ecológica y emprendimiento

En el municipio de Guaitarilla, Nariño, está surgiendo una iniciativa que promete revolucionar la forma en que se gestionan los residuos orgánicos en la región. El proyecto ‘Humus San Benito’, liderado por el emprendedor local Jesús Rosero, está marcando un hito en el manejo de desechos y en la creación de abonos orgánicos, transformando una problemática ambiental en una oportunidad de desarrollo sostenible.

Hasta hace poco, los residuos orgánicos generados en la plaza de mercado de Guaitarilla eran enviados al relleno sanitario, donde se perdía el potencial de estos materiales para contribuir positivamente al medio ambiente. Esta situación cambió radicalmente con la llegada de “Humus San Benito”, un emprendimiento que ha logrado darle un giro innovador al proceso de recolección y tratamiento de residuos.

El proyecto, que ha comenzado a ganar notoriedad en la región, se basa en la recolección de los residuos orgánicos provenientes de los comercios y puestos de la plaza de mercado. En lugar de enviar estos desechos a los vertederos, el equipo de “Humus San Benito” los transforma en abonos y fertilizantes orgánicos de alta calidad. Este proceso no solo contribuye a la reducción de residuos que van a parar a los rellenos sanitarios, sino que también ofrece una solución ecológica y eficaz para la fertilización de cultivos locales.

Resultado

El señor Jesús Rosero, el visionario detrás de este proyecto, explica que el proceso comienza con la recolección de los residuos orgánicos, que son luego sometidos a un proceso de compostaje controlado. Este compostaje permite descomponer los materiales orgánicos de manera eficiente, resultando en un humus rico en nutrientes. Este humus se utiliza posteriormente como fertilizante natural, mejorando la calidad del suelo y promoviendo el crecimiento saludable de las plantas.

Además de los beneficios ambientales, “Humus San Benito” ha generado un impacto económico positivo en la comunidad. La producción y venta de estos abonos orgánicos no solo ofrece una alternativa a los fertilizantes químicos, sino que también ha creado nuevas oportunidades de empleo y ha fomentado el emprendimiento local. Los agricultores de la región ahora tienen acceso a productos que enriquecen el suelo de manera sostenible, lo que se traduce en cultivos más saludables y productivos.