En medio de las preocupaciones sanitarias por virus conocidos como el dengue o el zika, otro agente infeccioso comienza a ganar terreno en América Latina: el virus Oropouche. Aunque menos mediático, este virus ha causado miles de casos en países como Brasil, Perú y Trinidad y Tobago, y su propagación silenciosa lo convierte en una amenaza emergente.
El virus Oropouche es transmitido principalmente por la picadura del Culicoides paraensis, un diminuto mosquito conocido como jején. Este insecto se reproduce con facilidad en zonas húmedas y urbanas, lo que favorece la expansión del virus en áreas densamente pobladas.
Los síntomas de la fiebre de Oropouche aparecen entre cuatro y ocho días después del contagio. La enfermedad se manifiesta con fiebre alta, dolores de cabeza intensos, malestar general, dolores musculares, náuseas y, en algunos casos, vómitos. Aunque no suele ser mortal, muchos pacientes reportan recaídas a los pocos días, lo que prolonga la recuperación y afecta las actividades cotidianas.
Actualmente, no existe un tratamiento antiviral específico para esta enfermedad. El manejo clínico se enfoca en el alivio de los síntomas, recomendando reposo, buena hidratación y el uso de analgésicos como el paracetamol. Evitar el uso de medicamentos como el ibuprofeno sin supervisión médica es clave, para no complicar el cuadro clínico.
La prevención juega un papel fundamental. El control de vectores —eliminando criaderos de insectos y utilizando repelente— es la mejor forma de reducir el riesgo de contagio. Además, las autoridades sanitarias enfatizan la importancia de la vigilancia epidemiológica para detectar nuevos brotes y actuar a tiempo.
Con su avance discreto pero constante, el virus Oropouche plantea un nuevo desafío sanitario en la región. Estar informados, actuar con prevención y exigir acciones públicas concretas son claves para contenerlo antes de que se convierta en una amenaza mayor
Fuente de TenemosNoticias.com: www.diariodelsur.com.co
Publicado el: 2025-04-16 18:48:00
En la sección: Diario del Sur