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Homo erectus, pionero en la adaptación a climas extremos hace un millón de años

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Cuándo y cómo los primeros homininos desarrollaron la capacidad de adaptarse a ecosistemas extremos es uno de los grandes enigmas de la evolución humana. Un nuevo estudio revela que el Homo erectus fue capaz de prosperar en entornos áridos hace más de un millón de años, reescribiendo así la historia de la adaptabilidad humana. Este descubrimiento aporta datos clave sobre cómo esta especie fue pionera al establecerse en regiones con condiciones climáticas extremas, mucho antes de lo que se creía hasta ahora.

 

Esta es la principal conclusión del nuevo estudio, a cargo de un equipo integrado, entre otros, por Julio Mercader, de la Universidad de Calgary en Canadá e investigador asociado al Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), que es una de las instituciones CERCA de la Generalitat de Cataluña. En la investigación también participaron Palmira Saladié, investigadora del IPHES, y Pamela Akuku, la cual ha desarrollado su tesis doctoral en dicho centro.

 

Evidencia que redefine el paradigma

 

Tradicionalmente, se pensaba que solo el Homo sapiens era capaz de habitar con éxito en climas extremos, como desiertos o zonas con lluvias intensas. Ahora, los datos recogidos en Engaji Nanyori, en la Garganta de Oldupai (Tanzania), muestran que Homo erectus logró sobrevivir en un paisaje dominado por el desierto y la estepa, con vegetación escasa y períodos recurrentes de incendios, en el África oriental, y que lo consiguió gracias a su habilidad para aprovechar de manera precisa los recursos naturales disponibles.

 

“El Homo erectus demostró una gran capacidad de resiliencia y estrategia en un ambiente hostil y cambiante”, explica Mercader. “Esta investigación no solo amplía su rango ecológico, sino que también lo posiciona como una especie con una adaptabilidad más sofisticada de lo que se pensaba hasta ahora”.

 

Una estrategia sofisticada para la supervivencia

 

El estudio identificó más de 22.000 herramientas de piedra en el yacimiento, muchas de las cuales se usaron para procesar grandes herbívoros. Estas herramientas, en su mayoría hechas de cuarcita, fueron elaboradas a partir de materiales extraídos de sitios ubicados hasta a 13 kilómetros del lugar, lo que denota una planificación precisa y una movilidad calculada y con motivación.

 

“La combinación de tácticas de caza, procesamiento de cadáveres de animales y selección estratégica de asentamientos cercanos a zonas fluviales demuestra una capacidad de adaptación notable”, subraya Saladié, quien lideró el análisis zooarqueológico y tafonómico del yacimiento junto con Akuku. Esta investigación evidencia que el Homo erectus priorizaba la caza de herbívoros como bóvidos y antílopes de tamaño medio, optimizando el uso de recursos animales con herramientas diseñadas para tareas específicas, como la desarticulación y la extracción de médula ósea.

 

Por su parte, Pamela Akuku, investigadora del Museo Nacional de Kenia y asociada al IPHES, destaca la importancia de los entornos fluviales en esta adaptación: “Los homininos desarrollaron una estrategia de supervivencia basada en la reocupación de áreas estratégicas con acceso recurrente a agua, incluyendo zonas donde confluyen ríos, que proporcionaban recursos durante los períodos más áridos”.

 

Pamela Akuku excavando en el yacimiento de Engaji Nanyori, Tanzania. (Foto: Akuku / University of Calgary)

 

Implicaciones para la evolución humana

 

Este trabajo redefine el papel del Homo erectus como un homínido generalista, capaz de habitar paisajes fragmentados y con recursos limitados. El estudio sugiere que esta habilidad para sobrevivir en regiones áridas fue decisiva para su dispersión dentro y fuera de África, llegando hasta Arabia y más allá.

 

“La capacidad de gestionar los recursos de manera eficiente y adaptarse a condiciones cambiantes ofrece una nueva perspectiva sobre cómo se configuró la expansión geográfica de esta especie”, concluye Mercader.

 

El equipo de investigación afirma que los datos cuestionan la creencia de que solo nuestra especie, el Homo sapiens, tenía la capacidad de adaptarse a ecosistemas extremos. Las evidencias aportadas por este estudio reafirman que el Homo erectus fue un verdadero innovador en la historia de la evolución humana, marcando un precedente en la colonización de entornos marginales que hasta ahora se asociaban exclusivamente al éxito de nuestra especie.

 

El estudio se titula “Homo erectus adapted to steppe-desert climate extremes one million years ago”. Y se ha publicado en la revista académica Communications Earth & Environment. (Fuente: IPHES)

 

 

Fuente de TenemosNoticias.com: noticiasdelaciencia.com

Publicado el: 2025-01-30 08:45:00
En la sección: Ciencia Amazings® / NCYT®

Publicado en Ciencia

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