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Sin guía para perplejos. Serie de ensayos morales 3: Fama

Sin guía para perplejos. Serie de ensayos morales 3: Fama

“Hoy Fama circula en la Red. Quien no está en la Red no está en la Nube y por tanto no existe. Así, esta diosa alada ha adquirido soberanía sobre un universo que tiende al infinito. Es un conglomerado inmenso y en expansión de millones de ojos y lenguas, o dedos, que transmiten por igual noticias ciertas y falsas”

Por RUTH CAPRILES

Desde el principio invocar a Fama presentaba riesgos.

Era una diosa alada que tenía un ojo y una lengua en cada pluma y repetía noche y día lo que aprendía, veía, oía. Rendía testimonio de las hazañas verdaderas de los seres humanos pero igual se hacía eco de cotilleos y falsos rumores, por lo cual griegos y romanos la veneraban y temían a la vez. Fama era caprichosa y tenía el poder de hacer grande lo pequeño y pequeño lo grande. Podía ensalzar al caído como difamar y hundir al victorioso. Podía hacer que los humanos olvidaran a los héroes y que los villanos alcanzasen la notoriedad.

Hoy Fama circula en la Red. Quien no está en la Red no está en la Nube y por tanto no existe. Así, esta diosa alada ha adquirido soberanía sobre un universo que tiende al infinito. Es un conglomerado inmenso y en expansión de millones de ojos y lenguas, o dedos, que transmiten por igual noticias ciertas y falsas. Crean y destruyen ídolos a velocidades digitales. Un sólo chasquido de la divina lengua digital provoca odio hoy hacia quien admirábamos ayer.

La ventaja es que muchas más personas son tocadas por Fama. La democratización de sus prácticas ha sido uno de los efectos del progreso tecnológico. En la antigüedad, la diosa sólo narraba los hechos de los notables, fuesen héroes exaltados o personajes infames. Hoy millones de personas aspiran y hasta obtienen su minuto de fama. Cualquier persona con un teléfono inteligente puede invocar a la diosa mientras se embelesa con la fama de otros. Ella ha multiplicado tanto héroes como audiencias al límite abierto de las masas. Múltiples personajes heroicos aparecen en los relatos de la moderna diosa. No alcanzamos a leer todos sus cuentos, ver todos sus vídeos, oír todos sus audios antes de que desaparezcan y sean sustituidos por otros.

El reto entonces es mantener los favores de Fama.

¿Cuánto tiempo dura un influencer?

¿Cuánto tiempo se mantiene una celebridad?

Porque resulta que nadie dijo en mito alguno que Fama tuviera memoria permanente y menos que le preocupara el destino de sus personajes alumbrados. ¿Qué les pasa cuando están en el círculo de su luz?

¿Qué les sucede cuando pasan a la penumbra o la oscuridad?

En la mitología mexica, la diosa Ayauhtéotl era relacionada con la fama y la vanidad. Controlaba las brumas y el humo; los primeros rayos del alba y los últimos del atardecer.

Dos apariencias de la vanidad. Es una virtud cuando es orgullo del propio esfuerzo y logro. Como tal es fuente de competencia y creatividad. Es un defecto cuando es narcisismo o reconocimiento inmerecido.

Quienes en este mundo de famas tengan la vanidad como virtud podrán salir del escenario y renacer al alba con el orgullo de la labor bien cumplida. Quienes la tengan como defecto, sufrirán o harán daño y sólo alcanzarán la fama en la oscuridad.

Y nosotros, los demás, desde la penumbra, ¿podremos distinguir, entre las múltiples lenguas de Fama, virtud y defecto, verdad o mentira?

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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elnacional.com

Publicado el: 2025-06-22 03:00:00
En la sección: EL NACIONAL

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