El 25 de mayo se realizaron las elecciones peor organizadas en la historia de la nación. Fueron convocadas, supuestamente, para elegir gobernadores de estados y miembros de una Asamblea Nacional caprichosamente abultada. De entrada, fueron vetados, arbitrariamente, ciertos partidos y sus candidaturas, sin fundamento legal alguno. El cronograma detallado no se conoció con antelación, tampoco la integración de las Juntas Regionales, ni la constitución de las mesas. Tampoco estuvo claro a qué fuerzas les correspondía tener testigos. Por supuesto, se hicieron sin presencia de observadores internacionales, a menos que al mercenario Juan Carlos Monedero lo tildemos de tal. La participación electoral se calcula entre 13% y 25% de los votantes. Este último porcentaje se basa en el número oficial de participantes que publicó el cne, 5,2 millones. Pero, con un insólito expediente de reducir a la mitad el registro electoral que sirve de base para el cálculo, la elevó a más de 44%. Tampoco está claro cómo se adjudicaron los diputados. En fin, ¿qué se podía esperar de Elvis Amoroso? Ha demostrado ser, no sólo un delincuente desalmado que falseó los resultados del 28J, responsable de la represión –con muertos– de quienes salieron a protestar contra el robo de sus votos, sino una de las personas más incompetentes e indolentes en ocupar un cargo público. Aun así, algunos voceros oficiales pretendieron anunciar que habían triunfado, pero sin poder acompañar su “triunfo” con entusiasmo alguno, como si de verdad se lo creyeran. En realidad, ¿qué pasó?
¿La gobernabilidad del país salió fortalecida luego de estas elecciones?
¿Maduro y quienes lo acompañan ampliaron sus espacios y posibilidades para ganar adeptos?
¿Hay, ahora, más confianza en Maduro y en su equipo?
¿Disminuyó la percepción, a nivel nacional como internacional, de su ilegitimidad como presidente?
¿Ayudó a romper el cerco internacional a Maduro y a permitirle recuperar antiguos aliados?
¿Ganó respetabilidad Maduro, tanto adentro como afuera, con estos comicios?
¿Ayudarán a revertir las sanciones en su contra y a darle acceso al financiamiento internacional?
¿Se avanzó en un trato más justo para el reclamo de Venezuela sobre el Esequibo?
¿Salieron robustecidas las instituciones con base en las cuales debe operar el Estado?
¿Aumentó, ahora, la capacidad de respuesta de Maduro a los graves problemas que aquejan al país?
¿Se recuperó la confianza en el cne y en el voto para dirimir desacuerdos políticos entre venezolanos?
¿Quedaron satisfechos, complacidos, los venezolanos con el proceso recién concluido?
En fin, la pregunta de las 64.000 lochas –me disculpo con mis lectores más jóvenes por habérseme caído la cédula–, ¿Maduro logró, con estas elecciones, “pasar página” al descomunal fraude que perpetró con los resultados electorales del 28J de 2024, a plena luz del día? Puesto de otra manera, ¿los comicios del 25 de mayo ayudaron a despejar (al fin) la conflictividad política que, según alega el fasciomadurismo, obstaculizaba la búsqueda de la felicidad para los venezolanos? ¿Ahora sí?
Cada quien que saque sus conclusiones.
Pero hay dos cosas que han quedado evidentes en estos comicios. La primera, que hubo un reacomodo al interior del madurismo que altera el acceso a las prebendas del Estado de expoliación instalado. Algunos quedaron como “caimán en boca ‘e caño”; otros fueron desplazados. En un entorno que se vislumbra cada vez más comprometido, este barajo entre ellos de las oportunidades “de negocio” habrá de alimentar tensiones internas. Se desestabilizan las lealtades y afinidades entre las mafias que rivalizan entre sí por controlar los distintos “cotos de depredación” existentes. ¿Cómo afectará la correlación de fuerzas entre quienes componen el núcleo fascista central?
