiguieron. Y la venta de Canadá es la evidencia más evidente de ello (me pregunto por qué). Pero al mismo tiempo, el nivel absoluto de ventas netas no fue espectacular y se mantuvo dentro de los límites normales de los últimos años», valoran Schroeder y Garvey, admitiendo que estos datos son muy volátiles y que habrá que esperar a los de mayo antes de hacer más extrapolaciones.
Una venta masiva no conviene a China
En cualquier caso, China queda, por ahora, fuera de toda duda y, cabe recordar, que tras estos hechos de abril ha llegado la cordial negociación entre Pekín y EEUU con su tregua en los aranceles y un entendimiento parcial con la exportación de tierras raras por parte del gigante asiático. La cuestión de si la tenencia de activos estadounidenses por parte de China le otorga influencia es un tema recurrente y volverá a surgir, dadas las tensiones entre ambos países. De lo que no se habla tanto es de si a Pekín le interesa disparar y en Capital Economics opinan que no.
«Las principales instituciones estatales chinas poseen al menos tres billones de dólares en activos. Esto significa que a China le interesa mantener su valor. Precipitarse deliberadamente una liquidación sería autolesivo. La única circunstancia en la que esto tendría sentido sería si China creyera que EEUU está a punto de congelar o incumplir sus obligaciones con los inversores chinos», planteaba su analista Mark Williams en abril.
«La venta de bonos del Tesoro por parte de China sería un grave error de cálculo», se muestra de acuerdo Michael Brown, estratega senior de investigación de Pepperstone, explicando también que esa liquidación podría acarrear una apreciación del yuan, «exactamente lo opuesto» de lo que busca Pekín en medio de tambores de guerra comercial y de una imperiosa necesidad de dar salida a su exceso de capacidad.
El runrún seguirá
Más allá de los bonos del Tesoro, el informe del miércoles muestra que los inversores extranjeros fueron vendedores netos de bonos de agencias a largo plazo -categoría que incluye la deuda de las ‘reinas’ hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac- y de renta variable, mientras que fueron compradores netos de bonos corporativos a largo plazo.
En cuanto al mercado del Tesoro, si bien los rendimientos se han estabilizado en líneas generales en las últimas semanas, los títulos a más largo plazo han dejado traslucir la preocupación por el gran volumen de endeudamiento estadounidense. Los legisladores republicanos han estado avanzando en un proyecto de ley de recorte de impuestos que, según las proyecciones, dejará la deuda del gobierno federal encaminada a un récord en los próximos años. Las dudas sobre la sostenibilidad fiscal han socavado especialmente los argumentos a favor de la compra de los títulos a más largo plazo del gobierno. Muy lesiva en ese aspecto ha sido la gran reforma fiscal de Trump (la «gran y bella» ley) que ha sido validada por la mínima por la Cámara de Representantes y ahora aguarda al Senado.
Los inversores han intensificado el escrutinio de las subastas del Tesoro a la luz de la angustia por los déficits fiscales y las políticas económicas y exteriores de EEUU en general. La mala acogida que tuvo en mayo la venta de bonos a 20 años contribuyó a la caída del mercado, aunque las preocupaciones se disiparon con la mejor acogida de la deuda a 30 años la semana pasada y la oferta más reciente a 20 años el lunes. Los movimientos diarios de los precios han sido otro foco de atención, y el hecho de que los bonos del Tesoro no repuntaran durante los recientes ataques entre Israel e Irán renovó las dudas sobre su condición de refugio.
No obstante, por ahora, los datos ofrecen una validación de las afirmaciones habituales de Bessent sobre el interés sostenido en el extranjero por los bonos del Tesoro. «Realmente no vemos ninguna señal de que los inversores extranjeros se retiren del mercado de bonos del Tesoro», remata para Bloomberg Jamie Patton, codirector de tipos globales en TCW Group.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.eleconomista.es
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