El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, ha prometido reducir «significativamente» el número de extranjeros admitidos en el país anualmente y acabar con el «fallido experimento de fronteras abiertas» aplicado por sucesivos gobiernos conservadores tras la victoria del Brexit de 2016, que abolió el libre movimiento de trabajadores y estudiantes de la Unión Europea. La inmigración neta legal casi rozó el techo del millón en los 12 meses hasta junio de 2024, con la inmensa mayoría procedentes de India, Nigeria, Pakistán y otros Estados fuera de la órbita de la UE.
El mandatario laborista destacó la importancia de las normativas que, según dijo en una conferencia de prensa en Downing Street, «nos guían hacia nuestros derechos, pero también nuestras responsabilidades y las obligaciones que nos debemos los unos a los otros». «Sin ellas, nos arriesgamos a convertirnos en una isla de extranjeros, no en una nación que camina junta hacia el futuro», puntualizó.
En este sentido, el Gobierno laborista proyecta reforzar la vía legal que permita deportar no solo a extranjeros condenados a prisión, sino incluso a los convictos por delitos de menor rango. Las nuevas reglas, que se detallan en un Libro Blanco de Inmigración publicado este lunes, contemplan extender de cinco a diez años el periodo mínimo que un nacional no británico deberá residir en Reino Unido y contribuir al fisco antes de solicitar la ciudadanía.
«Retomar el control» de las fronteras
El objetivo de la reforma apunta a «retomar el control» de las fronteras, según hizo hincapié Starmer apropiándose del eslogan que contribuyó al éxito de la campaña del Brexit en el referéndum de la UE y a la colosal victoria electoral del ex ‘premier’ conservador, Boris Johnson. «Se van a endurecer todas las áreas del sistema de inmigración, incluidas trabajo, familia y estudios, de forma que tengamos más control», dijo.
Bajo el mandato laborista, añadió, el sistema de inmigración será «controlado, selectivo y justo», regido por el «sentido común y el control de nuestras fronteras». Starmer descartó abandonar la Convención Europea de Derechos Humanos, que demandan la derecha conservadora y el ascendente partido populista de Nigel Farage, Reform UK.
«No creo que sea necesario», respondió en el encuentro con los medios. «Los tratados internacionales que hemos firmado nos han aportado la base de los acuerdos que hemos cerrado en migración ilegal», afirmó en referencia a los nuevos lazos asegurados con socios de la UE en la lucha contra las mafias de traficantes de personas.
La reforma en el sistema de inmigración incluye nuevos requisitos en el nivel de inglés que deberán demostrar los solicitantes de visados y sus familiares dependientes, además de restricciones en la contratación en el extranjero de asistentes sociales y otros candidatos a puestos de trabajo remunerados con sueldos bajos.
Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es
Publicado el: 2025-05-12 06:29:00
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