Los migrantes venezolanos que retornan a su país para votar en las elecciones presidenciales

• Aunque el CNE limitó el derecho al voto de más de 4 millones de migrantes venezolanos, muchos han planificado viajes al país no solo para sufragar, sino apoyar también al comando opositor

Andrea Carrero sigue con atención el desarrollo de la campaña presidencial en Venezuela. Con cada noticia que lee, su mente se llena, por un lado, de incertidumbres sobre lo que pueda ocurrir el 28 de julio; y por el otro, de la convicción de estar ese día en su país para votar, a pesar de que actualmente reside en Bogotá, Colombia. 

“Quiero poner mi granito de arena porque es una gran oportunidad”, cuenta la venezolana de 27 años de edad en entrevista para El Diario. Emigró en 2022, pues no veía forma de independizarse o crecer profesionalmente en una economía tan deprimida, sin capacidad de ahorro o acceso a créditos. Sin embargo, ahora ve en estas elecciones la posibilidad de mejorar el futuro de otros jóvenes a través de un cambio de gobierno. 

Como ella, varios grupos de migrantes venezolanos están a la expectativa para viajar. Así como en su momento recorrieron miles de kilómetros para buscar una vida mejor en otras tierras, ahora están dispuestos a emprender el mismo camino de regreso, aunque sea por unos días para votar. Será una odisea personal ejercer sus derechos ciudadanos, después de que las autoridades venezolanas les impidieron sufragar en sus países de residencia.

Invisibles

De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral (CNE), para estas elecciones habrá 21.620.705 votantes habilitados. Esta cifra parece no tomar en cuenta a aquellos votantes que emigraron en los últimos años y que no pudieron actualizar sus datos de residencia en el Registro Electoral (RE). 

El corte del Registro Electoral definitivo para abril de 2024 arroja que apenas 69.211 venezolanos podrán votar desde el extranjero, lo que representa apenas el 0,32 % del padrón electoral. En su momento la oposición y organizaciones como Súmate y Voto Joven denunciaron que esta cifra no se corresponde con la cantidad real de migrantes habilitados, que se estima en 3,5 millones, es decir, más del 16 % del RE. 

7,7 millones

Es la cifra de migrantes venezolanos dispersos en el mundo, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Estas mismas organizaciones han denunciado que durante al menos tres años consecutivos el RE en el exterior se ha reducido debido a las trabas que el propio CNE ha puesto a los ciudadanos para inscribirse o actualizar su residencia. Esto se ve al comparar el RE vigente con su corte de junio de 2023, cuando al menos 107.836 venezolanos podían votar desde el extranjero. 

Una reducción del 35,8 % que se vio potenciada por medidas políticas tomadas por el gobierno de Nicolás Maduro como el cierre de sus consulados en Ecuador, lo cual deja a 1.339 venezolanos registrados sin posibilidad de votar, o la exclusión de los votantes en Estados Unidos, país que no tiene relaciones diplomáticas con el oficialismo desde 2019 y que tiene el padrón más grande en el extranjero, de 37.738 electores de acuerdo con el portal Votoscopio. 

Excluidos

Andrea asegura que la razón por la que pocos venezolanos de la diáspora podrán votar el 28 de julio viene del propio CNE. Intentó registrarse en el Consulado de Venezuela en Bogotá, pero su solicitud fue rechazada, pues las autoridades le exigían como requisito poseer cédula de extranjería, un documento que solo se puede obtener con más de cinco años de residencia en el país. 

La Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre) establece en su artículo 124 que “solo podrán sufragar en el exterior los electores que posean residencia o cualquier otro régimen que denote legalidad de permanencia fuera de Venezuela”. Tanto Andrea, como la mayoría de los migrantes en Colombia, se encuentran regularizados gracias al Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), y que desde su creación en 2021, ha otorgado alrededor de 2,2 millones de permisos de protección temporal (PPT).

Sin embargo, para las autoridades venezolanas el PPT no fue un documento válido para certificar la residencia legal de Andrea. Aunque 73.684 venezolanos sí están debidamente regularizados de acuerdo con Migración Colombia, solo 7.012 fueron reconocidos por el CNE para votar. 

Eso no desanimó a Carrero. Indicó que desde las primarias opositoras de 2023, en las que miles de venezolanos en Colombia sí pudieron participar, sintió una fuerte emoción que solo creció al ver las giras de la líder opositora María Corina Machado por diferentes estados de Venezuela. “Me sentí esperanzada al ver tantos pueblos salir a la calle. Fue como un despertar de que sí estamos vivos”, dijo.

Por eso decidió ir a Caracas para votar. Reconoció que aún no ha comprado el pasaje de avión debido a la incertidumbre que le generan los rumores de una posible suspensión de las elecciones. Tampoco espera quedarse mucho tiempo en el país, pues debe retomar rápido su trabajo como gerente de proyectos. Aun así, pronostica que viajará lo más cerca posible del 28 de julio. 

