Desde el inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024, he destacado la relación entre el deporte y numerosas disciplinas científicas. Sin embargo, a lo largo de la historia del deporte en general y de las Olimpiada en particular, numerosos atletas han promocionado productos y tratamientos pseudocientíficos sin respaldo científico. Algunos se someten a terapias sin fundamento, mientras otros participan en anuncios de productos de dudosa eficacia. Ambas conductas son irresponsables y pueden tener consecuencias graves. Aunque cada persona es libre de tomar sus decisiones siempre que sean legales, es crucial que los atletas se informen sobre los efectos reales de las terapias que usan y promueven.
Varios deportistas de renombre han admitido públicamente emplear métodos como la homeopatía, el reiki, la kinesiología holística, la orinoterapia y la terapia emocional para tratar sus lesiones. Hasta la fecha, no existen pruebas que demuestren la eficacia de estos tratamientos en el tratamiento de problemas musculares. De hecho, muchas de ellas son consideradas pseudociencias, tanto por la comunidad científica como por diversas agencias gubernamentales e internacionales. Lo que realmente ayudó a estos atletas a recuperarse fueron la medicina convencional, la fisioterapia, la nutrición y otros tratamientos adecuados que recibieron.
Ilustración artística de una persona practicando reiki. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez
Varios de estos atletas han afirmado sentirse mejor después de usar esas terapias, pero es crucial recordar que “correlación no implica causalidad”. Un ejemplo claro es Messi, quien utilizó Flores de Bach, un tratamiento que está siendo investigado por el gobierno español. Sin embargo, no se puede atribuir su recuperación únicamente a estas flores. Messi combinó su uso con rigurosos tratamientos de rehabilitación y una dieta equilibrada. Él mismo ha admitido que solía consumir muchas pizzas y refrescos azucarados. Los nutricionistas que lo guiaron le recomendaron eliminar estos productos ultraprocesados y sustituirlos por frutas, verduras, agua y otros alimentos más saludables. Como resultado, su condición física mejoró considerablemente y sufrió menos lesiones. Lo que realmente facilitó su recuperación fueron la medicina basada en evidencias, la fisioterapia y la nutrición.
Lo que realmente ayudó a estos atletas a recuperarse fueron la medicina convencional, la fisioterapia, la nutrición y otros tratamientos adecuados que recibieron.
Algunos reconocidos atletas como Diego Costa, buscando recuperaciones rápidas para poder participar en finales importantes, confiaron en «doctores milagrosos» que les aseguraron una recuperación rápida mediante el uso de placenta de yegua. Esta decisión resultó ser perjudicial para su salud y para sus equipos.
Otro tratamiento popular entre los deportistas es el cupping, utilizado por Michael Phelps en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y ganador de veintiocho medallas olímpicas. Este método consiste en colocar copas de vidrio calentadas sobre la piel para crear un vacío que supuestamente aumenta la energía y el flujo sanguíneo, lo que provoca los característicos moretones. Sin embargo, la ciencia no respalda la idea del «flujo vital de energía». En el mejor de los casos, esta técnica puede aliviar ligeramente el dolor cuando se combina con otros tratamientos, especialmente en casos de herpes zóster o parálisis facial, pero no tiene impacto en mejorar el rendimiento deportivo.
Ilustración artística de Michael Phelps. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez
Las conocidas tiritas nasales empleadas por Contador, Neymar y otros deportistas tampoco tienen utilidad en el deporte profesional. Aunque es verdad que ayudan a abrir ligeramente las fosas nasales, facilitando así la entrada de aire cuando hay congestión, su eficacia es limitada. Investigadores norteamericanos han comprobado que estas tiras pueden ser beneficiosas para actividades de baja y media intensidad, como el trote ligero o el ciclismo a un ritmo moderado. No obstante, en deportes de alta exigencia física, como el fútbol de élite, estas tiras no mejoran el rendimiento.
¿Recuerdan esas pulseras que llevaban y promocionaban jugadores famosos como Kobe Bryant o Cristiano Ronaldo? Estas pulseras, que contenían hologramas, prometían mejorar el equilibrio, la flexibilidad, la fuerza y el bienestar general de los atletas. Sin embargo, numerosos estudios científicos han demostrado que estas pulseras no ofrecen beneficios reales. La compañía que las fabricaba fue severamente sancionada por publicidad engañosa.
Otro producto frecuentemente utilizado por los futbolistas son las cintas kinesiotape. Estas tiras de colores, aplicadas en diversas partes del cuerpo, son populares para la prevención y recuperación de lesiones. Gozaron de gran popularidad durante los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Según su publicidad, estas cintas ayudan a prevenir hiperextensiones gracias a su elasticidad y mejoran la circulación y el drenaje de los tejidos. Sin embargo, la evidencia científica no respalda estas afirmaciones. De hecho, estudios recientes han demostrado que un simple masaje ofrece los mismos beneficios que las kinesiotapes. En personas con tendinitis o pinzamientos, estas cintas no alivian el dolor y no tienen ningún efecto en deportistas sanos. Además, usarlas como reemplazo de tratamientos probados puede empeorar la lesión.
