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Madre venezolana clama que no la deporten sin su hijo de 13 años

Venezolana Yusmari Galindez,

Yusmari Galindez, una madre venezolana de 27 años, suplica a las autoridades de Inmigración y Aduanas (ICE) no deportarla sin antes reunirse con su hijo de 13 años. Detenida en abril tras una infracción de tránsito, Galindez permanece en un centro de detención en Houston, separada de su pequeño, quien quedó bajo el cuidado de su pareja. En una entrevista con Telemundo Houston, con voz quebrada, expresó su angustia: “Quiero que traigan a mi hijo aquí y nos deporten juntos”. La familia ingresó legalmente a Estados Unidos mediante la aplicación CBP One y el Parole Humanitario, pero ambos fueron anulados, dejándolos en un limbo migratorio. Galindez enfrenta presión para revelar el paradero de su hijo, pero teme que ICE detenga también a su pareja. Expertos aseguran que una reunificación previa a la deportación es posible con planificación. La historia de Yusmari, una madre luchando por su hijo, toca corazones en un país donde miles de migrantes enfrentan destinos inciertos.

La incertidumbre consume a Galindez. Su hijo, ajeno a la detención mientras estaba en la escuela, vive ahora con la pareja de Yusmari, quien también teme represalias. “Firmé los papeles, me pueden sacar cualquier día, pero no sin él”, dijo entre lágrimas. En X, venezolanos en Houston comparten su dolor, exigiendo humanidad. Organizaciones como RAICES Texas abogan por evitar separaciones familiares, pero la opacidad de ICE preocupa. La madre, que soñaba con un futuro mejor, enfrenta un sistema implacable. “No me quiten a mi hijo”, suplica. Su caso refleja la lucha de muchos migrantes, atrapados entre políticas migratorias y el amor por sus familias.

Deportación con rostro humano

La deportación amenaza con separar a la venezolana Yusmari de su hijo, un dolor que resuena en la comunidad venezolana. Expertos en inmigración, citados por Telemundo Houston, insisten en que ICE puede coordinar la reunificación antes de ejecutar la deportación. Sin embargo, la presión sobre Galindez para delatar a su pareja revela un sistema más coercitivo que compasivo. En redes, usuarios claman: “¡No separen a esta madre!”. La falta de claridad en el proceso migratorio agrava la angustia. Yusmari, con esperanza frágil, no se rinde. Su lucha es un recordatorio: detrás de cada caso migratorio hay un corazón latiendo por su familia.

Un futuro incierto para Galindez

El caso de la venezolana Yusmari expone las grietas del sistema migratorio estadounidense. La anulación de CBP One y el Parole Humanitario dejó a su familia vulnerable. En Houston, donde la comunidad venezolana crece, su historia genera solidaridad. “Es una madre, no una criminal”, escribió un usuario en X. Organizaciones piden a ICE priorizar la reunificación, pero la burocracia no cede. Galindez, desde su celda, aferra un sueño: abrazar a su hijo antes de partir. Su voz, aunque temblorosa, resuena con fuerza. La comunidad, conmovida, exige una solución. ¿Escucharán las autoridades su clamor? El tiempo apremia, y Yusmari espera.

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Fuente de TenemosNoticias.com: puntodecorte.net

Publicado el: 2025-07-03 17:09:00
En la sección: Nacional Archivos – Punto de Corte

Publicado en Nacionales

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