Crisis de video vigilancia – Diario del Sur

“La seguridad en Bogotá no puede depender de un sistema con fallas”

El sistema de cámaras de seguridad en Bogotá atraviesa una crisis que compromete la seguridad ciudadana. De acuerdo con un informe presentado en el Concejo de Bogotá, el 46% de los dispositivos de videovigilancia estuvieron fuera de servicio en 2024, afectando la capacidad de reacción de las autoridades ante hechos delictivos.

Según denunció el concejal Marco Acosta en un debate de control político, la ciudad no ha adquirido ninguna cámara nueva desde 2019. Actualmente, Bogotá cuenta con 5.828 cámaras administradas por la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia, pero una gran parte de ellas ha estado inactiva en diferentes momentos. En agosto de 2024, 2.706 cámaras (46,46%) no estaban en funcionamiento, y aunque en los últimos meses el número de dispositivos inoperativos se redujo a 1.879 (32%), la cifra sigue siendo preocupante.

Uno de los problemas más graves es que la cobertura de este sistema sigue siendo insuficiente. Actualmente, las cámaras de seguridad solo abarcan el 23% del territorio urbano distrital, lo que deja a más del 75% de la ciudad sin monitoreo en tiempo real.

Entre 2021 y 2023, la Contraloría de Bogotá detectó posibles irregularidades en la administración de contratos, por un valor total de $5.379 millones. A esto se suma que en los últimos 20 meses, la Alcaldía ha destinado $30.000 millones para la modernización y mantenimiento del sistema de videovigilancia, sin que se haya logrado una mejora sustancial en su funcionamiento.

Ante esta problemática, el concejal Marco Acosta hizo un llamado a la administración distrital para que fortalezca la supervisión de los contratos y se asegure de que los recursos asignados realmente se traduzcan en mejoras en el sistema de videovigilancia. Además, solicitó que se realicen auditorías sobre los pagos efectuados y que se publiquen informes periódicos sobre el estado de las cámaras, con el fin de que la ciudadanía pueda hacer seguimiento a la modernización del sistema.

Mientras la administración distrital evalúa las acciones a tomar, la ciudadanía sigue preocupada por la inseguridad y la falta de herramientas tecnológicas efectivas para combatirla.