Llevaba meses contemplando la idea, barajando los pros y los contras, y en el último momento, apenas unas pocas horas antes de dejar para siempre la Casa Blanca, el presidente Joe Biden ha tomado la decisión de otorgar un perdón presidencial preventivo a funcionarios y militares que han dedicado décadas al servicio público, ante el temor a que pudieran ser perseguidos y arruinados por la administración entrante. Pero también, en un giro inesperado, sin precedentes e imposible de defender, Biden ha decidido perdonar preventivamente a casi toda su familia. Sus hermanos Frank y James, su hermana Valerie, sus cuñados y cuñadas por cualquier acto irregular que hayan podido cometer desde 2014.
Biden, además, ha esperado hasta el último minuto, literalmente. La primera parte de los perdones, los de funcionarios, se comunicaron a primera hora de la mañana. Pero los de su familia, que llegan después de haber hecho lo mismo con su hijo Hunter aprovechando el puente de Acción de Gracias, se ha sabido mientras Donald Trump juraba el cargo en el Capitolio, mientras los ojos del país estaban distraídos con el Día de la Inauguración.
«Mi familia ha sido objeto de ataques y amenazas incesantes, motivados únicamente por el deseo de hacerme daño, el peor tipo de política partidista. Lamentablemente, no tengo motivos para creer que estos ataques terminarán», dice el comunicado usando palabra por palabra lo dijo con su hijo en noviembre. «Creo en el estado de derecho y soy optimista en cuanto a que la fortaleza de nuestras instituciones jurídicas prevalecerá en última instancia sobre la política», dice mientras sus actos demuestran lo contratio. «Pero las investigaciones sin fundamento y con motivaciones políticas causan estragos en las vidas, la seguridad y la protección financiera de las personas afectadas y sus familias. Incluso cuando las personas no han hecho nada malo y finalmente serán exoneradas, el mero hecho de ser investigadas o procesadas puede dañar irreparablemente su reputación y sus finanzas».
Es por eso, dice el comunicado que será la comidilla de la ciudad durante mucho tiempo, «que estoy ejerciendo mi poder bajo la Constitución para indultar a James B. Biden, Sara Jones Biden, Valerie Biden Owens, John T. Owens y Francis W. Biden. La emisión de estos indultos no debe confundirse con un reconocimiento de que hayan cometido algún delito, ni la aceptación debe malinterpretarse como una admisión de culpabilidad por algún delito», concluye.
Las consecuencias políticas para Biden son nulas, porque hoy ha puesto punto final a su carrera. Pero otra cosa es para su legado, su memoria, para su partido y para el sistema que ha ayudado a construir durante las últimas cinco décadas. En noviembre se dijo que el padre había prevalecido sobre el presidente, porque su hijo estaba a punto de recibir la sentencia por los delitos por los que había sido condenado tras declararse culpable. Esto es otro nivel, y enmascarado entre perdones o conmutaciones de activistas que la reclamaban desde hace décadas.
Funcionarios y militares
Y entre la decisión, también polémica pero con al menos cierta sustancia, sobre los funcionarios que han sido activamente amenazados por Trump y miembros entrantes de la administración.
Entre esos beneficiarios están el doctor Anthony Fauci, el asesor médico principal que durante la pandemia de convirtió en el rostro de las medidas contra el Covid. El general Mark A. Milley, que llegó a ser el máximo responsable del Alto Estado Mayor. Y los miembros y asesor del Comité especial que investigó en el Congreso el asalto al capitolio, asó como a los agentes de la policía del Capitolio y del área metropolitana de Washington D.C. que testificaron ante el mismo.
Todos ellos han sido insultados y señalados y hay temores más que fundados de que pudieran ser los principales objetivos de medidas de represalias. Donald Trump, sus asesores o partidarios lo han responsabilizado por su trabajo y sus palabras, y han dicho que debían ser procesados o encerrados, especialmente en el caso de Miley, al que acusan de traición. O de la ex congresista Liz Cheney, republicana de Wyoming e hija del ex vicepresidente Dick Cheney. La política formó parte del comité, votó en uno de los ‘impeachment’ a favor de sancionar a Trump e incluso llegó a hacer campaña con Kamala Harris en octubre del año pasado.
«Nuestra nación depende de servidores públicos dedicados y desinteresados todos los días. Son el alma de nuestra democracia. Sin embargo, resulta alarmante que los servidores públicos hayan sido objeto de constantes amenazas e intimidación por cumplir fielmente con sus deberes. En ciertos casos, algunos incluso han sido amenazados con procesos penales, entre ellos el general Mark A. Milley, el doctor Anthony S. Fauci y los miembros y el personal del Comité Selecto para Investigar el Ataque del 6 de enero al Capitolio de los Estados Unidos. Estos servidores públicos han servido a nuestra nación con honor y distinción y no merecen ser objeto de procesos injustificados y con motivaciones políticas», ha anunciado Biden en un comunicado el mismo lunes por la mañana, apenas un rato antes de recibir al propio Trump para un té de despedida antes de encaminarse al Capitolio.