El agua de mar es un producto que está ganando popularidad entre los futbolistas y que considero bastante preocupante. Muchos deportistas la utilizan creyendo que reponen los minerales perdidos a través del sudor, pero esta creencia es errónea. Cuando ingerimos agua de mar, nuestro cuerpo se ve obligado a procesar el exceso de minerales. ¿Cómo lo hace? Los riñones se esfuerzan al máximo para filtrar el líquido y eliminar el exceso de sodio mediante la orina. Este proceso implica la eliminación de una gran cantidad de agua, lo que incrementa el riesgo de deshidratación y puede causar problemas como alteraciones en la frecuencia cardíaca, náuseas, debilidad e incluso delirios. En resumen, consumir agua de mar no solo carece de sentido, sino que también puede ser perjudicial.
Pero si tuviese que elegir un deportista que se caracterice por avalar terapias sin fundamento científico ese es, sin duda, el mejor tenista de todos los tiempos y flamante ganador de la medalla de oro olímpica, Novak Djokovic. El tenista serbio no solo ha rechazado las vacunas, negándose a recibir la de COVID-19, sino que ha argumentado que su neumólogo cree en un ‘gen león’ en los serbios que los protegería del virus. Durante la pandemia, Djokovic también organizó torneos de tenis sin medidas de seguridad, lo que resultó en graves consecuencias.
Sorprendentemente, el tenista ha afirmado que “mediante el poder de la gratitud se logra convertir la comida más tóxica, o el agua más contaminada, en la más curativa, ya que el agua reacciona y los científicos han demostrado que las moléculas del agua reaccionan a nuestras emociones”. Sin comentarios.
Si tuviese que elegir un deportista que se caracterice por avalar terapias sin fundamento científico ese es, sin duda, Novak Djokovic.
Otro de los métodos promovidos por Djokovic es la moxicombustión, un procedimiento que emplea hojas de Artemisia vulgaris secas, trituradas y pulverizadas. Sus defensores afirman que esta técnica equilibra los órganos y estimula el «flujo de energía vital». Sin embargo, no solo la comunidad científica rechaza esta práctica, sino que el gobierno español también está llevando a cabo una investigación sobre la moxicombustión.
En otro orden de cosas, Novak Djokovic es un ferviente defensor de las dietas sin gluten, que son esenciales solo para quienes realmente presentan una intolerancia al gluten, siempre y cuando haya sido diagnosticada de manera adecuada. Sin embargo, el equipo del tenista serbio realizó su propio diagnóstico colocando un pedazo de pan sobre su estómago y observando la reacción en su brazo, un método que no solo resulta ridículo, sino que también puede ser peligroso para quienes lo intenten imitar.
Durante el reciente Roland Garros, Djokovic causó revuelo al utilizar un curioso parche en su pecho con un pequeño chip en el centro. Al ser consultado, el tenista afirmó que este dispositivo era el mayor secreto de su carrera, que estaba basado en nanotecnología y que sin él no podría jugar, asegurando que desde que lo usa se siente como Iron-Man. Investigando en la web de la empresa que vende este costoso producto, encontré que promocionan el parche como algo que «nutre el cuerpo con longitudes de onda de luz terapéutica, sin efectos secundarios ni liberación de químicos. Se puede usar a diario, se recarga con luz solar y calor corporal, ofreciendo tratamientos de 720 horas cada mes». Además, aseguran que puede mejorar la simetría de la pelvis y las extremidades inferiores, activar el cuerpo, mejorar el equilibrio, la concentración y acelerar la recuperación post-entrenamiento. Sin embargo, no he hallado respaldo científico que valide estas afirmaciones.
Pseudociencia en los Juegos Olímpicos. Ilustración artística. Foto: Leonardo.ai / Christian Pérez
Queridos lectores de Muy Interesante, el uso de terapias sin base científica por parte de atletas de renombre es extremadamente preocupante. En primer lugar, estas prácticas no contribuyen a mejorar su rendimiento deportivo. En segundo lugar, representan un riesgo serio para su salud. Sin embargo, lo que más me alarma es la influencia que estas decisiones tienen en la sociedad, donde millones de seguidores, incluidos muchos niños y adolescentes, replican estos comportamientos. En conclusión, y como repito siempre, nunca olviden que “lo mejor que te puede pasar con las pseudociencias es que te estafen. Lo peor es que, además de estafarte, te maten”.
Este artículo pertenece a la serie «Ciencia de los Juegos Olímpicos» — «Ciencia olímpica», de José Manuel López Nicolás
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2024-08-06 05:57:10
En la sección: Muy Interesante