Adultos al frente: nuclear sin dramas, dogma o zasca | elmundo.es

Ante la guerra de Ucrania y el miedo al desabastecimiento, el Ministerio de Energa belga se ha visto obligado a dar un paso atrs en su apuesta por las renovables para ‘resucitar’ dos reactores nucleares

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Blgica es clebre por su capacidad para seguir adelante, crecer y tener estabilidad cuando no tiene a nadie al frente. A finales de 2011, tras 541 das de negociaciones y 589 sin gobierno, los partidos se pusieron de acuerdo para escoger a Elio di Rupo como primer ministro batiendo varios rcords. Sin embargo, no es justo. O no completamente justo, porque si por algo debera ser conocido su sistema poltico es por su capacidad de formar ejecutivos de coalicin completamente imposibles e impesanbles y que adems duran. Por la sonnette d’alarme, que es un mecanismo constitucional para suspender la adopcin de una legislacin pensado para cualquier cosa que pueda perjudicar los intereses de una comunidad lingstica o una minora ideolgica y filosfica. Y por la nocin de frenos de emergencia, clusulas usadas para cualquier cosa inesperada y que propician lo que ms le puede gustar a un belga: parar algo decidido por amplio consenso aos o dcadas antes y poner un parche que llene de incertidumbre el porvenir.

Tras la invasin rusa, la crisis energtica y un temor perfectamente comprensible al desabastecimiento, el Estado belga y Engie, el operador, llegaron este lunes a un acuerdo definitivo para la prolongacin de sus centrales nucleares. El texto establece que ambas partes harn todo lo posible para reiniciar Doel 4 y Tihange 3 el 1 de noviembre de 2026 (tras un ao de parn total), y perfila tambin una frmula para calcular el coste del procesamiento de los residuos. El pas tiene reactores repartidos -hasta hace nada eran siete- en dos centrales, Tihange (suroeste) y Doel (noreste) y tenan previsto ir cerrndolos entre 2022 y 2025.

En realidad, la ley de 2003, en su versin original, prevea el cierre de tres reactores ya en 2015, pero… Desde hace 20 aos, ecologistas y liberales han batallado en todos los gobiernos, dejando incontables aplazamientos, compromisos, cierres o reaperturas. La ley era clara, pero los frenos de emergencia tambin. El tema es uno de los brotes crnicos de la poltica federal, como los problemas de las comunidades lingsticas, la indexacin de salarios o la monarqua. Pero define bien el siglo XXI belga y su sistema, al mismo tiempo contumaz y flexible.

Los ecologistas llegaron a la mesa donde se toman las decisiones al arrancar la dcada de los 2000, tras una crisis tremenda por las dioxinas y todava sanando las heridas del caso Dutroux. Colocaron a un ex director de Greenpeace como secretario de Estado de Energa y se lanzaron a por sus dos obsesiones: prescindir de las centrales nucleares y la ratificacin del Protocolo de Kioto. El lunes, la ministra de Energa, Tinne Van der Straeten, especialista en Derecho Energtico, ecologista de corazn, firme partidaria de las renovables y el gas y crtica con los reactores ha tenido que negociar la prolongacin durante unos aos ms. Y no pasa nada. Con debate (interno y externo), discusiones y peleas, con enfados y protestas, pero sin rasgamientos. La gestin, la vida, es as, llena de sorpresas y emergencias. Y si cambian los hechos, el tablero y las circunstancias, pues cambian tambin las opiniones. Y tan contentos hasta su prxima oportunidad, como adultos, sin dramas, dogmas o zascas.