¿Se salvará la Vía Láctea? Un nuevo estudio cuestiona el impacto con Andrómeda

Durante décadas, los astrónomos asumieron que la Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda estaban destinadas a colisionar en unos 4,500 millones de años. Sin embargo, un nuevo estudio ha revelado que este impacto podría no ocurrir.

Un destino menos predecible

Investigadores de las universidades de Helsinki, Durham y Toulouse realizaron 100,000 simulaciones para analizar el comportamiento de ambas galaxias en los próximos 10,000 millones de años. A diferencia de estudios previos, incorporaron la influencia de otras galaxias cercanas, como la Gran Nube de Magallanes y la galaxia del Triángulo.

Los resultados mostraron que la probabilidad de colisión directa entre la Vía Láctea y Andrómeda en los próximos 5,000 millones de años es apenas del 2 %. En más del 50 % de los escenarios simulados, la fusión sí ocurre, pero entre 8,000 y 10,000 millones de años en el futuro, un periodo en el que el Sol ya se habría extinguido.

Un giro inesperado en la historia cósmica

Desde 1912, los científicos han observado que Andrómeda se acerca a la Vía Láctea a una velocidad de aproximadamente 100 km por segundo. Durante mucho tiempo se creyó que esta interacción inevitable terminaría en una galaxia fusionada, denominada «Lactómeda».

Pero los nuevos modelos sugieren que la evolución de las galaxias es más compleja de lo que se pensaba. Factores como la materia oscura, la energía oscura y la acción de otras galaxias del entorno podrían cambiar el destino de la Vía Láctea.

Reescribiendo el futuro galáctico

El estudio, publicado en Nature Astronomy, también plantea que la interacción entre la Vía Láctea y Andrómeda dependerá de múltiples condiciones aún poco comprendidas. Si bien la posibilidad de una fusión sigue en pie, los datos indican que el desenlace no está sellado.

La comunidad científica continuará analizando estos factores para entender mejor el futuro del Grupo Local de galaxias y cómo su evolución afectará la estructura del universo.