El segundo aspecto a resaltar es que el montaje electoral del 25M muestra las costuras, bastante deshilachadas, del juego político de Maduro: agotado y en bancarrota. Además de la paliza pública y notoria que le propinó Edmundo González Urrutia el 28J, ahora se le manifiesta el repudio masivo de una abstención en el orden del 70-80%. Ya la demagogia de Maduro no sirve de amparo a las distintas facciones que lo venían apoyando. Demasiados fracasos. Sin nada que ofrecer y lo sabe. Por eso pospuso la quimera (inviable) de su Estado comunal. De tanto trampear, mentir y atropellar la dignidad del venezolano, su figura se ha convertido en una carga, un pasivo, para las apetencias de perpetuación fascista. Explica el desplazamiento progresivo del locus de decisiones hacia el ámbito de lo estrictamente represivo, terreno, como ninguno, que controla el capitán Cabello, el representante más emblemático del fascismo criollo. Es la única respuesta que le queda al régimen.
Se consolida el estado de terror. El circo que montó el del mazo, mostrando en su programa televisivo armas largas, explosivos y demás parafernalia de guerra para acusar de terroristas a reconocidas ONG defensoras de derechos humanos y de ayuda humanitaria como Foro Penal, Provea, Médicos Unidos de Venezuela y otros, pone de manifiesto un peligroso grado de disociación mental y de perversidad criminal. Humillante y bochornoso su teatro con Juan Pablo Guanipa. Supera las acusaciones estrafalarias por parte de la ficha de Maduro, Tarek Torquemada Saab, contra quienes protestaban el fraude cometido por aquel el 28J. Entre ambos han convertido la convocatoria a elecciones en Venezuela en anuncio de más represión. Y en tan asquerosa rivalidad para destruir todo respeto por la condición humana, se acentúa la decadencia de lo que queda de país.
Que a nadie le quede duda de que los acontecimientos que se avecinan auguran lo peor. Al cortarse su fuente más importante de dinero, con el Estado destruido, sin poder concertar financiamiento externo, la conflictividad e inestabilidad política y social no habrá más que acentuarse. Tampoco alcanza para satisfacer las apetencias de todos sus cómplices. En espera, la CPI y los cazadores de recompensa. ¡Son muchos millones! El régimen no tiene nada que ofrecer, salvo represión, pero pareciera no preocuparle. Vemos pescuecear a Jorge Rodríguez, para no quedar fuera, denunciando que líderes opositores atentan contra el “estado de bienestar” conquistado por la “revolución” bolivariana (¡¡!!).
El fascismo clásico, incluido el nazismo, nunca se rindió. Prefirió confiar su destino a una conflagración final decisiva. En Venezuela presenciamos un fenómeno parecido de parte del núcleo fascista que controla el poder, pero sin consideración épica o ideológica alguna. Simplemente, se cogieron el país, en contra de la voluntad de los venezolanos, y consideran que les pertenece para su usufructo discrecional exclusivo. Antes de entregar la conducción del Estado, su destrucción. “¡Si Venezuela no es mía, no será de nadie! … ¡Ni por las buenas ni por las malas!”. Lo insólito es que, en esta carrera frenética al ocaso, todavía han podido contar con factores de poder para sostenerse. Por supuesto, disponen de un núcleo central cómplice, podrido por la corrupción. Pero ¿y los demás?
Como dijo María Corina Machado, “¡quien tenga ojos que vea!”. ¿Por qué seguir apuntalando a un perdedor repudiado por los venezolanos, aislado, sin recursos y sin futuro? Las fuerzas democráticas agrupadas en torno al presidente electo, Edmundo González Urrutia, han manifestado reiteradamente su disposición a facilitar la salida de aquellos chavistas que no hayan participado en crímenes de lesa humanidad o hayan violado derechos humanos básicos de los venezolanos, en un marco de respeto y de garantías a sus derechos políticos y de legítima defensa, como base de una transición democrática materializada en su legítima investidura, con todos los de la ley. Y es que no hay de otra.
Llegó la ocasión para rescatar la majestad del Ejecutivo, sustentado en una voluntad popular protagónica e inquebrantable, expresada en las elecciones del 28J y activada con el liderazgo de María Corina Machado y de quienes la acompañan, dotado del financiamiento internacional requerido, capaz de devolverle la dignidad y las expectativas de un futuro prometedor al pueblo venezolano.
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Fuente de TenemosNoticias.com: www.elnacional.com
Publicado el: 2025-06-03 01:24:00
En la sección: EL NACIONAL