“Es un papel que necesitamos tomar. Yo sé que hay desesperanza, pero si no lo intentamos no sabremos lo que podría pasar”, apuntó.

Ida y vuelta

Mario Atria ha vivido una gran parte de su vida en Colombia, pero su corazón nunca ha dejado de estar en Venezuela, donde nació. En entrevista para El Diario relató que ya había vivido en ese país durante su juventud, pero regresó a Venezuela en 2003 con la intención de quedarse. Fue un sueño que no se cumplió. La crisis política y económica lo obligó a partir de nuevo en 2018.

“Fue una situación muy traumática, de casi pedir limosna y vivir arrimado. Emocionalmente fue bastante difícil”, agregó el arquitecto, quien actualmente trabaja como comerciante en Bucaramanga, departamento de Santander.

A pesar de todos sus años viviendo en Colombia y de tener residencia legal, Atria pertenece a ese subregistro de 98 % de venezolanos en la diáspora que no pudo cambiar sus datos ante el CNE. Al igual que Andrea, indicó que intentó sin éxito hacer el trámite durante la jornada especial de actualización del RE que se realizó entre marzo y abril de 2024. Ante la falta de consulado en su ciudad, debía acudir al ubicado en Cúcuta, a casi 200 kilómetros, y donde el proceso comenzó con 10 días de retraso y en sus dos semanas de duración, operó con bastante lentitud. 

“No trabajaron el día completo, solo tres horas para registrar a las personas y en una operación morrocoy increíble. Y de los pocos que lograron registrarse, a muchos les salió que no se podía trasladar el sitio de votación. Se lo negaron sin darles una explicación”, dijo.

De haber podido formalizar su cambio de registro, Atria habría tenido que viajar a votar al Consulado de Venezuela en Cúcuta, cercano a la frontera. Por eso decidió que si debía invertir tiempo y dinero en movilizarse, lo haría para ir directamente a San Felipe, estado Yaracuy, donde le corresponde votar. 

“Voy a regresar a Venezuela en este momento para votar. Quiero poner mi grano de arena, mi voto físico para que Venezuela pueda tener un cambio, se abra una ventana hacia un futuro de mejor esperanza”, aseveró.

Votantes inscritos

De la jornada especial de inscripción y actualización del Registro Electoral que se realizó entre el 18 de marzo y el 16 de abril, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, informó que hubo 604.964 nuevos inscritos y 847.999 cambios de residencias. De esa cifra, apenas 508 nuevos electores pudieron inscribirse en el extranjero y 6.020 lograron cambiar su centro de votación.

Caravana

Mario no viajará solo. Desde su segunda estadía en Colombia, el comerciante de 61 años de edad se volvió administrador de varios grupos en redes sociales en los que se ayuda a otros migrantes con información sobre cómo obtener el PPT, o impulsando emprendimientos de venezolanos en Santander. Sin embargo, desde finales de 2023 en esos grupos se fue articulando también una red ciudadana que lo acercó al Comando con Venezuela de María Corina Machado. 

Desde allí, afirmó que varios migrantes se organizan para viajar a Venezuela antes de las elecciones como parte de la denominada Caravana de la Libertad. “Se trata de organizar a los venezolanos que quieran viajar y que puedan pagarse su viaje, porque no hay dinero para pagar transporte”, acotó. 

Aunque no reveló la fecha de salida ni sus rutas por razones de seguridad, adelantó que partirán con suficiente antelación para evitar el acostumbrado cierre de la frontera que el gobierno suele ordenar la misma semana de las elecciones.

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Atria informó que en el departamento de Santander, el cual coordina, hay entre 50 y 60 personas interesadas en participar. Agregó que también hay otros grupos formados en Bogotá y Medellín que ya comenzaron a viajar, y con los que intercambian información. Atria estimó que el costo del viaje puede ascender hasta los 500 mil pesos colombianos por persona (126 dólares), por lo que han hecho campañas de recolección de fondos para aquellos que no puedan costear el viaje.

Igualmente, aunque está en conversaciones para alquilar un par de autobuses que reducirían los costos del viaje, afirmó que gran parte de la caravana planea viajar por su cuenta. Primero, para evitar ser identificados y exponerse a riesgos en la frontera; y segundo, porque una vez que estén en Venezuela, se separarán para ir a sus respectivas ciudades. 

“Si se lograse conseguir transporte, el regreso sería masivo, hay muchísima gente que quiere ir, lo que pasa es que no tiene con qué”, comentó.

Señal

En marzo de 2024, Luis Natera cumplió seis años viviendo en Perú. Es periodista, y cuando vivía en Venezuela era corresponsal de Radio Fe y Alegría en el estado Carabobo. Durante las protestas de 2017, fue golpeado por los cuerpos de seguridad y varias veces intentaron arrestarlo mientras cumplía con su trabajo de informar. La hostilidad hacia la prensa y la situación económica precaria lo llevaron finalmente a emigrar tras meses ahorrando y vendiendo objetos de valor.

