¿La evolución planetaria favorece la creación de vida inteligente?

Una nueva teoría propone que el ser humano, así como otras formas hipotéticas de vida inteligente fuera de la Tierra, pueden constituir un resultado estadísticamente bastante probable de la evolución biológica y planetaria hasta niveles de complejidad geoquímica como el de la Tierra, en planetas rocosos con atmósfera y agua líquida.

Por lo tanto, el ser humano como criatura inteligente puede no ser extraordinario sino más bien el resultado evolutivo normal en nuestro planeta y probablemente en otros de su misma clase, según un nuevo modelo de cómo se desarrolló la vida inteligente en la Tierra.

El modelo, que contradice las viejas teorías de que el surgimiento de vida inteligente fue un acontecimiento tremendamente improbable, sugiere que no fue tan difícil ni tan improbable.

La predicción central de la principal de las teorías según las cuales la aparición de vida inteligente en la Tierra fue un hecho altamente improbable es que existen muy pocas civilizaciones, si es que existe alguna más, en todo el universo, porque pasos como la aparición de vida, el desarrollo de células complejas y la aparición de la inteligencia humana son muy improbables

Los autores del nuevo estudio sostienen que la nueva interpretación del desarrollo de vida inteligente en la Tierra aumenta la probabilidad de vida inteligente en otros lugares del universo.

El estudio lo ha realizado un equipo encabezado por Daniel Mills, de la Universidad Estatal de Pensilvania en Estados Unidos y ahora en la de Múnich en Alemania.

La Tierra era inicialmente inhóspita para muchas formas de vida, pero su evolución geobioquímica posibilitó la creación de un escenario adecuado.

Por ejemplo, la vida animal compleja requiere un cierto nivel de oxígeno en la atmósfera, por lo que la oxigenación de la atmósfera terrestre a través de microbios y bacterias fotosintetizadores fue un paso evolutivo natural que creó un escenario apto para que se desarrollaran formas de vida más sofisticadas.

A juzgar por el nuevo estudio, la aparición de vida inteligente en la Tierra es una consecuencia bastante probable de su evolución geoquímica y biológica en vez del producto de un afortunado accidente cósmico. Por tanto, no debe ser raro el surgimiento de vida inteligente en los planetas del universo que sean del mismo tipo que la Tierra. (Foto: NASA)

“Estamos argumentando que la vida inteligente no necesita una serie de golpes de suerte para existir”, razona Mills. Tal como argumenta, el ser humano no apareció “demasiado tarde” en la historia de la Tierra como dicen algunas teorías, sino “en el momento en que tocaba”, o sea cuando se dieron las condiciones necesarias. “Probablemente otros planetas sean capaces de alcanzar estas condiciones más rápidamente de lo que lo hizo la Tierra, mientras que otros planetas podrían tardar aún más”.

Dicho de otro modo, contando con las condiciones iniciales adecuadas, no se necesitan acontecimientos inusuales, sino que la evolución geoquímica sigue una secuencia de cambios en los que cada uno es la consecuencia típica del anterior, hasta la aparición de vida, la evolución de la misma y, finalmente, el surgimiento de vida inteligente.

Tal como argumenta Jason Wright, de la Universidad Estatal de Pensilvania y coautor del estudio, la creencia en que la aparición de vida inteligente en la Tierra fue un hecho altamente improbable proviene de investigaciones realizadas mayormente por astrónomos, que son quienes se ocupan de estudiar la formación de estrellas y planetas. En cambio, la nueva teoría proviene de una colaboración estrecha de astrónomos con geobiólogos, lo que proporciona una visión más completa de todos los factores que intervienen en la creación de un escenario idóneo para la aparición de vida inteligente.

El estudio se titula “A reassessment of the ‘hard-steps’ model for the evolution of intelligent life”. Y se ha publicado en la revista académica Science Advances. (Fuente: NCYT de Amazings)