El pasado romano de la península ibérica sigue dando sus frutos. Gracias a las continuas investigaciones arqueológicas en este campo, poco a poco se están reconstruyendo con mayor precisión los escenarios históricos que marcaron la entrada de Roma en Hispania. Un reciente hallazgo en Valls (Tarragona) ha generado un notable entusiasmo en la comunidad científica. Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Barcelona ha identificado los restos de la antigua ciudad ibera de Kissa, célebre por haberse convertido en uno de los primeros escenarios bélicos entre las fuerzas romanas y cartaginesas durante la Segunda Guerra Púnica. Esta identificación convierte al yacimiento del Vilar en una de las referencias arqueológicas más relevantes de la antigua Cesetania.
El yacimiento del Vilar: características urbanas de una gran ciudad ibera
Las excavaciones han sacado a la luz una ciudad de gran escala, con una extensión aproximada de ocho hectáreas y una capacidad demográfica estimada en unos 5.000 habitantes. Los restos muestran una planificación urbana avanzada. El núcleo contaba con dos grandes calles de seis metros de ancho, una de las cuales estaba dotada de infraestructura hidráulica o sistema de alcantarillado, así como tres barrios diferenciados.
Uno de los elementos más impresionantes del yacimiento concierne su sistema defensivo. Kissa estaba protegida por murallas de ocho metros de ancho y un foso de catorce metros de anchura y cuatro de profundidad. Tal despligue de arquitectura miliar evidencia tanto su importancia estratégica como la constante amenaza militar a la que estuvo expuesta.

Evidencias de la guerra: monedas púnicas y proyectiles
Uno de los aspectos más reveladores de la excavación ha sido el hallazgo de monedas púnicas y proyectiles de balista en el interior de viviendas destruidas. Los proyectiles constituyen una prueba material de que la ciudad vivió un conflicto armado de gran intensidad. Además, estos objetos no solo permiten fechar con mayor precisión los episodios de destrucción, sino también vincularlos directamente con la presencia cartaginesa en el área.
Según el director de la excavación, el arqueólogo Jaume Noguera, la combinación de los restos materiales, la secuencia estratigráfica y las fuentes escritas de época romana permite afirmar con certeza que el yacimiento corresponde a la antigua Kissa. Este diagnóstico se apoya en los textos de historiadores como Polibio y Tito Livio, quienes relataron la ofensiva de Aníbal Barca en territorio ibérico en el año 218 a. C.

El contexto histórico: Aníbal y el desembarco romano
El año 218 a. C. marcó el inicio de las hostilidades entre Roma y Cartago en Hispania. Durante su campaña hacia Italia, Aníbal lanzó un ataque contra Kissa, que destruyó parcialmente en el transcurso de una maniobra militar que buscaba consolidar el control cartaginés sobre el noreste de la península. Sin embargo, pocos meses después, las legiones romanas desembarcaron en Empúries, donde se enfrentaron al ejército púnico que se había establecido cerca de la ciudad ibera.
Esta confrontación trajo la victoria romana. Así, marcó el comienzo de su dominio territorial en Hispania y frustró los intentos de Aníbal de recibir refuerzos desde el sur. Kissa, por tanto, fue un enclave esencial para comprender el despliegue estratégico de ambas potencias durante las fases iniciales del conflicto.
Una «pequeña Pompeya» ibérica
El estado de conservación excepcional de los materiales hallados ha hecho que Noguera, el responsable de la excavación, aluda al lugar como «una pequeña Pompeya«. Las conexiones con la ciudad devorada por el Vesubio son claras: en Vilar, por la destrucción repentina que sufrió la ciudad, muchos objetos y estructuras han permanecido casi intactos desde hace más de 2.200 años. Este tipo de yacimientos ofrece a los arqueólogos una oportunidad única para observar la vida cotidiana de sus habitantes.
A pesar de la crudeza del conflicto, sin embargo, la ciudad siguió estando habitada durante algunos años. La continuidad del asentamiento durante una o dos décadas tras el ataque púnico también aporta una visión más matizada del impacto del conflicto sobre las comunidades locales. Kissa mantuvo cierta actividad, lo que parece sugerir cierta resiliencia por parte de la población superviviente.

Implicaciones geoestratégicas del enclave
El posicionamiento de Kissa en el actual término de Valls se explica por motivos estratégicos y territoriales. La ciudad controlaba el paso interior entre el litoral tarraconense y la Conca de Barberà, ya fuera por el Coll de Cabra o por el estrecho de la Riba. Esta posición la convertía en un punto de control territorial clave en las comunicaciones del noreste peninsular. La presencia cartaginesa al norte del Ebro, atestiguada por la localización de decenas de monedas púnicas, subraya la importancia de este corredor como ruta de tránsito estratégico. Desde este punto de vista, y según han notificado los arqueólogos, resulta improbable que el ejército romano, al salir de la antigua Cese-Tarraco (la actual Tarragona), no llegara a enfrentarse al contingente púnico establecido cerca de Valls.
De la investigación al patrimonio: hacia un espacio museístico
Las primeras intervenciones arqueológicas en el Vilar datan del año 2014, cuando comenzaron los trabajos del Grupo de Investigación sobre la Arqueología de la Complejidad y los Procesos de Evolución Social (GRACPE) de la Universitat de Barcelona. Estas investigaciones se han llevado a cabo en el marco de dos proyectos institucionales. El primero, impulsado por la Generalitat de Cataluña, se centra en el cambio sociocultural en la Cesetania oriental durante la protohistoria. El segundo, financiado por el Ministerio de Ciencia, aborda el fenómeno urbano entre los iberos del norte.
El equipo investigador ha manifestado su voluntad de que el terreno pase a ser de titularidad pública, con el objetivo de desarrollar un plan de apertura del yacimiento al público que facilite las visitas guiadas. Esta iniciativa permitiría no solo preservar el sitio arqueológico, sino también convertirlo en un centro de referencia para la divulgación del patrimonio ibero y la historia de las guerras púnicas.

La antigua Kissa en tarragina
La identificación de Kissa en el yacimiento del Vilar representa un avance crucial en la arqueología peninsular. Además de proporcionar una ubicación concreta para un episodio clave de las guerras púnicas, también abre nuevas perspectivas sobre la organización urbana, militar y social de los pueblos iberos. Gracias a este hallazgo, podemos comprender mejor cómo se entrelazaron las historias de Roma, Cartago y los pueblos indígenas en uno de los momentos más trascendentales de la antigüedad mediterránea.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.muyinteresante.com
Publicado el: 2025-05-06 15:00:00
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