A última hora del 5 de diciembre de 2024, fue lanzado al espacio el tercer satélite Copernicus Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea (ESA), mediante un cohete Vega-C de la ESA.
El lanzamiento se efectuó desde el espaciopuerto europeo de Kourou, en la Guayana Francesa.
A primera hora del 6 de diciembre, el centro de control de vuelo pudo comunicarse con el satélite y verificar que había alcanzado sin problemas su órbita.
Sentinel-1C amplía el legado de sus predecesores, proporcionando imágenes de radar de alta resolución para vigilar el medioambiente cambiante de la Tierra. Además, Sentinel-1C introduce nuevas capacidades para detectar y vigilar el tráfico marítimo.
La misión Sentinel-1, la primera de la familia Copernicus, se basa en una constelación de dos satélites idénticos que vuelan en la misma órbita, pero separados 180 grados, para lograr una cobertura mundial en todo momento.
Sentinel-1A fue el primer satélite de la serie, lanzado en abril de 2014, seguido del lanzamiento del Sentinel-1B en 2016. La misión de Sentinel-1B finalizó en agosto de 2022 tras sufrir un fallo técnico que le impidió adquirir datos. Se ha logrado que el satélite ejecute una maniobra que hará que reentre en la atmósfera terrestre dentro de 25 años.
Sentinel-1C, junto con su hermano Sentinel-1A, devolverá a la misión todo su potencial como constelación de dos satélites. Por su parte, Sentinel-1A será sustituido por Sentinel-1D a finales del próximo año, antes de que su vejez comience a propiciar que sufra averías graves.
El cohete Vega-C transportando al Sentinel-1C en un momento de su ascenso hacia el espacio. (Foto: ESA / M. Pédoussaut)
Los datos de Sentinel-1 son de gran utilidad para numerosos servicios y aplicaciones de Copernicus, como la vigilancia del hielo marino en el Ártico, el seguimiento de icebergs, la cartografía rutinaria del hielo marino y las mediciones de la velocidad de los glaciares. También desempeñan un papel vital en la vigilancia marina, como la detección de vertidos de petróleo, el seguimiento de buques para la seguridad marítima y la identificación de actividades pesqueras ilegales.
Además, las observaciones de los satélites Sentinel-1 se utilizan ampliamente para observar la deformación del suelo causada por hundimientos, terremotos y actividad volcánica, así como para cartografiar bosques, áreas con recursos hídricos y otros terrenos de interés. La misión es crucial para prestar ayuda humanitaria y para brindar asistencia ante catástrofes en todas partes del mundo.
Los satélites Sentinel-1C y Sentinel-1D introducen nuevas capacidades de detección y seguimiento del tráfico marítimo, gracias a su Sistema de Identificación Automática (AIS) integrado. Este sistema consta de cuatro antenas a bordo y optimiza la captación de las señales transmitidas por los buques, incluyendo detalles cruciales como la identidad del buque, su ubicación y su rumbo, lo que permite un seguimiento preciso.
El cohete europeo Vega-C puede lanzar objetos de hasta 2300 kilogramos al espacio, como pequeñas naves espaciales científicas y de observación de la Tierra. Con 35 metros de altura, Vega-C pesa 210 toneladas en la plataforma de lanzamiento y alcanza la órbita con tres etapas propulsadas por combustible sólido antes de que la cuarta etapa propulsada por combustible líquido tome el relevo para la colocación precisa de los satélites en su órbita deseada alrededor de la Tierra. Vega-C es actualmente el más avanzado de los cohetes de la familia Vega. (Fuente: NCYT de Amazings)
Fuente de TenemosNoticias.com: noticiasdelaciencia.com
Publicado el: 2024-12-09 05:45:00
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