La decisión es más que polémica y llega tras haber indultado y perdonado a su propio hijo Hunter durante el puente de Acción de Gracias por cualquier posible delito cometido en la última década. La diferencia es que su hijo ya había sido condenado y estaba a días de conocer la sentencia. Fauci, Miley, Cheney y todos los demás ni han cometido delitos ni han sido acusados ni mucho menos condenados por nada. Es algo preventivo y que crea una serie de precedentes muy peligrosos. Donald Trump podría hacer lo mismo con sus hijos en los próximos cuatro años, librándoles de cualquier responsabilidad por cualquier acción, conversación, operación financiera o personal que lleven a cabo. Y sobre todo, podría hacer lo mismo con sus subalternos, haciendo que a partir de ahora todos los asesores cercanos del presidente pase a tener de facto inmunidad total por sus acciones, como él la tiene de derecho tras la última interpretación del Tribunal Supremo.
«Creo en el estado de derecho y soy optimista en cuanto a que la fortaleza de nuestras instituciones jurídicas acabará prevaleciendo sobre la política», dice Biden evocando el mismo lenguaje que cuando perdonó a su familia. «Pero se trata de circunstancias excepcionales y no puedo, en conciencia, no hacer nada. Las investigaciones infundadas y con motivaciones políticas causan estragos en la vida, la seguridad y la protección financiera de las personas afectadas y sus familias. Incluso cuando las personas no han hecho nada malo (y, de hecho, han hecho lo correcto) y, en última instancia, serán exoneradas, el mero hecho de ser investigadas o procesadas puede dañar irreparablemente su reputación y sus finanzas».
El riesgo para Fauci, por ejemplo, no era probablemente ser condenado por las medidas antiCovid, los confinamientos, aunque se ha convertido en el enemigo principal de todos los seguidores de conspiraciones, incluyendo algunos que van a tener puestos muy importantes. Sino simplemente ser sometido a años y años de pleitos continuos con un coste de millones de dólares en abogados.
Un precedente peligroso
El riesgo para su imagen, además, es que a ojos del movimiento MAGA y millones de estadounidenses, esto será la demostración definitiva de que sus denuncias, creencias y teorías eran ciertas. Que eran culpables y que «el corrupto Joe», como lo llama habitualmente Trump, en sus últimos momentos, les ha perdonado. Por eso alguno de los congresistas afectados insistía en que no quería un perdón ni era buena solución. «La concesión de estos indultos no debe confundirse con un reconocimiento de que alguna persona haya cometido algún delito, ni su aceptación debe malinterpretarse como una admisión de culpabilidad por algún delito. Nuestra nación tiene una deuda de gratitud con estos servidores públicos por su incansable compromiso con nuestro país», concluye el texto.
«Me siento bien y estoy agradecido con el presidente por hacerlo», le ha dicho el doctor Fauci a la CNN esta mañana. «No he hecho nada malo. Ciertamente nada criminal. No hay fundamento alguno», añadió el exjefe del grupo de trabajo sobre Covid de la Casa Blanca ya en la época de Trump. El médico explicó dijo que el equipo de Biden lo contactó hace aproximadamente un mes para hablar de «las amenazas infundadas contra mí» y le dijo que el presidente estaba explorando la idea. «No supe que era real hasta anoche».
«Después de cuarenta y tres años de fiel servicio en uniforme a nuestra nación, protegiendo y defendiendo la Constitución, no deseo pasar el tiempo que me queda luchando contra aquellos que injustamente podrían buscar venganza por desaires percibidos», dijo por su parte en una declaración el general Miley, que hace unas semanas calificó de fascista a Trump. «No quiero exponer a mi familia, mis amigos y aquellos con quienes serví a las distracciones, gastos y ansiedad resultantes».
Los indultos de Biden no cubren a muchos otros posibles objetivos de Trump, incluidos los fiscales federales y estatales que acusaron al presidente de intentar revertir las elecciones de 2020, manejar mal documentos clasificados y encubrir el pago de dinero para silenciar a una estrella de cine para adultos. Ni a altos funcionarios de Justicia o el mundo de la Seguridad y Defensa. El nombrado para próximo director del FBI, Kash Patel, ha publicado por ejemplo un libro incluyendo apéndice con listas de hasta 60 nombres que consideraba debían ser purgadas. Y el presidente ha dicho numerosas veces que algunos de los perdonados, y otros funcionarios, debían ser juzgados y condenados, incluso nombrando fiscales especiales.
«El último acto de Joe Biden como presidente pasará a la historia como el mayor ataque al sistema de justicia de Estados Unidos. De un plumazo, protegió unilateralmente a un grupo de compinches políticos de la balanza de la justicia. Se trata de otra erosión peligrosa e irreversible de las normas estadounidenses», ha reaccionado en seguida Taylor Budowich, el escogido por Trump como jefe de gabinete adjunto.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2025-01-20 10:31:00
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