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Los hinchas de fútbol alemanes no se reponen del ‘efecto Cucurella’ | elmundo.es

Los hinchas de fútbol alemanes no se reponen del 'efecto Cucurella'

Actualizado

Todavía hay quien no se ha repuesto de lo que significó la mano del futbolista de la selección española Marc Cucurella en el partido de cuartos de final contra Alemania. En la semifinal y en la final, los aficionados abuchearon sin piedad al lateral español cada vez que tocaba el balón, pero, como no lograron descentrarle y la Eurocopa terminó como terminó, los hinchas teutones han recurrido al arma más pesada de la cultura de protesta alemana: una petición.

Nada menos que 445.000 personas han firmado ya la petición en la plataforma en línea Change.org para la repetición del partido de cuartos de final por supuestas decisiones erróneas del árbitro. Están a apenas unos miles del objetivo de medio millón, pero lo mismo da que dará lo mismo. Lo que importa es reconocer el derecho al pataleo y, según el artículo 17 de la Ley Fundamental alemana, todo ciudadano tiene derecho a presentar una petición a los legisladores.

En el Bundestag existe una comisión que se ocupa exclusivamente de las demandas ciudadanas y algunas son verdaderamente curiosas. Hace unos años, por ejemplo, corrió el rumor de que Cristiano Ronaldo iba a fichar por el Borussia Dortmund, posibilidad que el gerente del club, Sebastian Kehl, descartó rápidamente. Un aficionado se sintió defraudado sin embargo por su propio club y, ni corto ni perezoso, exhortó a la comisión de peticiones que presionara al Bundestag a favor del fichaje del portugués.

Otro ciudadano ha pedido que el Bundestag prohíba llevar pantalones de jogging en público, siguiendo los dictados del fallecido diseñador de moda germano-francés, Karl Lagerfeld. Este modisto decía que «cualquiera que lleve pantalones de jogging ha perdido el control de su vida». El peticionario considera, además, que el estilo slob-chic, como lo llamó la revista The New Yorker, era una falta de respeto a los demás.

En 2018, un iniciador anónimo sugirió que la búsqueda de la felicidad debería consagrarse en la Ley Fundamental alemana y que su alcance fuera garantizado por el Estado. En seis años, sin embargo, sólo recogió 107 firmas, demasiado pocas para generar un debate parlamentario y poner en marcha una modificación de la Carta Magna, para lo que es necesario una mayoría de dos tercios del Bundestag y el Bundesrat. Lo mismo sucedió con la petición de unos ciudadanos a los que la policía no hacía ni caso en sus repetidas denuncias contra los gatos del vecindario. Pidieron a la comisión de peticiones prioridad a la protección de la propiedad privada frente al derecho de los dueños de gatos a dejarlos moverse con libertad.

Inspirándose en una popular saga de ciencia ficción, otro ciudadano sugirió a la Comisión de Peticiones aumentar la seguridad y la fuerza militar de Alemania construyendo una estrella de la muerte en previsión de planetas hostiles. Más articulada es la petición de un ciudadano preocupado por los efectos de la digitalización. El uso de máquinas y ordenadores está provocando la pérdida de puestos de trabajo que antes aportaban contribuciones al Estado. Los ingresos faltan cada vez más en el presupuesto, de ahí la necesidad, como argumenta el firmante, de introducir un impuesto a robots y ordenadores con el fin de financiar las pensiones y el seguro de enfermedad.

Fuente de TenemosNoticias.com: www.elmundo.es

Publicado el: 2024-07-23 18:20:42
En la sección: Internacional // elmundo

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