Mientras muchas personas dependen de su intuición para saber si alguien está mintiendo, los expertos en comportamiento humano tienen un enfoque más preciso. Existen estrategias basadas en la ciencia que permiten reconocer cuándo una persona está ocultando la verdad. Y hay un truco en particular que, usado con inteligencia, puede darte respuestas claras.
¿Por qué mentimos… y cómo se nota?
Desde pequeños, aprendemos a mentir para evitar problemas, protegernos, conseguir algo o impresionar. A veces lo hacemos de forma consciente, otras veces casi automática. Pero aunque la mente pueda construir una historia, el cuerpo y las emociones no siempre logran mantener el mismo control.
La psicología ha demostrado que cuando una persona miente, su cerebro trabaja más intensamente: necesita recordar la historia, cuidar lo que dice y anticipar posibles preguntas. Todo ese esfuerzo genera signos externos, aunque la persona intente parecer natural.
Los indicios más comunes incluyen eludir el contacto visual, cambiar el tono de voz, hacer pausas innecesarias o mostrar gestos repetitivos, como tocarse la cara o jugar con algún objeto. También están las microexpresiones: movimientos faciales rápidos e involuntarios que reflejan emociones reales como ansiedad, miedo o culpa, aunque duren apenas una fracción de segundo.
Pero además de observar estos signos, existe un recurso aún más directo para poner a prueba la sinceridad de alguien: una pregunta sorpresiva.
El truco de la pregunta inesperada

Este método se basa en una diferencia clave entre quienes dicen la verdad y quienes inventan una historia. Las personas que vivieron una situación real pueden recordarla sin esfuerzo y en cualquier orden. En cambio, quienes mienten suelen repetir mentalmente un guion en orden cronológico para evitar contradicciones.
Entonces, si interrumpes ese relato con una pregunta inesperada —especialmente si es fuera de secuencia—, los mentirosos suelen desorientarse. Pueden dudar, tartamudear, corregirse o incluso contradecir lo que dijeron antes.
Por ejemplo, si alguien te cuenta lo que hizo durante el día y tú le preguntas repentinamente qué desayunó o cómo se sintió justo antes de salir de casa, estarás rompiendo la narrativa preparada. Si hay un silencio incómodo, cambios de expresión o incongruencias, es una señal de alerta.
Otra variante es pedirle que relate lo ocurrido en orden inverso: desde el final hacia el principio. Quien dice la verdad podrá reconstruir los hechos sin mayor problema. Quien miente, probablemente se bloqueará.
Cómo aplicar la técnica paso a paso
No hace falta ser un interrogador profesional ni generar tensión. Esta técnica se puede aplicar en una conversación común, siempre con atención y empatía. Aquí van las claves para usarla:
- Escucha primero el relato completo sin interrupciones. Presta atención al tono, lenguaje corporal y detalles.
- Haz una pregunta fuera de secuencia, como “¿Qué hiciste justo antes de eso?” o “¿Cómo volviste a casa exactamente?”.
- Observa la reacción inmediata. ¿La persona duda? ¿Evita mirarte? ¿Responde de forma incoherente?
- Pide que cuente la historia al revés, desde el último momento hasta el primero.
- Conecta señales: si al cambio de orden se suman gestos nerviosos o contradicciones, es probable que haya una mentira.
Este recurso no solo sirve para desenmascarar engaños, sino también para profundizar en conversaciones importantes. Nos ayuda a distinguir entre una historia vivida y una fabricada, y a tomar decisiones más informadas en relaciones personales, laborales o incluso entrevistas.
No se trata de generar desconfianza constante, sino de contar con una herramienta práctica para cuando las dudas sean razonables.
[Fuente: Diario Uno]
Fuente de TenemosNoticias.com: es.gizmodo.com
Publicado el: 2025-06-07 10:59:00
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