Ahora, con 30 años de edad, trabaja en Lima como productor audiovisual y camarógrafo para la cadena colombiana NTN24. En entrevista para El Diario, contó que originalmente tenía pensado viajar a Venezuela en abril de 2024 para visitar a su familia, pero la entrega de su pasaporte renovado se retrasó hasta junio. Lo tomó como una señal del universo, y reprogramó su vuelo para estar en el país antes de las elecciones.

“Estando afuera nunca me he despegado de las noticias, sigo pendiente de lo que pasa en el país, en lo que está ocurriendo y creo que si tenía la posibilidad de hacerlo lo haría. Obviamente primero para visitar a mi familia, pues justamente mi mamá cumple 50 años también. Me vengo una semana después, porque tampoco quiero estar tanto tiempo en Venezuela y no se sabe qué pueda pasar”, declaró.

Por todas las vías

Como los casos anteriores, aprovechó la reapertura del consulado venezolano en Lima para intentar actualizar sus datos en el CNE, pero tampoco tuvo éxito. Aseguró que las autoridades cambiaron los requisitos, pues antes se podía hacer teniendo calidad migratoria especial de residente. Sin embargo, al llegar la jornada de actualización, los funcionarios le exigieron la residencia permanente, un documento que se solo se obtiene al naturalizarse por matrimonio y paternidad, o pagando 51.000 soles ($13.600). 

De los más de 1,5 millones de venezolanos en Perú, apenas un estimado de 1.750 posee dicha residencia permanente. De acuerdo con el portal Votoscopio, 660 estarán habilitados para votar en estas elecciones. 

Natera reconoce que viajar a Venezuela es una inversión difícil, que en su caso pudo lograr con los ahorros de un fondo especial que la ley peruana otorga a los trabajadores. Explicó que un vuelo directo ida y vuelta Lima-Caracas puede costar entre $800 y $900, cuando muchos migrantes cobran un sueldo mínimo de 1.025 soles ($272). Por eso, aunque aclaró que es una decisión que requiere cabeza fría, está seguro de que habrá venezolanos que buscarán trasladarse por vía terrestre para regresar a Venezuela a votar. 

“Si tienen la posibilidad y tienen la estabilidad económica como para poder hacer esa inversión, que lo hagan. Creo que va a valer la pena. Y aquellos que van a quedarse afuera, que no pueden viajar y se deben sentir de manos atadas, creo que la mejor manera de ayudar es incentivar a la familia que se encuentra en Venezuela, a los amigos y conocidos a que hay que salir a votar”, recomendó.

Contribución

Luis no conoce a nadie más que vaya a viajar para las elecciones, pero señaló que ha recibido varios mensajes de apoyo. “Me han dicho que mi voto se multiplique por el de ellos, que los represente. Entonces creo que esa también es una de las motivaciones de quienes podamos ir a Venezuela a votar. Tenemos ese compromiso de ejercer el derecho al voto por aquellos quienes no van a poder votar”, opinó.

Aunque vota en Caracas, aseguró que apenas termine de sufragar viajará a Valencia, su ciudad natal, para estar con su familia y reportar el desarrollo de los comicios allá. Para él, volver a ejercer el periodismo una vez más en su tierra será su contribución para una jornada que requerirá toda la participación ciudadana posible.

Lo mismo planea Andrea Carrero, quien se registró como voluntaria para ser testigo de mesa en su centro de votación, ubicado en un sector popular de Caracas. No teme a las represalias pues no planea permanecer en el país, así que manifestó su deseo de aprovechar el tiempo allí para ayudar en lo que pueda. “Mucha gente perdió la esperanza y muchos hemos hecho nuestras vidas afuera, pero aún tenemos ese cordón umbilical que nos ata a nuestro país”, expresó.

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El viaje de Mario Atria tampoco terminará en San Felipe. Es consciente de que el sueño de volver a su ciudad natal deberá esperar, pues su estancia será temporal. Pero tanto él como varios de sus compañeros afirman estar listos para incorporarse al Comando con Venezuela apenas lleguen a sus ciudades. 

“Será participar en una decisión que es trascendental en el futuro de Venezuela, estamos en una encrucijada en este momento, nuestras circunstancias son especiales, pues nosotros podemos hacer parte de la historia así, de manera anónima, y eso es lo bonito. Nadie va a salir a darte vítores por lo que hiciste, pero tu conciencia y tu corazón van a estar llenos de alegría de poder haber hecho algo. Y si los resultados nos los roban, pues también poder hacer algo físicamente allá para que se respete la voluntad del pueblo venezolano”, manifestó.

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