Claves del nuevo decreto de comedores escolares y por qué está generando polémica

Los comedores escolares son un servicio fundamental de los institutos y los colegios en España; y, dado que los niños comen en ellos nada menos que cinco días a la semana, los menús tienen un peso vital en la nutrición de los más pequeños. 

Esta es la premisa de la que ha partido el Gobierno a la hora de elaborar el nuevo Real decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, que busca establecer medidas que mejoren la alimentación en los centros educativos. La norma contiene una batería de medidas que, sin embargo, no están exentas de polémica. 

Claves del decreto

Lo que se busca es solucionar algunas problemáticas, como el hecho de que hasta un 37% de los comedores no sirven en la actualidad suficientes verduras para alcanzar las recomendaciones nutricionales, o que cerca de un 7% no ofrece pescado. 

Entre otras cuestiones, el documento legal establece que, a partir de ahora, queda prohibido servir como parte de los menús escolares bebidas azucaradas, energéticas y bollería industrial. También se dicta que los platos precocinados deben elaborarse con aceites saludables (como el de oliva o el de girasol alto oleico) y se limitan a una ración al mes. También se exige que al menos el 45% de la fruta y la verdura sean de temporada y que al menos un 5% del gasto se destine a productos ecológicos. Otro aspecto clave es que se limitan las raciones de carne a tres semanales, con sólo una de carne roja.

La proteína de origen vegetal pasa a ocupar un lugar importante, y se marca que deberá ser el componente principal en algunos segundos platos. Se establece igualmente que al menos dos veces por semana el pan sea integral, y que cuatro veces al mes se sirva pasta o arroz integral; respecto al pescado, deberán servirse entre una y tres raciones semanales, incrementando de manera muy notable su consumo a nivel nacional.

Adicionalmente, pasan a ser exigibles alternativas por motivos éticos o religiosos, como ya sucedía en los casos de alergias o intolerancias alimentarias.

Críticas de sectores industriales

Aunque en los respectivo a la carne el Gobierno camina en la línea de organismos reputados como la OMS, la Asociación Nacional de Industrias de la Carne ha criticado el decreto, aduciendo que «transmite un mensaje negativo para la reputación del producto». 

Similarmente, en el sector pesquero la nueva normativa no ha caído bien, a pesar de las mejoras que supone respecto a la realidad previa. Entidades como Conxemar, ARVI, Apromar, Cepesca, Fedepesca, Interfish-España, Opescantábrico y la Federación Nacional de Cofradías de pescadores consideran en un comunicado conjunto que el ejecutivo no ha tenido en cuenta sus intereses, ya que opinan que los términos «análogos vegetales» y «proteína vegetal […] abren la puerta a ofrecer menús exclusivamente vegetarianos».

Críticas de Justicia Alimentaria

Desde una posición diametralmente opuesta, Justicia Alimentaria estima que el decreto llega tarde y se queda corto, y que está por debajo de los mínimos que se aplican en otros estados del entorno europeo. 

Por ejemplo, mientras la estrategia Europea ‘De la granja a la mesa’ sugiere que se incluya al menos un 25% de productos ecológicos, el nuevo texto español sólo recoge un 5%. La institución considera que esta falta es más grave si cabe teniendo en cuenta que España es el país líder en producción de esta clase de productos dentro de la Unión Europea. 

Por último, desde Justicia Alimentaria han criticado que el decreto carece de mecanismos para hacer cumplir algunos de los puntos clave, como la prohibición de servir bebidas azucaradas y bollería en las cafeterías. Al respecto, la organización recuerda que en un país que sufre una importante crisis de obesidad y sobrepeso infantil, los comedores escolares son fundamentales para cambiar hábitos poco saludables y prevenir problemas de salud en los niños.